El culo y las témporas
Los lectores opinan sobre las recientes declaraciones de Isabel Díaz Ayuso, la maternidad y el uso recurrente de la palabra “imbatible”, y critican el título del editorial de EL PAÍS dedicado al caso de acoso en redes sufrido por Gabriel Plaza
Sí, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, confunde el culo con las témporas —empleamos coloquialmente esta expresión en nuestro país cuando queremos dar a entender que alguien relaciona dos ideas o dos cosas que no tienen nada que ver— cuando vincula el hecho y derecho de poder abortar de las mujeres con el hecho y derecho de tener una beca según la renta familiar. La témpora, según recoge ...
Sí, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, confunde el culo con las témporas —empleamos coloquialmente esta expresión en nuestro país cuando queremos dar a entender que alguien relaciona dos ideas o dos cosas que no tienen nada que ver— cuando vincula el hecho y derecho de poder abortar de las mujeres con el hecho y derecho de tener una beca según la renta familiar. La témpora, según recoge el diccionario de la RAE, es el “tiempo de ayuno en el comienzo de cada una de las cuatro estaciones del año”; es decir, las familias vulnerables que no puedan optar a una beca para que sus hijos estudien porque se la han concedido en su lugar a otras familias, que ingresan más de 100.000 euros anuales, tendrán que aguzar el ingenio más todavía y ayunar no solo en las témporas de las cuatro estaciones del año para poder afrontar los gastos de los estudios de sus hijos en bachillerato o FP. ¡Un despropósito en toda regla, señora presidenta!
Manuel Huerta Anta. Vigo (Pontevedra)
Ser imbatible o no ser
Estamos acostumbrados a que ciertas palabras se utilicen más de la cuenta y para casi todo. Pasó con resiliencia y ahora parece que ha llegado el turno de imbatible. Entiendo algunos contextos en los que se emplea son adecuados, pero el significado que se deduce de su definición me parece dudoso: que no puede ser batido o derrotado. Primero porque implica a un otro, pero también porque está implícito el no llegar, no cumplir o fracasar para lo que no estamos preparados, ni nos han enseñado lo que conlleva la frustración. Lo principal no es no ser derrotado, es asumirlo, superarlo e intentarlo de nuevo, o la opción que cada uno elija o la que no quede más remedio. Lo ideal sería lograr saber y aprender a ganar o perder, si es esto último llegando a encontrar las ganas de nuevo o simplemente con la intención de buscar porque por el camino vas encontrando lo que necesitas.
Mara Martín Matilla. Madrid
Madre toda la vida
Este fin de semana salí del hospital después de 10 días ingresada. Hace hoy nueve días me convertía en madre y conocía por fin al pequeño que llevaba 38 semanas esperando. Desgraciadamente, lo conocí sin vida; su corazón dejó de latir unas horas antes. Cuando te enteras de que estás embarazada te preparas para muchas cosas, pero para lo que nadie te prepara es para que el corazón de tu pequeño deje de latir a 10 días de tenerlo en tus brazos, para tener un parto que será el trámite más duro y doloroso de toda tu vida y para recuperarte en un posparto sin tu bebé y tener el alma rota en mil pedazos justo cuando pensabas que sería el momento más feliz de toda tu vida. Hace nueve días que me convertí en madre y lo seré toda mi vida.
Inés Burgueño Jiménez. Madrid
Una palabra poco elegante
Francamente, deberían despedir al responsable del título del editorial de hoy: Las humanidades lo petan. Tal vez la RAE ya haya admitido ese palabro, pero si lo que querían subrayar es la modernidad de las humanidades no podían haberlo hecho con menos elegancia.
Leandro Valencia Alonso. Sant Pol de Mar (Barcelona)