2022, mira arriba

Los lectores escriben sobre sus propósitos para el nuevo año, las mentiras de los diputados y la actitud de la sociedad con los jóvenes

Después de los lamentables años 2020 y 2021 es tiempo de mirar arriba. De apagar el ordenador, la tableta, el móvil. De salir de casa y mirar a los ojos a la gente, a los árboles, a los bosques, al mar, a los paisajes. Es hora de quitarnos de encima esta pandemia de una vez. De solucionar, sí o sí, el precio de la luz y la pobreza energética. De acabar con la impunidad, de exigir responsabilidades y rendición de cuentas. Es hora de apostar por la biodiversidad, de afrontar de una vez el problema del agua en un...

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Después de los lamentables años 2020 y 2021 es tiempo de mirar arriba. De apagar el ordenador, la tableta, el móvil. De salir de casa y mirar a los ojos a la gente, a los árboles, a los bosques, al mar, a los paisajes. Es hora de quitarnos de encima esta pandemia de una vez. De solucionar, sí o sí, el precio de la luz y la pobreza energética. De acabar con la impunidad, de exigir responsabilidades y rendición de cuentas. Es hora de apostar por la biodiversidad, de afrontar de una vez el problema del agua en un año de sequía, de movernos de una forma más sostenible, de coger la bici, de comer más sano, de hacer más deporte, de más música en directo, de quedar más con los amigos, de trabajar desde casa si se puede. También es el momento de buscar un futuro más sostenible, más seguro y de adaptarnos al cambio climático que ya está aquí. Realmente lo tenemos todo. 2022 puede ser el año de la rebelión. Miremos arriba. Hagámoslo real.

Fernando Prieto. Madrid

Aprender de los representados

El Congreso de los Diputados, que debe representar al conjunto de la ciudadanía, miente o exagera frecuentemente, según leí el domingo en su periódico. El análisis se centra en preguntas o interpelaciones al Gobierno pero me temo que si lo hubieran focalizado en promesas o afirmaciones, el resultado hubiera sido similar. Los representados, con pocas excepciones en términos relativos, cumplimos: pagamos los impuestos, nos vacunamos y cruzamos por los pasos de peatones. ¡Ya podrían aprender los representantes de los representados, digo yo!

Rafael González-Ripoll. Pozuelo de Alarcón (Madrid)

Jóvenes inseguros

Cada generación ha tenido sus pros y sus contras y la nuestra no ha sido una excepción. Una carrera, como mínimo, tres idiomas, un máster, años de experiencia, vehículo propio y, además, una lista sin fin de requisitos. Es lo que nos piden a los jóvenes si queremos tener un trabajo, y no hablo de uno con condiciones de dignas, sino de cualquier empleo que te permita tener ingresos. Súmale casi dos años de pandemia, en los que te han limitado tu libertad personal a niveles descomunales. ¿Cuál es el resultado? Una generación de jóvenes con gran capacidad de adaptación, y de personalidades fuertes a la que han hecho creer que somos la generación de ni ni, débiles e irrespetuosos, que no sabemos lo que es el espíritu de sacrificio y sin interés por nada. Creo sinceramente que debemos cambiar la forma de ver y tratar a nuestra generación porque, si no, a largo plazo tendremos una población insegura y triste.

Laura Pérez Cantero. Sant Cugat (Barcelona)

Deseos

Minutos después de celebrar las doce uvas la pasada Nochevieja y de abrazar a mis seres queridos, se me ocurrió preguntarle a mi hermano pequeño sobre sus metas para este nuevo año. “Quiero que el coronavirus termine”, fue su respuesta. Pobre. Pero tiene razón, porque después de casi dos años de prohibiciones, desconcierto, aislamiento y desesperanza, este es el anhelo de todos nosotros. Yo he decidido tener un buen año me deseo un feliz año 2022 y todo lo que la felicidad conlleva.

Génesis Scarlett Pacheco. Hospitalet de Llobregat (Barcelona)

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