Capacidades diferentes

Los lectores escriben sobre la discapacidad, las violaciones, la enseñanza de filosofía y la inacción de los políticos

Un niño con capacidades diferentes realiza un ejercicio de aprendizaje.

Desde que inicié mi etapa formativa y académica estuve luchando por un sueño. Y lo cumplí hace unos años. Mi felicidad laboral es plena. Trabajar con la discapacidad es un viaje diario por tu mente y por la de los que te rodean. Es aprender cada día de personas con una capacidad diferente a la tuya. Remarco el concepto diferente. En estos años he aprendido que la discapacidad es un término muy versátil y, muchas veces, erróneo. Quizás no e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Desde que inicié mi etapa formativa y académica estuve luchando por un sueño. Y lo cumplí hace unos años. Mi felicidad laboral es plena. Trabajar con la discapacidad es un viaje diario por tu mente y por la de los que te rodean. Es aprender cada día de personas con una capacidad diferente a la tuya. Remarco el concepto diferente. En estos años he aprendido que la discapacidad es un término muy versátil y, muchas veces, erróneo. Quizás no estemos del todo preparados para iniciar ese proceso inclusivo sin entender que todos necesitamos un empujón en algunos aspectos en los que estamos menos capacitados. Estas personas catalogadas como “personas con discapacidad” no necesitan ese apoyo siempre y, en algunos aspectos, son ellos los que te lo pueden dar a ti. Fomentar la inclusión es positivo. Eso sí, hagámoslo sabiendo que en ese proceso inclusivo podemos estar, a nivel general, igual de capacitados todos y cada uno de los que lo formamos.

Álvaro Fernández García. Calera y Chozas (Toledo)

Una más

Una chica más a la que le roban la libertad y la juventud. Otra mujer a la que le quitan la seguridad y la confianza. Otra persona a la que le arrebatan la integridad física y mental. Y no, no es culpa suya. No es culpa de su edad ni de lo que llevaba puesto. Tampoco de lo que había, o no, bebido, ni de la hora que era, ni del sitio en el que estaba. Es culpa del agresor, del que no ha sido educado para respetar. La culpa es del violador y del agresor, y del cómplice que lo tolera. Me cuesta expresar con palabras la impotencia, rabia e indignación que siento al ver cómo estos sucesos siguen ocurriendo. Cada agresión, violación y muestra de desprecio nos hace sentir más pequeñas, más desprotegidas. Tenemos miedo de ser las siguientes víctimas, pero nuestras voces no han cesado en la lucha por ser escuchadas. ¿Cuántas más tendrán que vivir este infierno para que la sociedad ponga punto y final?

Andrea Vilaplana Gómez. Barcelona

Sin filosofía, sin reflexión

La filosofía desaparecerá de la educación obligatoria para pasar a estar presente solo en bachillerato. Independientemente de que en la nueva ley educativa haya tanto puntos elogiables como criticables, no puede ser beneficioso nunca que la filosofía, que no es otra cosa que el amor por la sabiduría, desaparezca cada vez más de la educación. ¿Qué va a ser de nosotros si se nos extirpa la reflexión, si perdemos la individualidad por culpa de no fomentar el pensamiento crítico? Solo nos queda, si no quieren la filosofía en las aulas, que la reflexión esté en nuestras vidas.

Samuel Ridal. Madrid

¿Qué pasa?

Leo los diarios y lo único que veo son malas noticias. Calentamiento global imparable, violaciones, crisis económica, recursos que se agotan… ¿Qué nos está pasando? Las soluciones frente a estos problemas existen, están sobre la mesa. De hecho, en cada noticia leo la solución escrita; pero acompañada de un “los países no lo harán”. No lo harán. Hacen falta políticos capaces de empezar a pasar a la acción. No podemos seguir así, hay que implementar medidas drásticas para problemas extremos. ¿Cuánto más tendremos que esperar?

Marta Badia Gargallo. Barcelona

Más información

Archivado En