Hablemos de suicidio

Los lectores escriben de la salud mental para evitar suicidios, de la presencialidad tras la vuelta a la normalidad tras las restricciones por el coronavirus y las mentiras en política

Una adolescente junto a su teléfono móvil.PACO PUENTES

”Necesito descansar para siempre”. Eres joven, tienes una vida idílica, una familia maravillosa y un grupo de amigas que te adora. Pero hace meses que no descansas, no ríes, no sueñas y hasta te cuesta llorar. Ves desde tu burbuja los días pasar en el calendario y cómo la vida avanza, aunque tú hace tiempo que estás en pausa. Gritas sin motivo, ves a tu familia llorar, tu madre te suplica que vuelvas y noche tras noche te va invadiendo la culpabilidad. Una noche cualquiera decides que no puedes más, “necesito descansar” y pum, un pitido intenso y mucha oscuridad. ...

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”Necesito descansar para siempre”. Eres joven, tienes una vida idílica, una familia maravillosa y un grupo de amigas que te adora. Pero hace meses que no descansas, no ríes, no sueñas y hasta te cuesta llorar. Ves desde tu burbuja los días pasar en el calendario y cómo la vida avanza, aunque tú hace tiempo que estás en pausa. Gritas sin motivo, ves a tu familia llorar, tu madre te suplica que vuelvas y noche tras noche te va invadiendo la culpabilidad. Una noche cualquiera decides que no puedes más, “necesito descansar” y pum, un pitido intenso y mucha oscuridad. En España hay una media de 10 suicidios diarios, siendo desde hace 13 años, la principal causa de muerte no natural. Y no se habla, no se cuenta, no se comparte. Se oculta y se deja pasar. Son, somos, muchas las personas que, en algún momento sin motivo, necesitamos y buscamos descansar. Ojalá hablemos, ojalá escuchemos y ojalá consigamos entre todos que ese pitido intenso no suene nunca más.

Andrea Guzmán Isasmendi. Vitoria-Gasteiz

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La vuelta a la presencialidad

Si el pasado curso escolar y laboral estuvo marcado por el estrés y las videollamadas en pantuflas, el actual ha empezado con cierta ilusión. En casa quedan la bata y las alarmas sonando cinco minutos antes de empezar: es tiempo de reencuentros y regresos a la presencialidad. Y, aunque sigamos con la distancia social, los aforos limitados y las manos pegajosas de tanto gel hidroalcohólico, volvemos con la lección aprendida. Esto es la nueva normalidad: saber que debajo de las mascarillas hay una sonrisa que grita bien fuerte lo mucho que echábamos de menos volver a vernos cara a cara.

Elian Vayá Sempere. Madrid

La mentira y sus cómplices

Cuando en una ocasión escuché que hay quienes piensan que la mentira puede ser considerada como un punto de vista, me pareció de tal perversidad que no daba crédito a lo que oía. El número dos del PP, Teodoro García Egea, me ha demostrado que sí, que se puede mentir y tergiversar las ideas y quedar impune. A cuenta de la renovación del CGPJ, ha hecho unas declaraciones en las que dice estar de acuerdo con el comisario europeo de Justicia Reynders para dicha renovación, pero que el PSOE la está obstaculizando. Declaraciones totalmente contrarias a la realidad. Lo malo de toda esta basura es que cala en muchos incautos, que no les alcanza o no quieren que les alcance la realidad. La mentira no tendría tanta fuerza si no tuviera tantos cómplices.

José Luis Romanos Marfil. Zaragoza

¿Quién dijo que saldríamos mejores?

En pleno confinamiento, ya hace más de un año, el desconocimiento, el miedo, la pesadilla que vivíamos y la solidaridad de tantos y tantos nos hizo pensar que de esta tragedia saldríamos todos más humanos, más unidos. Pero ese utópico “ser mejores” se ha ido también con los contagios masivos, y aparece otra plaga peor, la de la agresividad, la del placer por la desobediencia, por el ataque a la propia esencia del ser humano. Creo que al cambio climático no le va a dar tiempo a acabar con nuestro planeta. Nosotros mismos nos aniquilaremos antes por este odio que prolifera como humo tóxico.

Magdalena Azabal Arroyo. Madrid

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