Diez álbumes ilustrados para disfrutar en verano
Hemos seleccionado estas propuestas para pequeños lectores y padres y madres ávidos de este período estival y de lecturas en compañía
El verano es para las bicicletas… y para los libros. A decir verdad, los libros y las bicicletas son para cualquier momento del año, pero nunca se disfrutan tanto como con la tranquilidad, el tiempo libre y el sosiego que nos regalan las vacaciones veraniegas. En De mamás y de papás hemos seleccionado diez álbumes ilustrados (no faltan los cómics y los poemarios) para pequeños lectores y padres y madres ávidos de verano y de lecturas en compañía.
Flores salvajes (Impedimenta): Tras el éxito de Buenas noches, Planeta, Premio Eisner al mejor cómic infant...
El verano es para las bicicletas… y para los libros. A decir verdad, los libros y las bicicletas son para cualquier momento del año, pero nunca se disfrutan tanto como con la tranquilidad, el tiempo libre y el sosiego que nos regalan las vacaciones veraniegas. En De mamás y de papás hemos seleccionado diez álbumes ilustrados (no faltan los cómics y los poemarios) para pequeños lectores y padres y madres ávidos de verano y de lecturas en compañía.
Flores salvajes (Impedimenta): Tras el éxito de Buenas noches, Planeta, Premio Eisner al mejor cómic infantil 2018, Impedimenta vuelve a acercar a los pequeños lectores españoles otra obra de arte del viñetista argentino Ricardo Siri ‘Liniers’. Flores salvajes es un cómic para leer y releer una y mil veces, una historia que rinde un sentido homenaje al poder de imaginación de la infancia, a esa capacidad que tienen niños y niñas para despojarse de la palabra “imposible” y construir mundos y aventuras repletas de fantasía desde la nada. Con una atractiva estructura que solo nos revela el truco al final, Liniers nos invita a seguir la aventura de tres niñas inspiradas en sus hijas que encandilan sin remedio a los más pequeños y que a nosotros, los adultos, nos hacen reconectar con un superpoder, el de la imaginación, que nunca deberíamos dar por amortizado.
Papi comeniños (Galimatazo): Carmen, la protagonista de Papi comeniños, es una niña que, como muchas otras niñas y niños, no ha encontrado mejor lugar para plasmar su vocación artística que las paredes de su habitación. Ella es consciente de que puede que su arrebato pictórico no siente demasiado bien a su padre, así que imagina todo tipo de reacciones de su progenitor, a cada cual peor (luego, afortunadamente, nunca son para tanto). Con su característica apuesta por el juego de palabras y la búsqueda de los límites del lenguaje, Marisa López Soria aborda con maestría y con sentido del humor en este álbum ilustrado un tema cuanto menos delicado: el miedo de los niños a las reacciones muchas veces desmedidas de nosotros, sus padres.
Peque y yo (NubeOCHO): La escritora Alicia Acosta y la ilustradora Mercè Galí, posiblemente sin pretenderlo, han creado con Peque y yo una estupenda guía de referencia para ayudar a niñas y niños a afrontar el duelo por la pérdida de una mascota. Ese hecho traumático, precisamente, es el que sufre la pequeña protagonista de este emotivo e inspirador álbum ilustrado en el que, tras un necesario periplo de duelo (con sus nubes negras, sus lágrimas en los ojos y su corazón hecho pedazos), la pequeña, con la ayuda de sus seres queridos, aprende a aceptar que, pese a la muerte, su perro siempre estará presente de una u otra forma en su vida.
Pancho (Nórdica): Pancho, que ahora reedita Nórdica en una cuidada edición, fue el primer título de literatura infantil de Antonio Santos, publicado originalmente en 2003 por Kalandraka y con el que consiguió el segundo Premio Nacional de Ilustración. Los buenos libros, los que acaparan los grandes premios, acostumbran a ser imperecederos, a no perder vigencia con el paso de los años. Eso es lo que sucede con Pancho, que los mensajes y las denuncias que Antonio Santos dejó por escrito en este duro -y, pese a todo, tierno- álbum ilustrado de gran carga animalista siguen hoy de plena actualidad: desde la denuncia de la caza furtiva, el comercio ilegal y la explotación de animales salvajes en circos (afortunadamente en decadencia), hasta la realidad de los inmigrantes que se juegan la vida en el estrecho de Gibraltar para llegar a Europa, pasando por esa lección de vida que todos aprendemos a base de golpes y errores: que hay que hacer caso a la experiencia que atesoran los mayores.
La barbería club (Mosquito): Salvando las distancias, La Barbería Club podría ser considerada la versión álbum ilustrado y para niños y niñas de Puñales por la espalda, un fantástico homenaje para el público infantil al mundo creado por Agatha Christie y a los grandes clásicos de la literatura de intriga y misterio. Con gran maestría, Soledad Romero Mariño y Xiana Teimoy recrean el Chicago de los años veinte y más en concreto el ambiente de una barbería en cuyo sótano se esconde un club clandestino. En él se dan cita un grupo de peculiares personajes, todos allí presentes con motivo del cumpleaños del gran capo local de la mafia, Big Tulio. Las extraordinarias descripciones de los personajes sirven de antesala a un asesinato que obligará a los lectores (acompañados por Voldemar, una joven novelista con alma de detective) a encontrar al asesino entre un grupo de invitados en el que todos parecen sospechosos. Una auténtica gozada.
