Las abuelas y los abuelos, a la cabeza de la red de apoyo para poder cuidar de los hijos
Siete de cada diez madres recurren a sus padres para conseguir conciliar, según la última encuesta del Club de Malasmadres. Muchos mayores reconocen disfrutar de esta labor, algunos también admiten el cansancio que requiere atender a un menor
Son las 16.45 de una tarde de mayo en el patio del colegio Joyfe, en la calle Vital Aza de Madrid. Los niños más pequeños, los primeros que salen de clase, corretean y juegan mientras sus abuelos y padres sujetan la mochila, la merienda o la chaqueta. Sentada, entre el bullicio, está Marisa Sánchez, jubilada desde hace tres años, que intenta hablar mientras su nieta de tres años coge su mano y da vueltas a su alrededor. “Tengo dos nietas, esta y ...
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Son las 16.45 de una tarde de mayo en el patio del colegio Joyfe, en la calle Vital Aza de Madrid. Los niños más pequeños, los primeros que salen de clase, corretean y juegan mientras sus abuelos y padres sujetan la mochila, la merienda o la chaqueta. Sentada, entre el bullicio, está Marisa Sánchez, jubilada desde hace tres años, que intenta hablar mientras su nieta de tres años coge su mano y da vueltas a su alrededor. “Tengo dos nietas, esta y la mayor de siete, y vengo a buscarlas cuando mi hija no puede venir por temas de trabajo”, relata. Ella asegura estar entusiasmada cuando pasa: “Me da subidón, me encanta recogerlas. Vengo con mi marido, está fuera esperando, ambos estamos encantados”. Sánchez reconoce que suelen venir unas 10 veces al mes: “No son muchas. Siempre que llaman me da mucha alegría”.
La realidad de Sánchez es la realidad de muchos abuelos en España. Así lo concluye la encuesta Sin madres no hay futuro, realizada por el Club de Malasmadres y la asociación por la conciliación Yo no Renuncio que lleva con su labor una década. De los resultados de la pesquisa contestada por 17.856 mujeres, hechos públicos el pasado 7 de mayo, cabe reseñar una de sus conclusiones: “Las abuelas y los abuelos se sitúan a la cabeza de la red de apoyo con la que cuentan las mujeres en España para atender los cuidados de sus hijos. Exactamente, 7 de cada 10 recurre a los mayores de la casa para conseguir conciliar”. En este sentido, el 58% de las mujeres encuestadas dice sentirse “muy apoyada” por la familia. “En esta ocasión, hemos querido poner el foco en las redes de apoyo con las que cuentan las madres”, explicaba Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, durante la presentación en la Fundación Telefónica en Madrid. “Y es que existen pocas o nulas redes de apoyo formales [en referencia a las ayudas públicas o comunitarias] y los cuidados se sostienen sobre las informales: la familia. Las madres, las abuelas, son las que soportan el peso de la conciliación en España”.
Los resultados obtenidos por esta encuesta son un reflejo de la situación actual de los abuelos españoles. El estudio Abuelos y crianza. El papel protagonista de las personas mayores en el cuidado a la infancia (julio, 2023), hecho por Aldeas Infantiles, asegura que en España el 35% de los mayores de 65 años cuida a sus nietos y nietas, al menos, varios días por semana. “En un contexto laboral en el que la conciliación familiar es un complicado juego de malabares, los cuidados de niños ―y personas dependientes— son generalmente asumidos por las redes familiares”, se lee en este informe.
“Cuidar a mis nietas es algo normal”, retoma Sánchez, “es algo que ha pasado de generación en generación. Mis padres cuidaron de mis hijas y ahora lo hago yo por ellas”. Esta abuela no siente que la sociedad haya mejorado a favor de la conciliación desde que ella fuera madre: “Y es una pena. Las empresas deberían tener horarios más flexibles porque, por ejemplo, mi hija y su marido hacen un esfuerzo muy grande por llegar y no lo consiguen”.
