¿Puede perder las presidenciales Emmanuel Macron?

La recomposición de la derecha francesa parece ganar peso, algo que podría debilitar la posición del presidente ante las elecciones

La candidata a las elecciones francesas, Valérie Pécresse, durante un acto en París.Thierry Chesnot (Getty Images)

El proceso de recomposición de la derecha francesa parece ganar más peso a cuatro meses de las próximas presidenciales. Ello podría debilitar la posición de Macron, que había aprovechado precisamente la descomposición del bipartidismo en 2017, creando, tras el mandato de François Hollande, una alternativa centrista-populista encarnada en el partido de La República En Marcha (LRM). El partido conservador de Los Republicanos (LR) había sufrido hemorragias...

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El proceso de recomposición de la derecha francesa parece ganar más peso a cuatro meses de las próximas presidenciales. Ello podría debilitar la posición de Macron, que había aprovechado precisamente la descomposición del bipartidismo en 2017, creando, tras el mandato de François Hollande, una alternativa centrista-populista encarnada en el partido de La República En Marcha (LRM). El partido conservador de Los Republicanos (LR) había sufrido hemorragias importantes en sus tropas en beneficio de la extrema derecha de Marine Le Pen. El último congreso de LR acaba de elegir a Valérie Pécresse, una exsarkozysta, a la candidatura para los próximos comicios.

Es un acontecimiento fundamental en el tablero político. Dejando de lado la trágica situación de la izquierda, esta será probablemente eliminada en la primera vuelta, por falta de un programa propio y de un líder capaz de aunar sus directrices identitarias. No podrá detener el tremor que viene de las profundidades de la sociedad, que apuntala ahora a una derecha cada vez más segura de sí misma, a una extrema derecha potente aunque dividida, que reivindican al unísono y sin tapujos una orientación conservadora o francamente ultraderechista.

En el centro derecha, Macron sigue respaldado, según los sondeos, por un 30% del electorado, una cifra excepcional si se compara con sus dos predecesores (Hollande y Sarkozy); sin embargo, no bastará para vencer en la segunda vuelta en caso de estar confrontado a la candidata de LR, porque, frente a la estrategia de ella, no dispone de márgenes para ampliar su mayoría. El escenario ideal para él sería, como la vez anterior, un cara a cara con Marine Le Pen, pero la irrupción de un segundo líder de la corriente extremista, Eric Zemmour puede impedir a este partido alcanzar la segunda vuelta. Y esta coyuntura novedosa, con una derecha que no ha dejado de crecer en estos dos últimos años, favorece a Valérie Pécresse, pues puede contar con el apoyo de la derecha ultraconservadora en su partido. Basta recordar que, en las primarias, el 40% de los miembros de LR había elegido a Eric Ciotti, representante populista de tinte xenófobo.

Si desde luego Pécresse consigue superar la primera vuelta, aprovechará el voto cómplice de electores de Le Pen y Zemmour, sensibles a la retórica reaccionaria de Ciotti; y se beneficiará de la debilidad de la izquierda, que llamará, probablemente, a la abstención.

El anuncio de la nueva candidata de LR no ha tardado en traducirse en un auge significativo en los sondeos, en la materialización de una oferta creíble y viable frente a Macron y a la alternativa peligrosa de la extrema derecha antirrepublicana. Nada está, por supuesto, escrito en el mármol de la historia de los comicios franceses, pero es obvio que el tablero de fuerzas puede poner en jaque Emmanuel Macron, cuyos fieles han desatado inmediatamente una ofensiva política contra la líder de LR, reconociendo la posible configuración en la segunda vuelta. Queda, para Pécresse, un reto: encumbrar rápidamente su pedestal para no caer durante la campaña.

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