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Vuelta al cole: ¿cómo hacerla más llevadera?

Aprender a llevar el inicio de curso del mejor modo posible hará que las fuerzas y las energías de los menores estén enfocadas en lo verdaderamente esencial. Descubre las siete claves para hacerlo con buen pie

El comienzo del curso ya está aquí. Las vacaciones escolares han finalizado y la vuelta a la rutina es inminente. Con ella comienza la preparación de un nuevo año escolar lleno de objetivos y expectativas que, bien organizadas, pueden ser de gran ayuda para motivar un inicio adecuado. Porque aunque las vacaciones escolares hayan podido resultar largas y la conciliación laboral y familiar no haya sido sencilla, volver al día a día implica muchos otros aspectos a tener en cuenta. Estos pueden ser el gasto en material escolar, libros y uniformes, volver a las carreras cada mañana para llegar a tiempo —y a ser posible de buen humor—, la elección de extraescolares, los deberes cada tarde o acompañar los estudios de los exámenes cada día —e incluso en el fin de semana—.

Por otro lado, también existe la ilusión por el comienzo, la alegría del reencuentro con los amigos y compañeros, las ganas de comenzar un nuevo curso y la motivación por descubrir qué deparará un nuevo año.

¿Cuáles son las claves para hacer la vuelta al cole más llevadera?

  1. Programar una escapada próxima puede ser de gran ayuda. Tener esa motivación, pese a volver a la misma rutina de siempre, otorga cierta ilusión y resta peso a todo lo que conlleva el comienzo de curso que no resulta tan atractivo, como puede ser madrugar o tener que volver a las obligaciones del colegio o del trabajo.
  2. No anticipar la situación con mucho tiempo. En ocasiones, con la intención de poner al niño en contexto tratando de bajar sus niveles de estrés y ansiedad, se consigue lo contrario. Cada cual conoce a su hijo y lo que le beneficia más. Quizás sea perfecto decírselo tres o cuatro días antes del comienzo y en otros casos podrá ser con un día o dos de antelación. Todo depende de cómo sea cada menor.
  3. Preparar la vuelta de manera conjunta, en familia. Por ejemplo, los niños pueden ayudar a elegir su mochila, preparar su material, colaborar poniendo el nombre en lo que necesiten llevar al colegio, acompañar en la compra de lo que vayan a precisar o realizar una tabla de rutinas juntos para poder anticipar lo que van a realizar cada día de este nuevo curso.
  4. Enfocarse en los aspectos positivos puede resultar de gran ayuda, ya que los niños se contagian de las emociones de los adultos. Si observan preocupación y nerviosismo en sus referentes, seguramente se muestren inseguros e intranquilos. Mientras que si se les ofrece calma y tranquilidad, tendrán confianza y seguridad para afrontar este nuevo comienzo.
  5. Es fundamental ser flexibles y comprensivos. El proceso de adaptación precisa de tiempo y paciencia. Quizás haya algunos días complicados hasta que el menor se adapte, donde necesite mayor acompañamiento emocional. O tal vez al inicio acuda contento y parezca adaptado y tras unos días comience a no querer ir al colegio. Todo ello forma parte de un proceso natural y común en este periodo de tiempo, donde la adaptación pasa por distintas fases y momentos.
  6. El juego es la base del desarrollo del niño y este puede ser la motivación necesaria en cualquier etapa pero aún más en el nuevo comienzo de curso. Es aconsejable programar tiempos de juego en familia, ya sea al llegar del colegio, por las tardes y los fines de semana, por ejemplo, en un entorno natural, donde se ponga en valor el ocio y el tiempo compartido, que es un gran agente motivador para toda la familia.
  7. El menor necesita que sus emociones se vean validadas, ya que trabajar la inteligencia emocional es saber acompañar las emociones que aparecen en el niño en cualquier situación, tanto aquellas más sencillas de acompañar como aquellas que son más incómodas de sostener, como pueden ser el miedo, la tristeza o la frustración. Poner palabra a cada emoción, darle su lugar, entender que es necesaria y abrazarla, ayuda al niño a comprender el proceso por el que transita, sin sentirse juzgado ni invalidado.

En conclusión, la vuelta al cole puede ser muy atractiva y llevadera si se plantea desde una perspectiva optimista y tranquilizadora. Se trata de un proceso más dentro del trascurso de la rutina, que hay que saber enfrentar con las herramientas y las estrategias adecuadas.

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