Los abuelos, los cuidadores de confianza
“A los padres, saber que sus pequeños son cuidados por los abuelos y abuelas les hace sentir que están en las mejores manos porque son personas de su absoluta confianza y les permite centrarse mejor en sus roles laborales”, señala Yolanda García, abogada, máster en Dependencia y Servicios Sociales en la Universidad de A Coruña y directora de gestión sociosanitaria y dependencia en Senniors, empresa de acompañamiento a las personas mayores en las diferentes etapas de su vida, ofreciéndoles una solución de cuidados a domicilio. Además, para García esto favorece la conciliación, “ya que, en muchas ocasiones, las jornadas de trabajo y las guarderías o colegios no ofrecen toda la flexibilidad que una familia necesita”. Y señala también el ahorro en los costes del cuidado: “Las horas extras o las extraescolares pueden ser muy caras, mientras que si son cuidados por los abuelos el gasto se reduce muchísimo”.
“Es cierto que los abuelos son las personas de mayor confianza, pero no es por eso por lo que las familias cuentan con ellos para delegar el cuidado. Lo hacen porque, en muchos casos, no pueden asumir el coste de contratar un servicio que atienda a sus hijos fuera del horario escolar”, puntualiza Baena en declaraciones a este periódico. Según el nuevo informe del Club de Malasmadres, así sucede en dos de cada cinco casos de las casi 18.000 mujeres encuestadas.
“Cuando los abuelos cuidan de sus nietos se fortalecen los lazos familiares, y el sentimiento de agradecimiento y el vínculo afectivo se ven reforzados”, retoma García. José Félix Álvarez está en su sesentena y tiene tres nietos, aunque recoge solo a dos de ellos al salir de clase —el tercero, el mayor de 10, tiene extraescolares—. Lo hace entre 10 y 12 veces al mes. “Vengo cuando mi hija y su marido lo necesitan, normalmente porque no les da tiempo a llegar o tienen cosas que hacer. Lo mejor de recogerlos es que disfruto mucho de su compañía. Además, vivo muy cerca, es muy cómodo, vamos caminando y charlamos mucho. Y no es algo que me agobie, no me canso, es más, me gusta”. “En la actualidad, conciliar es muy complicado”, continúa Álvarez, “pasan los años y no cambia nada”.
“Los abuelos, las abuelas, permiten a muchas mujeres poder continuar con su trayectoria laboral cuando llega la maternidad”, prosigue la fundadora de Malasmadres. El objetivo para Baena es que las madres estén presentes en la crianza y educación de sus hijos: “Que los mayores tengan que cuidar a los nietos es reflejo de un sistema fallido que no pone los cuidados en el centro y no apuesta por la corresponsabilidad social”.
El cansancio de cuidar a los nietos
“Los niños cansan mucho porque son inagotables y requieren mucha energía y, por definición, cuando ya estás mayor hasta cogerlos en brazos supone un esfuerzo, y por ello no es la mejor edad para cuidar de menores”, añade la filósofa Ana de Miguel. Para De Miguel, los mayores lo que deben ser es abuelos, porque ellos ya han criado a sus hijos: “Tienen que hacer su nuevo papel, que no es el mismo que el de los padres, que son los encargados de marcar límites y actuar con determinación”. Algo que Paquita G. sabe muy bien. Ella tiene dos nietos y reconoce que ahora solo va a su colegio de visita. “Con mis años [está en la setentena], ya no puedo traer la merienda, cargar mochilas y caminar largas distancias”, asegura. “Ahora, me canso mucho, pero me gusta venir a verles y siempre les traigo algo”, explica mientras le da a su nieta una moneda de chocolate ante la sonrisa cómplice de la pequeña.
“A algunos mayores les resulta muy difícil comunicar a sus hijos que no pueden mantener la ayuda prestada hasta la fecha. Para ellos, ayudar se convierte en obligación y, normalmente, no son capaces de negarla aun a riesgo de su propio cansancio y salud”, incide Paloma Jorge, terapeuta ocupacional especializada en geriatría y demencias. Para ella deben ser los propios hijos quienes tengan en cuenta el esfuerzo que supone para los mayores. Según Jorge, estos deberían diferenciar entre una ayuda puntual de una diaria o de una jornada laboral con el esfuerzo y dedicación que supone el cuidado de un menor. “Esta ayuda, a veces, se convierte en un trabajo no remunerado pero con horarios fijos, disponibilidad casi permanente y una dedicación física y emocional exigente”, certifica Baena. La fundadora de Malasmadres explica que cuidar a los nietos se hace para cooperar con los que uno más quiere: “Las abuelas ven ahora cómo sus hijas, educadas en una igualdad aparente, tienen que pedirles ayuda para seguir adelante y sobrevivir la maternidad”.
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