En sus libros guardaba mis sueños
“Me convertí en vagabundo por la cantidad de vida que había dentro de mí, por la pasión de viajar que palpitaba en mi sangre y que no me dejaba tranquilo”. Así nos adentraba en su mundo Jack London, uno de los escritores que con más ansía leía aquel cuyas palabras bien podría haber suscrito. En los libros podemos guardar nuestros sueños para que no se mueran de frío, y yo, en los de Javier Reverte, guardaba los míos. Ahora, al lado de la nostalgia por su partida, “mi alma no acaba de acostumbrarse a ello”.
Elena Calvo Calvo. Monteagudo (Navarra)
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“Me convertí en vagabundo por la cantidad de vida que había dentro de mí, por la pasión de viajar que palpitaba en mi sangre y que no me dejaba tranquilo”. Así nos adentraba en su mundo Jack London, uno de los escritores que con más ansía leía aquel cuyas palabras bien podría haber suscrito. En los libros podemos guardar nuestros sueños para que no se mueran de frío, y yo, en los de Javier Reverte, guardaba los míos. Ahora, al lado de la nostalgia por su partida, “mi alma no acaba de acostumbrarse a ello”.
Elena Calvo Calvo. Monteagudo (Navarra)