El consenso es una quimera
Sumidos en un eterno rifirrafe y en un desajuste de cifras con tintes políticos, Madrid se apaga, parpadea y vuelve a encenderse. En mis grupos de WhatsApp nadie entiende nada y nadie sabe nada. Tampoco lo saben en la Comunidad de Madrid ni en el Gobierno central, aunque Illa afirma que los planes o el establecimiento del estado de alarma se basan en criterios puramente sanitarios. Que solo les preocupa el bienestar de la ciudadanía española. Yo ya no sé si creérmelo, atiborrada de tantas verdades a medias. El consenso es una quimera, y la nueva normalidad, una utopía.
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Sumidos en un eterno rifirrafe y en un desajuste de cifras con tintes políticos, Madrid se apaga, parpadea y vuelve a encenderse. En mis grupos de WhatsApp nadie entiende nada y nadie sabe nada. Tampoco lo saben en la Comunidad de Madrid ni en el Gobierno central, aunque Illa afirma que los planes o el establecimiento del estado de alarma se basan en criterios puramente sanitarios. Que solo les preocupa el bienestar de la ciudadanía española. Yo ya no sé si creérmelo, atiborrada de tantas verdades a medias. El consenso es una quimera, y la nueva normalidad, una utopía.
Raquel Ruiz Incertis. Valdepeñas (Ciudad Real)