Desastre climático global

Los lectores opinan sobre la situación crítica del medio ambiente, las mujeres en Afganistán, nuestros derechos y obligaciones como ciudadanos y sobre el deporte femenino

Protestas en Frankfurt de 'Fridays for Future' reclamando respuestas al cambio climático .Constantin Zinn (EFE)

A estas alturas, entiendo desacertado seguir definiendo de forma neutra (cambio climático) un fenómeno que se está demostrando ultradestructivo. Según algunas previsiones, la muerte y destrucción que eventualmente se derivará del fenómeno superará con creces a la derivada de las dos guerras mundiales juntas y comportará a su vez la mayor extinción de fauna y flora en millones ...

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A estas alturas, entiendo desacertado seguir definiendo de forma neutra (cambio climático) un fenómeno que se está demostrando ultradestructivo. Según algunas previsiones, la muerte y destrucción que eventualmente se derivará del fenómeno superará con creces a la derivada de las dos guerras mundiales juntas y comportará a su vez la mayor extinción de fauna y flora en millones de años. Creo que para concienciar realmente a la ciudadanía del inmenso peligro al que nuestra civilización (rica en carbono y pobre en valores ecológicos) nos ha arrastrado, debiéramos utilizar una terminología más apropiada y contundente que transmitiese el verdadero dramatismo y peligro al que nos enfrentamos. Todo en aras de despertar conciencias proactivas en la lucha climática. Cataclismo climático, climagedón o desastre climático global serían términos a mi entender más apropiados para definir a la principal amenaza que acecha al Homo sapiens.

Martí Gassiot. Barcelona


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Mis derechos, tus derechos

Hay que ver con qué facilidad hablamos de “mis derechos”, olvidando los derechos de los demás. Y ejemplos, los que quieran. Desde una madre que lleva a su hijo a la guardería sin vacunar porque tenía el derecho a no vacunarse, olvidando fácilmente los derechos de los otros niños a no contagiarse. Pasando por los antivacunas que alegan “su derecho” a no vacunarse, aunque puedan contagiar a los que los rodean. A eso se le llama egoísmo e hipocresía. Saben aprovecharse del sistema que tenemos porque forman parte de él, pero, a cambio, no piensan nada más que en ellos. ¿Obligaciones? Otro día lo hablamos.

Félix Moreno Quevedo. Almansa (Albacete)


Una mujer con burka en un campo de refugiados en Kabul, Afganistán este domingo. HEDAYATULLAH AMID (EFE)

Que alguien me diga qué puedo hacer

Los talibanes vuelven a tomar el poder en Afganistán, y nadie tiene ninguna duda de lo que eso significará para las mujeres que viven en ese país. Crueldad doble al tratarse de mujeres que han conocido otra vida durante 20 años, “gracias” a nosotros, el mundo occidental, que ahora las abandona a su suerte. ¿De verdad, de verdad, no vamos a hacer nada? Necesito hacer algo, pero no sé cómo, ¿alguien me ayuda?

Matxalen Llosa Blas. Santander


La equipación en el deporte femenino

Llama la atención las diferencias de vestimenta entre mujeres y hombres en determinados deportes, en los que la equipación de la mujer consiste en un escueto biquini mientras el varón puede vestirse con camiseta y pantalón corto. Muchas jugadoras vienen quejándose de una normativa que parece buscar un “buen espectáculo” a base de sexualizar las competiciones femeninas. Recientemente, el seleccionador galo de balonmano playa declaraba que algunas chicas decían sentirse “desnudas y observadas”. En vísperas de los Juegos Olímpicos de Tokio, el equipo noruego de esa misma disciplina se rebeló contra la imposición del biquini jugando con pantalón corto. La respuesta fue una multa. Otros ámbitos, como espectáculos, publicidad, etcétera, siguen dominados por unos planteamientos masculinos que cosifican a la mujer. Mi apoyo, pues, a estas valientes deportistas que han plantado cara al machismo más cavernario.

Victoria Durán Rivacoba. Santander


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