¿Todos somos Samuel?

Los lectores opinan sobre la intolerancia, la sanidad pública, la libertad de expresión y sobre el consumo de carne

El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith hace declaraciones a los medios el pasado jueves.Chema Moya (EFE)

Hay quien rechaza la diferencia y no repara en medios para erradicarla. Hay quien, desde su condición de representante político al frente de partidos democráticos —pero incendiarios—, arma de razones a personas cuya ceguera intelectual acaba convirtiendo en mercenario de la sinrazón. Finalmente, hay quien desde los púlpitos lanza proclamas contra la libertad sexual, contra el derecho de amar a quien se quiera y como se quiera, dando argumentos a los descerebrados que encuentran en sus palabra...

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Hay quien rechaza la diferencia y no repara en medios para erradicarla. Hay quien, desde su condición de representante político al frente de partidos democráticos —pero incendiarios—, arma de razones a personas cuya ceguera intelectual acaba convirtiendo en mercenario de la sinrazón. Finalmente, hay quien desde los púlpitos lanza proclamas contra la libertad sexual, contra el derecho de amar a quien se quiera y como se quiera, dando argumentos a los descerebrados que encuentran en sus palabras la justificación “moral” de sus acciones, de su intolerancia y de su violencia extrema. A todos ellos solo me gustaría hacerles dos preguntas: ¿cómo es posible seguir viviendo con la conciencia tranquila ejerciendo de pirómanos? ¿cuántos asesinatos más debemos presenciar a manos de sus valientes secuaces hasta oírles gritar: “¡Ya es suficiente!”?

Tomás Jorge Pérez. Los Realejos (Tenerife)


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Volverán las mareas blancas

Salíamos todos los domingos con paraguas o buscando la sombra para que no nos robaran nuestro médico, nuestra enfermera. Para que siguieran controlando la tensión del padre o el descontrol de medicación de la madre o los grupos de prevención de embarazo adolescente... Eso es un centro de salud. Es cierto que conseguimos que la privatización iniciada en 2007 por Javier Fernández-Lasquetty fracasara. Más tarde, en 2013, volvió para privatizar seis hospitales y 27 centros de salud. El Tribunal Constitucional suspendió el proceso, pero Fernández-Lasquetty ha regresado, y volveremos a las calles.

Maria Victoria Antón. Madrid


Entonces será tarde

Colgaron la foto de aquel editor en la picota de Twitter y no dije nada (no suelo leer El Jueves); acusaron a los menores extranjeros no acompañados y tampoco hablé (no soy un niño inmigrante); insultaron a esa mujer en el metro y miré para otro lado (no vine de Latinoamérica); descalificaron a ese diputado inmigrante y me dio igual (yo no llegué en cayuco); apalearon a un muchacho que iba de la mano con otro y no me indigné (no soy homosexual). Cuando me toque a mí, por no ser buen español (ni canto el himno ni llevo pulsera rojigualda), ya será tarde.

Luis de Luxán Meléndez. Porrúa, Llanes (Asturias)


El ministro de Consumo, Alberto Garzón.María José López (Europa Press)

La polémica sobre el consumo de carne

Que las comidas pantagruélicas, que incluyen carnes de todo tipo, no son saludables ni para las personas ni para el medio ambiente no lo dice el ministro Garzón. Lo dicen la ciencia y las organizaciones internacionales que trabajan en estos contextos, sin mucho éxito de momento. Hay montones de razones para promover el consumo sostenible de carne, incluidas las relacionadas con el bienestar animal en las granjas de explotación intensiva. Algunos políticos están aprovechando esta valiente apuesta por cambios de hábitos, que no son obligaciones sino recomendaciones, para atacar al ministro. Tanto desde la izquierda como desde la derecha se dan mandobles a Garzón. Gente que seguro que tampoco quería que se prohibiera fumar. Y critican los indultos y la eutanasia. Todo por echar leña al fuego que no calienta, sino que arrasa.

Lola Pereira. Salamanca


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