Todos somos un poco poetas

No es preciso acudir a un poemario para encontrar poesía. A veces se puede leer algo semejante en las redes

Acción de Boa Mistura en la Cañada Real (Madrid) en verano de 2018.ÁLVARO GARCÍA

“Los bordados también son poesía y todos en el mundo somos un poco poetas”, escribió Luis Landero en Juegos de la edad tardía. Quizá hoy, en las redes, algunos usuarios tienen complejo de Faroni y viven una realidad en la que son poetas exitosos en sus perfiles. Y es que hay veces, no muchas, que Twitter se llena de contenido agradable. Pasa, sobre todo, en los días mundiales, por ejemplo, en el...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

“Los bordados también son poesía y todos en el mundo somos un poco poetas”, escribió Luis Landero en Juegos de la edad tardía. Quizá hoy, en las redes, algunos usuarios tienen complejo de Faroni y viven una realidad en la que son poetas exitosos en sus perfiles. Y es que hay veces, no muchas, que Twitter se llena de contenido agradable. Pasa, sobre todo, en los días mundiales, por ejemplo, en el Día Mundial de la Poesía. Se celebró el pasado 21 de marzo y, aquel día, esta red se llenó de los versos de Idea Villariño, Federico García Lorca o Ida Vitale, entre otros. Los usuarios compartieron aquellos textos que hacen que uno pare y reflexione sobre lo que acaba de leer.

Pero en Twitter se comparte poesía cada día, sea con o sin palabras. “La poesía está en todos los sitios. Solo hay que verla”, tuiteó la periodista María Jesús Güemes después de pedir dos vasos de agua en una cafetería y que el camarero reaccionara con un: “Marchando dos zumos de nube”. Entre las respuestas, le comentaron otras formas de llamar al agua: uno hablaba de “lágrimas de ángel”, y otro usuario añadía que en Venezuela el agua era “jugo de tubo”.

Quien difundió poesía en esta red social, y mucho, fue la editora Belén Bermejo, fallecida hace dos años. Su último hilo publicado es un poema en dos partes. Lo encontró en uno de sus paseos, lanzado el 24 de junio a las 13.58: “Dicen que va a haber tormenta a las seis”, frase a la que acompañaba una imagen de un cielo azul que casi quedaba oculto entre las ramas de los árboles que se cerraban como si de nubes se tratara. A las 21.02 publicaba el fin del poema: “(No hubo tormenta)”.

Porque poesía no es escribir frases que rimen ni con muchos puntos y aparte, aunque algunos lo crean así, y poesía no son —exclusivamente— los versos de Bécquer y Garcilaso. La lírica no solo está en los poemarios y, por suerte, tampoco en los mensajes de la etiqueta #poetuit.

Si acudimos al Diccionario de la lengua española, la poesía es: “Manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa”. En otra acepción indica que se puede manifestar o no por medio del lenguaje. Así, los bordados de Angelina, el personaje de Landero, lo que escuchó Güemes, aquello que publicaba Bermejo en su cuenta y todo lo que nos evoca un sentimiento —positivo o negativo— y tiene un sentido o una línea estética, puede ser considerado poesía. ¡Incluso un reportaje! Hace unos meses, el usuario Martin Hadis (@martinhadis) subtituló un vídeo de Kevin Killen sobre el clima de invierno destacando su “calidad literaria acaso no buscada”. La cuenta @literlandweb1 escribió sobre el mismo vídeo: “¿Se puede combinar la información, la poesía y el existencialismo? Se puede”.

¿Y es poesía el grafiti “Si os gustáis pos liaros”? Es como un verso. Un mensaje directo que hace pensar o actuar a quien lo recibe. La pintada se hizo meme, sticker de WhatsApp e imagen recurso a utilizar cuando quieres zanjar algo entre amigos. Hasta llegó a pasar unos días en la lona publicitaria de una película de Netflix colocada en un edificio de la Puerta del Sol de Madrid. Coincidirán con Modesto García (@modesto_garcia) en que el grafitero, cuando menos, fliparía al verse ahí.

Aunque todos somos un poco poetas, o podemos serlo, no hay duda de que poesía es lo que comparten casi a diario Luis García Montero, Luna Miguel o Karmelo C. Iribarren en sus perfiles, precisamente este último dedicó hace unos días un poema a los tuiteros y su ansia de escribir. En conclusión, dejemos la poesía a los poetas y compremos sus obras. Por cierto, mañana es el Día del Libro: nos leemos en Twitter.


Sobre la firma

Más información

Archivado En