Merecemos estabilidad laboral
Los lectores opinan sobre la interinidad, la violencia machista, los políticos y los trastornos de conducta alimentaria
Trabajo como médico internista en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Tengo 57 años. He tenido diferentes cargos de responsabilidad durante mi trayectoria profesional. He sido jefe de Sección de Medicina de Urgencias en este mismo hospital; también director médico del Hospital Carlos III de Madrid, y he trabajado en la medicina privada en el Hospital San Rafael. Sin embargo, y a pesar de todo esto, ...
Trabajo como médico internista en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Tengo 57 años. He tenido diferentes cargos de responsabilidad durante mi trayectoria profesional. He sido jefe de Sección de Medicina de Urgencias en este mismo hospital; también director médico del Hospital Carlos III de Madrid, y he trabajado en la medicina privada en el Hospital San Rafael. Sin embargo, y a pesar de todo esto, soy personal laboral interino desde 2004. No soy un caso aislado, desgraciadamente, solo uno más de los 40 compañeros de distintas especialidades del Gregorio Marañón, con interinidades de 15 a 20 años. Creo que, además de aplauso en los peores momentos de la pandemia, nos merecemos la estabilidad laboral, de una vez por todas.
Juan Carlos Cano Ballesteros. Madrid
Sin denuncias previas
No había denuncias previas, se suele escuchar cuando dan la triste noticia de una mujer asesinada por su maltratador, y no me extraña. Si denuncia, mal; si no denuncia, también mal; si aparenta vida normal, se arregla, se pinta, sonríe, mal; si presenta un aspecto descuidado y abatido, mal; si lo hace o no lo hace por los hijos, mal también; todo mal. ¿Qué fuerzas tiene que sacar y de dónde una víctima de maltrato para enfrentarse a otra condena, la social, que adivina va a ser atroz? Afrontar el miedo a su verdugo, poner en evidencia su intimidad, saberse en boca de tanto maledicente y no tener ni la confianza ni la certeza de que va a recibir el amparo y la protección que necesita tras su denuncia, hace que tantas y tantas mujeres sufran en silencio su tormento y entretanto su maltratador, de rositas.
M. Luz Álvarez Aumente. Boadilla del Monte (Madrid)
Lo que hacía falta
Los presidentes de la Junta de Andalucía y la Xunta de Galicia, del PP, reclaman la prolongación del estado de alarma más allá del 9 de mayo si la incidencia de la covid-19 sigue alta. Es la única herramienta que garantiza los toques de queda y los confinamientos si fuesen necesarios. Al mismo tiempo, el presidente del PP ha dicho que no apoyará más estados de alarma. Como si no tuviésemos bastante con las diferencias entre los contrarios, ahora resulta que también se dan entre los adeptos.
Mario Suárez. Pilas (Sevilla)
Los TCA no son ninguna tontería
En este último año los casos de trastornos de conducta alimentaria, también conocidos como TCA, se han disparado. Este aumento parece estar directamente relacionado con la pandemia de la covid-19. Aunque es una de las patologías que más ha aumentado en los últimos meses, no se habla lo suficiente de ello, nunca se ha hecho en realidad. Como sociedad, tendemos a evitar este tipo de temas y no somos conscientes de su importancia. Se trata de una enfermedad y ha de ser considerada como tal. Los expertos confirman que entre el 1% y el 4% de los españoles tienen algún tipo de TCA en un determinado grado, y que una de cada 20 adolescentes lo sufre. Ahora, las consultas a especialistas se han quintuplicado. Esto nos tiene que hacer pensar que en ciertas situaciones no hay que tener miedo de pedir ayuda, y menos cuando nuestra salud depende de ello.
Inés Muñoz. Valencia
Los textos de esta sección tienen que enviarse exclusivamente a EL PAÍS y no deben tener más de 100 palabras (700 caracteres sin espacios). Deben constar nombre y apellidos, ciudad, teléfono y DNI o pasaporte de sus autores. EL PAÍS se reserva el derecho de publicarlos, resumirlos o extractarlos. No se dará información sobre estas colaboraciones. La dirección para escribir en esta sección es CartasDirector@elpais.es