El coronel sí tiene quien le escriba

Juan Diego ahora tiene la eternidad para hacer todos los papeles que siempre quiso hacer, y todavía se le quedará pequeña.

El actor sevillano Juan Diego.EFE

Se nos ha muerto Juan Diego. Su voz inconfundible, de trasnochador que se acostaba pronto , no volverá a llenar los escenarios. Tuve el privilegio de producir su última gran interpretación, El coronel no tiene quien le escriba ,de Gabriel García Márquez, en Zaragoza, dirigida por su amigo Carlos Saura. Fue la primera función del coronel, la última de Juan, cuyo testigo en el papel tomó otro grande, Imanol , al que el maestro Juan había dado la alternativa cuando llegó a Madri...

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Se nos ha muerto Juan Diego. Su voz inconfundible, de trasnochador que se acostaba pronto , no volverá a llenar los escenarios. Tuve el privilegio de producir su última gran interpretación, El coronel no tiene quien le escriba ,de Gabriel García Márquez, en Zaragoza, dirigida por su amigo Carlos Saura. Fue la primera función del coronel, la última de Juan, cuyo testigo en el papel tomó otro grande, Imanol , al que el maestro Juan había dado la alternativa cuando llegó a Madrid. Estar en ese escenario con él ese día será un recuerdo para siempre.

El año anterior hicimos juntos también La gata sobre el tejado de Zinc, donde Juan nos enseñó a todos lo que es ser actor. Tras unos primeros meses en los que su enfermedad le dejó respirar, una mala gripe de esas de las que ya no nos deja acordarnos la pandemia le golpeó en el pecho. El médico le dijo que tenía que dejarlo. Tuvimos que parar las representaciones, Juan tuvo que empezar a utilizar oxígeno, ya dábamos por cerrada la obra, cuando me llama y me dice:

-Jose , que seguimos , que ya estoy bueno.

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-Pero Juan…

-Ni pero ni Juan, que si no hago teatro me falta el aire.

Y se subió al tejado de la gata, dejando su oxígeno entre bastidores, aprovechando las salidas de escena para oxigenarse, como él decía, y acabó la temporada con el pundonor y la profesionalidad de un gladiador, de un torero, jugándose la vida en cada escena.

Pocos meses después, cuando surgió la oportunidad de adaptar El Coronel no tiene quien le escriba, dió un paso al frente, más gallo que el gallo que le acompañaba en escena, y llegó a estrenar en Zaragoza sin poder llegar a Madrid. Juan era mucho Juan. Esta mañana me decía su hijo Adam , que había quedado esta semana para hacer un corto, que ya no le daba la vida para un largometraje. Ahora tiene la eternidad para hacer todos los papeles que siempre quiso hacer, y todavía se le quedará pequeña. García Márquez le recibirá en el más allá con los brazos abiertos y Juan le dirá con esa voz que nunca nadie volverá a oír.

-Gabo, ahora ya tengo quien me escriba.

José Fernández Velasco es productor de cine.


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