¿Otra vez?

He leído cómo, de nuevo, el pasado sábado 15 de mayo la Policía tuvo que intervenir para desalojar a 9.000 personas celebrando botellones en Barcelona. ¿Qué nos pasa? Me parece surrealista que a estas alturas se repita la misma situación, sobre todo después de lo ocurrido el primer día sin toque de queda. Soy la primera que entiende que apetezca; es más, a mí me apetece. Pero también sé que no debemos abusar, aunque lega...

He leído cómo, de nuevo, el pasado sábado 15 de mayo la Policía tuvo que intervenir para desalojar a 9.000 personas celebrando botellones en Barcelona. ¿Qué nos pasa? Me parece surrealista que a estas alturas se repita la misma situación, sobre todo después de lo ocurrido el primer día sin toque de queda. Soy la primera que entiende que apetezca; es más, a mí me apetece. Pero también sé que no debemos abusar, aunque legalmente se pueda. ¿No nos ha bastado el año que llevamos prácticamente encerrados? Esto no ha terminado y solo se nos pide un poco de responsabilidad. Hay muchísimas otras alternativas para pasar un buen rato con amigos antes que montar una verbena en la calle en plena pandemia mundial. Esto es trabajo de todos y seguro que los que trabajan en hospitales nos agradecerían que tuviésemos un mínimo de sentido común.

Núria Manzano Viñas. Son Servera (Mallorca)

El asalto a Ceuta

España es una monarquía parlamentaria, y como tal, practica el derecho humanitario, dentro y fuera de sus fronteras. Marruecos es una monarquía autocrática, y como tal, no gusta del derecho humanitario ni tolera a los países que lo ejercen. A partir de aquí se entiende perfectamente la crisis de Ceuta. El reino alauí amenazó al reino español por atender en Logroño a un líder del Frente Polisario, paciente de covid. Primero lo hizo de palabra, y ahora, por mar, aflojando las tuercas fronterizas. Con todo, la entrada masiva en Ceuta debería avergonzar especialmente al régimen marroquí, pues un país que favorece la huida de sus nacionales, sobre todo de los más jóvenes, es un país que reconoce que carece de futuro.

Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño

Quiero mi segunda dosis de AstraZeneca

Durante el primer estado de alarma estuve trabajando de cara al público sin apenas protección alguna (trabajo en una farmacia). Atendimos a multitud de personas que acudían a la farmacia porque los centros de salud estaban cerrados y buscaban ayuda, muchas de ellas con síntomas compatibles con la covid. Estoy orgullosa de esa etapa, aun sin haber recibido ninguna ayuda por parte de Sanidad. En febrero me pusieron la primera dosis de AstraZeneca, y he llegado a las 12 semanas esperando la segunda. Se me ha pasado la recomendación que marca la ficha técnica, y pretender cambiar a Pfizer va en contra de la EMA y de la AEMPS. No se puede jugar así con la salud de la gente.

Margarita Torres Pons. Cala de Bou (Ibiza)

Qué falta de empatía en la política

En un momento tan delicado para todos, con gente perdiendo mucho más que sus empleos, preocupados por un futuro que en ningún caso se ve optimista… veo un intento de muchas personas por usar la política como medio para lograr notoriedad o comodidad individual. Suelo pensar que soy de los pocos que creen que necesitamos un cambio general, ni unos son tan buenos ni los otros tan malos; pero la política ha dejado de ser una herramienta para ayudarnos y se ha convertido en una de adoctrinamiento generadora de una división que lo único que produce es lástima. Me niego a pensar que soy el único que lo siente así.

Javier Gorria Puga. Barcelona

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