Un sistema fiscal para el siglo XXI
La oportunidad que genera esta reforma debería ser aprovechada para sentar unas bases tributarias sólidas en el medio y largo plazo
Tras un año de trabajo, la comisión de expertos a la que se le encomendó la realización de un estudio sobre la reforma fiscal ha presentado sus resultados en el Libro Blanco sobre la Reforma Tributaria. Se trata de un trabajo titánico que reúne, en más de 700 páginas, la situación, efectos y opciones de reforma de nuestro sistema tributario. El resultado de esta acumulación de reformas parciales ha sido un sistema incompleto, que prima la competencia fiscal entre comu...
Tras un año de trabajo, la comisión de expertos a la que se le encomendó la realización de un estudio sobre la reforma fiscal ha presentado sus resultados en el Libro Blanco sobre la Reforma Tributaria. Se trata de un trabajo titánico que reúne, en más de 700 páginas, la situación, efectos y opciones de reforma de nuestro sistema tributario. El resultado de esta acumulación de reformas parciales ha sido un sistema incompleto, que prima la competencia fiscal entre comunidades autónomas, con efectos redistributivos limitados y que mantiene los ingresos públicos de España varios puntos por debajo de la media de ingresos de la UE.
El informe atiende a dos principios básicos: la modernización del sistema ante las nuevas realidades económicas y sociales, como la preocupación ambiental y los efectos de la economía digital, y la garantía de suficiencia de ingresos que consagra la Constitución Española. España se comprometió a desarrollar esta revisión atendiendo a las recomendaciones de la Comisión Europea, que ha insistido en la necesidad de mantener un marco fiscal sólido y compatible con el crecimiento y la reducción de las desigualdades. De este modo, la reforma fiscal se consignó como uno de los componentes clave de las reformas contenidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española.
Las recomendaciones —hasta 118— inciden en reformas que afectan a prácticamente todos los impuestos: eliminación de bonificaciones, establecimiento de mínimos en los impuestos de patrimonio y sucesiones, equiparación de los impuestos sobre hidrocarburos, eliminación del impuesto de actividades económicas o reducción de los impuestos de la energía eléctrica. El resultado previsto de este nuevo modelo de tributación incrementará la recaudación atendiendo a los criterios de equidad, proporcionalidad y suficiencia, y adaptará nuestro marco fiscal a los objetivos a largo plazo de una economía sostenible y digitalizada.
La experiencia de otros comités de expertos muestra que en la mayoría de las ocasiones los gobiernos tienen en cuenta las conclusiones solo de manera parcial. Sin embargo, la oportunidad que genera esta reforma debería ser aprovechada para sentar unas bases tributarias sólidas en el medio y largo plazo. Seguir manteniendo el sistema fiscal español basado en parches, como hemos visto, es un terreno abonado para el populismo fiscal y el oportunismo territorial, que avanzan en el sentido contrario al establecido por nuestros socios europeos, como le recordaron a la presidenta de la Comunidad de Madrid en la reciente Cumbre Europea de Regiones y Ciudades. El esfuerzo desarrollado por la comisión de expertos debería servir también para abrir un debate público y solvente sobre el sistema fiscal que queremos y necesitamos para mantener nuestro modelo social en las próximas décadas.