Vox avisa a Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid inicia su nuevo mandato marcada por la extrema derecha

Isabel Díaz Ayuso, este sábado, durante la toma de posesión de su cargo como presidenta de la Comunidad de Madrid.Andrea Comas

Isabel Díaz Ayuso ha iniciado esta semana su nuevo mandato en la Comunidad de Madrid dando señales de convertirlo en campo de batalla ideológico frente a Pedro Sánchez: por su anuncio de una reducción fiscal que beneficia más a las rentas altas; por un plan de ayuda a la maternidad que traza una férrea barrera ante quienes no demuestren suficiente asentamiento en la región, y por...

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Isabel Díaz Ayuso ha iniciado esta semana su nuevo mandato en la Comunidad de Madrid dando señales de convertirlo en campo de batalla ideológico frente a Pedro Sánchez: por su anuncio de una reducción fiscal que beneficia más a las rentas altas; por un plan de ayuda a la maternidad que traza una férrea barrera ante quienes no demuestren suficiente asentamiento en la región, y por el silencio ante el racismo de Vox, al que debe en última instancia su presidencia y al que regaló sonoras críticas al aborto.

Ayuso detalló una rebaja de medio punto en todos los tramos del IRPF que no solo mermará en 300 millones los ingresos en las arcas comunitarias en detrimento de unos servicios públicos ya muy castigados, sino que además beneficiará especialmente a las rentas con ingresos de más de 53.000 euros anuales. Su plan desafía además la necesidad de una armonización fiscal en España y choca frontalmente con las propuestas que distintos ámbitos tan poco sospechosos de izquierdismo como el G-7, el FMI o el Gobierno de EE UU están defendiendo para combatir la desigualdad.

No hay nada que objetar al objetivo de apoyar la maternidad para atajar graves problemas que afronta esta sociedad como el deterioro demográfico y las dificultades de conciliación. Pero condicionarla a que las mujeres estén empadronadas en Madrid un plazo tan largo como 10 años reduce en extremo la ayuda y discrimina a inmigrantes o nacionales de fuera que lleven ya tiempo en la región. Y es en materia migratoria donde se produjo el tercer aviso de la guerra cultural que se avecina. La portavoz de Vox reprochó al diputado de Podemos Serigne Mbayé su “origen ilegal”, en una alusión indigna del nivel de convivencia que debe imperar en la Cámara. Aunque la presidenta de la Asamblea pidió la retirada de estas palabras, el grupo popular se mantuvo en silencio. Toleró la afrenta de Vox, que con sus 13 escaños ha hecho posible la investidura de Ayuso. Un indicio de los peligros que afronta el PP en los brazos de la ultraderecha.

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