Atrapada en una jaula de cristal
Los lectores opinan sobre la precariedad, el uso de móviles por niños, el aborto y la publicidad de alimentos ultraprocesados
Mi historia no es diferente de tantas que día a día vivimos en Baleares. Este año ha sido mi novena temporada aquí, vine para ganar más y vivir tranquila con calidad de vida y un trabajo en el sector turístico. Tengo un salario que no me permite acceder a ninguna ayuda y tampoco puedo pedir una hipoteca porque no tengo el 30% del valor de la vivienda que me exigen los bancos junto a un aval. Soy madre de dos hijos, llevo 15 años esperando una resolución de mi denuncia por no recibir pensión y...
Mi historia no es diferente de tantas que día a día vivimos en Baleares. Este año ha sido mi novena temporada aquí, vine para ganar más y vivir tranquila con calidad de vida y un trabajo en el sector turístico. Tengo un salario que no me permite acceder a ninguna ayuda y tampoco puedo pedir una hipoteca porque no tengo el 30% del valor de la vivienda que me exigen los bancos junto a un aval. Soy madre de dos hijos, llevo 15 años esperando una resolución de mi denuncia por no recibir pensión y sufriendo violencia económica de mi expareja. Atrapada en Baleares, tengo 53 años y no me planteo cambiar de trabajo, aparte de que no hay ofertas para los mayores de 40 años. Las unidades familiares no tenemos forma de salir de la jaula de cristal, donde ves lo bonita que es la vida y cómo envejeces sin la seguridad de que tu jubilación te vaya a librar de seguir siendo una atrapada por el sistema. Denuncio con tristeza que la historia se repite: salimos adelante y educamos y formamos a los jóvenes del futuro con el objetivo de que no se conviertan en otros atrapados.
Leonor Díaz-Guerra Pizarro. Palma de Mallorca
Móviles y niños
Me produce profunda tristeza ver a algunos padres utilizar el móvil para mantener entretenidos a sus hijos en la calle, en el restaurante e imagino que también en sus casas, antes incluso de que sepan hablar o andar. Me entristece verlos por la calle como autómatas, indiferentes a lo que les rodea, absortos en la pantallita. Niñas sexualizadas precozmente por unas redes sociales cada vez más tóxicas y adictivas y niños que se maleducan en el sexo a golpe de vídeos porno y que comienzan a gastar sus primeros euros en apuestas. Me entristece ver cómo los dispositivos están robando a los niños la inocencia y la propia infancia. Y lo más descorazonador es que los adultos lo contemplen con normalidad.
Sebastián Fernández Izquierdo. Petrer (Alicante)
Nosotras decidimos
Como mujeres, tenemos el derecho a decidir si queremos o no tener un hijo. Ha terminado ahora la campaña 40 días por la vida, durante la cual miles de mujeres han sido acosadas por el simple hecho de querer interrumpir su embarazo. Decidir no traer un hijo a este mundo no es una decisión fácil. Pero, hoy en día, ¿no es acaso algo previsible? Las facturas se multiplican, los salarios bajan, los recursos se agotan… ¿Cómo vamos a dejar que nuestros hijos vivan en situaciones que no querríamos ni para nosotros?
Marta Badia Gargallo. Barcelona
Políticos como niños
Cuando yo era pequeño daba igual que te comieras un donut, un bollicao o una palmera gigante. Lo quemabas todo en la calle. Es más, luego llegabas a casa y te zampabas el bocata de foie-gras. Eran otros tiempos y no quiero decir que fueran mejores, solo que quemábamos lo que nos echasen en la caldera. Supongo que las costumbres cambian y también los ultraprocesados, que ahora les entran hasta por el móvil. Los chavales tienen vidas más sedentarias y el marketing también es más agresivo. Así que no veo mal que se regule su publicidad. Pero ya sabemos que hoy en día todo se politiza y si tú dices A, yo diré B. Siempre. Digas lo que digas, diré lo contrario. Los políticos parecen niños pequeños y eso es bastante triste, más triste que un niño comiendo una manzana.
Fernando Bordeu Soto. Madrid