Sube la derecha

Por primera vez el barómetro electoral de 40dB. da opciones holgadas de gobierno a la suma de las derechas

La encuesta que publican este miércoles EL PAÍS y la Cadena SER sobre estimación de voto y liderazgo político, realizada entre el 20 y el 24 de abril, frena la tendencia descendente del PSOE y confirma el ascenso en la expectativa de voto del PP con Alberto Núñez Feijóo —que corta el crecimiento de Vox—, dejando a los populares en situación de empate con el partido mayoritario del Gobier...

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La encuesta que publican este miércoles EL PAÍS y la Cadena SER sobre estimación de voto y liderazgo político, realizada entre el 20 y el 24 de abril, frena la tendencia descendente del PSOE y confirma el ascenso en la expectativa de voto del PP con Alberto Núñez Feijóo —que corta el crecimiento de Vox—, dejando a los populares en situación de empate con el partido mayoritario del Gobierno con solo cuatro décimas de ventaja socialista, pero dos escaños más para los populares. Vox cae en torno a un punto y Unidas Podemos cae en torno a dos.

Si hoy se celebraran elecciones generales, las derechas españolas estarían en condiciones de volver a La Moncloa, dado que el PP ya ha iniciado el camino de la coalición con la extrema derecha en Castilla y León y no descarta repetirlo en Andalucía si los números dan. La encuesta les otorga una cómoda mayoría absoluta en su parte más alta y una mayoría justa sumando a Ciudadanos y a UPN en la banda baja.

No hay duda de que el PP ha salido reforzado del relevo de su liderazgo, y Feijóo araña casi tres puntos de expectativa de voto para su partido. Solo un mes después de la dramática defenestración de Pablo Casado, los encuestados valoran en el nuevo presidente de los populares su experiencia, preparación y buenas formas, lo que le ofrece un holgado colchón a riesgo de que la gestión diaria en su nuevo papel como líder de la oposición erosione el crédito con el que parte hoy. Feijóo resulta bien valorado por el votante de Ciudadanos, un segmento huérfano políticamente desde el derrumbe de este partido.

Vox sigue siendo la formación que atrae a un electorado casi unánimemente convencido de las altas virtudes de su líder y una simpatía muy amplia entre el votante del PP: la normalización gubernamental que ha empezado en Castilla y León se ha hecho compatible con las características de intransigencia y autoritarismo, explícitamente reconocidas por su electorado. Su trayectoria ascendente se corta este mes en paralelo al importante repunte de los populares, lo que enfría sus expectativas de imponerse entre los votantes de derechas.

En la izquierda, el PSOE sale vivo y creciendo siete décimas del shock energético provocado por la guerra de Ucrania y en general de su gestión durante el primer conflicto bélico en suelo europeo que viven muchos de los votantes españoles. Sigue lejos de su resultado en las últimas elecciones, pero no es mal dato teniendo en cuenta que ha sido el mes de la altísima inflación tocando los bolsillos de los ciudadanos, las movilizaciones del transporte y la previsión de una economía empobrecida. Pedro Sánchez sigue generando un fuerte rechazo en el votante de la derecha (que apenas aprecia su experiencia y buenas formas), pero en cambio se le reconoce como el líder más carismático. Sin embargo, que la mayor virtud reconocida por la población general sea el conocimiento de idiomas sigue indicando problemas de comunicación política del presidente con la ciudadanía.

La izquierda a la izquierda socialista recoge los desperfectos de su división interna y pública. Unidas Podemos mantiene el descenso de su expectativa de voto (cae dos puntos) y ya está a tres de su resultado electoral en 2019. La brecha abierta es visible entre Yolanda Díaz (muy favorablemente valorada por la población general) e Ione Belarra e Irene Montero, con Pablo Iglesias muy activo como agitador externo de esa divergencia en asuntos como el envío de armas a Ucrania. No parece hoy que esos votantes se refugien en el PSOE ni en Más País (que pierde algo de voto en la encuesta) y probablemente estén desmovilizados a la espera de cómo fragüe finalmente ese espacio político. En todo caso, sin esos votantes y sin una reactivación de la potencial candidatura de Yolanda Díaz, la opción de repetir una coalición de gobierno como la actual se demuestra muy difícil en el barómetro.

La encuesta pregunta ampliamente por los liderazgos y una mayoría significativa confía de forma preferente en el liderazgo femenino para resolver los problemas. Pero el dato más preocupante sobre el deterioro de la percepción ciudadana de la política española es que más de la mitad de los encuestados consideran que podrían gobernar mejor que los líderes políticos actuales. La política del todo vale no solo desgasta a quien gobierna; arrasa también la credibilidad de quien la practica.

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