La misteriosa muerte de Ana Carolina Saucedo, la estudiante que desapareció en Monterrey
La Fiscalía de Nuevo León asegura que el cuerpo de la joven, de 22 años, no tenía “signos de violencia ni daños”. La familia afirma que no hay señales de desaparición forzada
Los guardias del cerro de las Mitras, en Monterrey, registraron el pasado viernes la entrada en el área natural de Ana Carolina Saucedo, pero no su salida. Tras cuatro días de intensa búsqueda, la Fiscalía de Nuevo León ha confirmado que el cuerpo que se encontró en el bosque pertenece a la estudiante, de 22 años. La titular de Feminicidios, Griselda Núñez, ha afirmado que no han encontrado “signos de violencia ni daños”, pero no ha abierto ninguna línea de cuál puede ser la causa de la muerte. La madre de la joven, Laura Bahena, ha confirmado que “no hay datos de alguna situación de desaparición forzada”: “Ella subió voluntariamente al cerro y desafortunadamente se encontró sin vida”.
La desaparición de Ana Saucedo volvió a estrujar a la sociedad regiomontana. La joven llegó a las siete de la mañana del 7 de febrero al campus Cumbres, de la Universidad del Valle de México. Cuando su madre regresó a buscarla a las 14:00, la estudiante ya no estaba. Su ficha de búsqueda corrió rápido en una ciudad golpeada a diario por las desapariciones de mujeres. Grupos de senderismo, servicios de rescate y perros de rastreo peinaron el cerro de las Mitras. Entre los árboles colocaron el cartel con la foto sonriente de Saucedo.
El lunes se encontró un cuerpo en el bosque; estaba alejado de los senderos, entre los árboles, en una zona con poca visibilidad. El martes, el Ministerio Público de Nuevo León convocó a una rueda de prensa donde confirmó que pertenecía a Ana Saucedo. La fiscal Griselda Núñez insistió en que el cuerpo no presentaba signos de violencia, también descartó que se hubieran detectado antecedentes de violencia o tendencias suicidas en la joven: “Por lo que estamos en espera del resultado de la autopsia”.
“A la comunidad les pedimos no hacer especulaciones y esperar los resultados de la investigación”, ha escrito en una publicación de Facebook Laura Bahena, en la que ha agradecido el trabajo a la Fiscalía: “A las autoridades de Nuevo León, les agradezco infinitamente haberla encontrado y realizado una búsqueda inmediata y que se realizó durante estos días en forma diligente. Confiamos en ellas y han sido muy profesionales en toda la información que nos han proporcionado para saber lo que pasó”.
Tras el análisis de imágenes y de telefonía, las autoridades han establecido que la joven fue en un taxi por aplicación desde el campus, que está al pie de la montaña, hacia el cerro. Ahí se registró y entró: “Hasta este momento no hay otro dato que haya estado acompañada de otra persona”, ha dicho Núñez. Qué pasó dentro del área natural se desconoce. La fiscal ha añadido que hay detalles que solo serán compartidos de forma confidencial con la familia. Sin embargo, hay algunos hilos que no han quedado claros, como la causa de la muerte o por qué el teléfono de Ana Saucedo fue encontrado en otra ubicación distinta.
El caso de la estudiante ha resucitado viejos fantasmas en Monterrey. Se cumplen ahora tres años de una de las grandes crisis de desaparecidas en la capital del Estado más rico de México. Fueron los rostros de María Fernanda Contreras, Debanhi Escobar y Yolanda Martínez. Tres años después, el de Contreras es el único de los tres en el que hay un acusado de la desaparición y del asesinato, y que ha llegado a juicio.
El descrédito que hoy enfrenta la Fiscalía de Nuevo León bebe de aquellos días. Griselda Núñez puso cara a las contradicciones de la dependencia sobre la causa de muerte de Debanhi Escobar, la estudiante de Derecho que se convirtió en el símbolo de los feminicidios cuando fue encontrada en la cisterna de un motel, en el punto exacto donde había desaparecido 13 días antes. Las autoridades de Nuevo León trataron de dar por cerrado el caso diciendo que Escobar se había caído en el hueco del tanque de agua y había fallecido de una contusión de cráneo. Una teoría rechazada de forma rotunda por sus padres. Las autopsias que se hicieron después revelaron que la joven había sido asfixiada, también que estuvo varios días viva, antes de que ser asesinada. Sigue sin haber ningún detenido. “El caso de mi hija se va a resolver cuando en la Fiscalía local quiten a toda esa basura de funcionarios”, dijo su padre, Mario Escobar, a EL PAÍS sobre el personal de investigación de Nuevo León, donde considera que “hay gente que obstaculizó definitivamente la investigación”.
La fiscal Griselda Núñez fue también quien lanzó la idea de que Yolanda Martínez, de 26 años, se había suicidado. La funcionaria afirmó que esa era la principal hipótesis, pese a que la joven, que había salido 38 días antes a buscar trabajo y tenía una hija, no había tenido ningún antecedente de quitarse la vida; pese a que su cuerpo fue encontrado tirado al lado de una carretera y pese a que no había todavía resultados de la autopsia. La institución basó su teoría en el hallazgo junto al cadáver de dos botes con sustancias insecticidas, aunque después se determinó que esas sustancias no estaban en el cuerpo de la joven. Ya era tarde, la Fiscalía nunca dio más explicaciones. Su padre, Gerardo Martínez, sigue luchando por encontrar respuestas.
Durante esa crisis, se conservan las publicaciones de Ana Saucedo en Facebook. Compartía indicaciones de preparativos qué hacer en caso de ser desaparecida, cómo guardar una carpeta con datos personales y contraseñas; también pedía justicia para Yolanda: “Tomen en serio mi búsqueda”.