Trump: absuelto, pero no limpio

El Senado emitió su veredicto; el de la historia será mucho más severo

Donald Trump, el pasado 6 de enero, cuando se produjo el asalto al Capitolio de sus seguidores.MICHAEL REYNOLDS (EFE)

El Partido Republicano ha perdido la oportunidad que le había brindado la historia de romper con Donald Trump, con su política de polarización del país, de erosión de la democracia y con las soflamas que culminaron el 6 de enero con el asalto al Capitolio. Aunque siete de sus legisladores se sumaron a los 50 de la mayoría demócrata, el segundo impeachment contra el expresidente decayó al no conseguir el umbral requerido de los dos tercios del Senado.

Trump ha coleccionado hitos indeseables p...

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El Partido Republicano ha perdido la oportunidad que le había brindado la historia de romper con Donald Trump, con su política de polarización del país, de erosión de la democracia y con las soflamas que culminaron el 6 de enero con el asalto al Capitolio. Aunque siete de sus legisladores se sumaron a los 50 de la mayoría demócrata, el segundo impeachment contra el expresidente decayó al no conseguir el umbral requerido de los dos tercios del Senado.

Trump ha coleccionado hitos indeseables para quien debiera ser una figura ejemplar, o al menos leal con la Constitución que se ha comprometido a defender: es el primer presidente que afronta dos juicios políticos en el Senado; es el primero que protagoniza un impeachment una vez abandonada la Casa Blanca, y es el primero que ha enardecido a sus seguidores con un discurso de insurrección que desembocó en el asalto a la sede del Legislativo por una congregación de supremacistas, ultraderechistas y violentos en un episodio que dejó tocada la imagen de la mayor democracia del mundo.

Durante el proceso, los senadores han podido ver imágenes escalofriantes de la amenaza sufrida y del acoso incluso a los republicanos críticos o al mismo vicepresidente Mike Pence por negarse a seguir la estrategia de Trump de no reconocer la derrota. La negación del resultado electoral, en la que la mayor parte de los republicanos le acompañó por encima de cualquier signo de evidencia, perseguirá sin duda a este partido. No hay condena del Senado, por tanto, contra un presidente que ha dividido a la sociedad y envenenado la vida política de EE UU. Trump sale absuelto, pero no limpio. El propio líder de los conservadores en el Senado, Mitch McConnell, le consideró “práctica y moralmente responsable de los acontecimientos”, aunque había votado por su absolución. Es de esperar, o al menos de desear, que sus posibilidades hayan terminado para siempre y que los conservadores busquen la vía para limpiar su legado. El Senado ha emitido un juicio; el de la historia será mucho más severo, con Trump, y los republicanos que le apoyaron.

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