Negociar horarios y otras cinco claves para disfrutar de tu hijo adolescente este verano
Las vacaciones son un tiempo ideal para fomentar y mejorar el vínculo paternofilial, dejando atrás las discusiones y tensiones que han acompañado el curso
Ya están aquí las vacaciones de verano y con ellas el tiempo libre y las pocas responsabilidades. La estación del año preferida por el adolescente porque se han terminado las clases y puede exprimir al máximo los días compartiendo experiencias con su grupo de iguales, conociendo gente nueva, asistiendo a fiestas y explorando su independencia. Unas semanas donde deja a atrás los madrugones, el estrés de los exámenes, los trabajos y tareas, los entrenos o las competiciones deportivas.
Padres e hijos necesitan sentir que son días superar las continuas discusiones, las tensiones y los malos rollos que les han acompañado durante el largo curso. Un tiempo ideal para reparar el vínculo, para conseguir buen humor en casa, para compartir un tiempo de calidad juntos desde la calma, la conexión y el afecto. Para buscar alguna afición conjunta que ayude a eliminar tensiones. Pero conseguirlo resulta una tarea complicada para las familias, porque a la mayoría de adolescentes parece que únicamente le interesa dormir mucho, comer a deshoras, estar conectado a su teléfono y salir con sus amigos. Cumplir con sus responsabilidades en casa o pasar tiempo con sus padres y hermanos le resulta sumamente aburrido y pesado.
Las familias deberán aprender a pactar con sus hijos los horarios, las responsabilidades, las actividades que pueden o no hacer y el tiempo en familia para evitar situaciones incómodas que les lleven a pasarse todo el día entre roces y desencuentros cuando el tiempo juntos aumenta. Estos compromisos ayudarán a padres e hijos a disfrutar de las ansiadas vacaciones y a recargar la energía que tanto necesitarán cuando llegue septiembre.
Estas son unas claves básicas para que las familias disfruten de su hijo adolescente este verano:
- Entender que necesita dormir hasta tarde, pues su cerebro se encuentra inmerso en una gran transformación y precisa recargar energía. Será clave que el adulto respete los ritmos vitales del adolescente, evitando pasar el día atosigándole y diciéndole lo que debe hacer. El joven precisa sentir que se respeta su intimidad y se le da el espacio que necesita.
- La negociación será un elemento clave para que los días de verano puedan ir bien. Las familias deberán mostrar interés por negociar con su adolescente sin perder los nervios. Conseguir un diálogo claro y fluido a través de la escucha activa ayudará a llegar acuerdos que satisfagan a ambas partes. Si el joven se siente escuchado y comprendido, mostrará más interés por compartir con sus padres todo aquello que le pasa.
- Flexibilizar normas y horarios será clave para poder romper con la rutina del largo invierno. Establecer una nueva dinámica familiar aportará mucha frescura en las relaciones. Negociar las responsabilidades que el adolescente deberá cumplir en casa y el momento del día en el que deberá realizarlas evitará conflictos. Es importante que el adolescente sienta que su colaboración es imprescindible para que la familia funcione.
- El verano será un momento ideal para cambiar el chip en casa. Si el adulto constantemente recuerda todo aquello que el adolescente ha hecho mal durante el curso escolar o los resultados académicos, este no mostrará ningún interés para pasar tiempo con él. Los reproches, las etiquetas y los castigos carecen de aprendizaje y solo conseguirán perturbar la relación paternofilial y crear distancia. Las vacaciones deben suponer un reset para todos los miembros de la familia.
- El adulto debe entender que el adolescente quiera pasar la mayor parte del tiempo con sus amigos y que los planes en familia le resulten poco atractivos. Por esta razón, será muy importante que el adolescente participe en la programación de los días de vacaciones en familia, teniendo en cuenta sus opiniones sobre el lugar y las actividades que le gustaría hacer. Es siempre buena idea involucrarle en la planificación del viaje, dejándole participar en la selección del destino, los lugares a visitar y el itinerario a seguir.
- Proponer al adolescente realizar alguna actividad juntos será una buena forma de pasar tiempo de calidad con él para poder compartir intereses y confidencias. Será un momento ideal para que el adulto pueda mostrar su interés por todo aquello que le interesa o preocupa a su hijo y para mostrar su afecto evitando los interrogatorios.
La relajación de normas y obligaciones, conseguir una comunicación abierta y fluida y un buen establecimiento de expectativas permitirá a las familias fortalecer las relaciones y construir valores juntos durante las vacaciones, además de convertir estos días de descanso en buenos recuerdos. El mar, un buen helado, los viajes y el vivir una temporada sin prisas ayudarán a las familias a lograrlo.
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