Hacer dedo (Kalandraka): La mención honorífica del prestigioso Premio Internacional Serpa de Álbum Ilustrado 2017 en Portugal y el Premio Golden Plaque Statue en Eslovaquia en 2019 hablan bien a las claras de la calidad de Hacer dedo, el colorido e hilarante álbum ilustrado del autor brasileño Guilherme Karsten que ahora llega a España de la mano de Kalandraka. Una divertida historia acumulativa protagonizada por un surfista que, en su camino al mar, se encontrará con un variado grupo de estrambóticos personajes haciendo autostop que irán llenando hasta lo imposible su coche. A destacar del álbum la expresividad de la que Karsten dota a sus personajes y el sorprendente giro final de la historia, que aunque abierto, invita sin dudarlo a sacar a relucir nuestra sonrisa más pícara.
Obaysch, ¡baila! (La Topera): Escrito por Iraide Roldan Retolaza e ilustrado por Ottavia Pasta, Obaysch, ¡baila!, podría pasar por un libro más de aceptación de la diferencia, esa corriente tan en boga en el ámbito de la literatura infantil y, más en concreto, del álbum ilustrado. Sin embargo, Obaysch, el simpático y gruñón hipopótamo protagonista de esta historia que también tiene mucho de superación y resiliencia, introduce un interesante tema de conversación entre padres e hijos que ya pusiera sobre la mesa -con otro estilo totalmente diferente- Germán Machado con La jaula (Andana): la importancia de la libertad de los animales y las consecuencias que tiene para estos el privarles de ella, ya sea en una pequeña jaula doméstica o en una gran jaula de zoo. Obaysch sabe mucho sobre el tema. Quizás por eso es un hipopótamo tan gruñón.
Leo y Lisa: más allá de la ciudad única (Thule): Cuando se acerca a libros como Leo y Lisa: más allá de la ciudad única, un servidor no puede dejar de pensar en películas como El bosque, de M. Night Shyamalan, en esas comunidades cerradas que se crean y consolidan a partir del miedo (generalmente ficticio). No es este un álbum ilustrado de miedo o suspense, pero Ciudad Única, donde ocurre la historia, tiene algo de esas comunidades cerradas que generalmente acaban rompiendo personajes decididos y valientes como Leo y Lisa. Dicho esto, lo que hace único a este álbum ilustrado que adopta el formato cómic es el espectacular trabajo creativo de su autor, Miguel Ángel Sáez, que ha creado cada uno de los escenarios y cada uno de los personajes que dan forma a Leo y Lisa: más allá de la ciudad única con objetos reciclados y que en cualquier otro lugar distinto a sus manos hubiesen acabado en el cubo de la basura. Un trabajo artesanal que emparenta su trabajo con el de genios como Karina Schaapman, la creadora de la genial saga de La casa de los ratones. Ojalá ésta sólo haya sido la primera aventura de Leo y Lisa. El trabajo de Miguel Ángel Saéz bien merece su saga de aventuras. Siempre es bueno tener cerca a gente capaz de mostrarnos “la belleza de lo inútil y la vida más allá de lo evidente”.
La tribu chatarra: aventuras en Isla Bosque (Beascoa): La colección Mi primer cómic de Beascoa, inaugurada por Artur Laperla y su saga Félix y Calcita y continuada con Magali Le Huche y su Súper Caribú, tiene nuevo vecino. Y, además, de primer nivel. Se trata de Fermín Solís, que en este verano de 2021 presenta al público la segunda entrega de su saga La tribu chatarra, un cómic de aventuras protagonizado por un grupo de niños mutantes. Tras lograr escapar de Mundo Basura en la primera entrega de la serie, en Aventuras en Isla Bosque los peculiares protagonistas creados por Fermín Solís tendrán que aprender a moverse por un mundo nuevo y desconocido mientras se enfrentan una vez más al todopoderoso villano Señor Amo Supremo. Diversión, emoción y sorpresas a raudales para pequeños lectores amantes del mundo cómic.
Cucú Tras, la vida se acaba (Pepitas): La muerte siempre es un tema difícil de abordar. Sobre todo, para los adultos. Los niños, antes de que los ahoguemos en nuestros tabús y nuestros temores, la asumen con naturalidad. Eso se aprecia en dos de los poemas (En el tanatorio y Cenizas) que conforman Cucú Tras, la vida se acaba, un precioso poemario escrito por Jorge Padín, ilustrado con delicadeza por Mamen Urquía y editado con mimo por Pepitas Editorial que invita a conversar sobre la muerte con niñas y niños desde la naturalidad con la que afrontamos la vida (el arte / invita / a hablar de la vida / y de la muerte / las palabras / juegan y nos hacen / má
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