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Los socialdemócratas pierden la alcaldía de Copenhague por primera vez en un siglo

El problema de la vivienda y las duras políticas de inmigración de Mette Frederiksen impulsan a ecologistas y a la izquierda y penalizan al partido de la primera ministra

El Partido Socialdemócrata de Dinamarca ha sufrido un duro revés en las elecciones municipales celebradas este martes. La formación que lidera la primera ministra, Mette Frederiksen, se mantuvo como la fuerza más votada en el conjunto del país escandinavo, con casi una cuarta parte de los sufragios, pero perdió, por primera vez en más de 100 años, la alcaldía de Copenhague. El Ayuntam...

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El Partido Socialdemócrata de Dinamarca ha sufrido un duro revés en las elecciones municipales celebradas este martes. La formación que lidera la primera ministra, Mette Frederiksen, se mantuvo como la fuerza más votada en el conjunto del país escandinavo, con casi una cuarta parte de los sufragios, pero perdió, por primera vez en más de 100 años, la alcaldía de Copenhague. El Ayuntamiento de la capital estará dirigido por Izquierda Verde, que este miércoles ha logrado los apoyos necesarios en un amplio pacto que excluye a los socialdemócratas.

El golpe electoral para Frederiksen, en el cargo desde 2019 y considerada una de las figuras más influyentes de la socialdemocracia europea, llega a menos de un año de las elecciones legislativas. Los medios daneses han calificado el resultado de los socialdemócratas en los comicios locales como una “humillación total”, una “catástrofe” y un “hundimiento”.

Aunque el Partido Socialdemócrata se mantiene como la primera fuerza del país, con el 23,2% de los votos, el resultado supone un retroceso de casi cinco puntos porcentuales respecto a 2021. No obstante, conserva las alcaldías de Aarhus, Odense y Aalborg, las ciudades más pobladas después de Copenhague. Sin embargo, por primera vez en casi dos décadas, no tendrá representación en todos los municipios del país, al quedar fuera de los ayuntamientos de Fano y Laeso.

“Esto es, sin duda, un voto de protesta y una derrota personal para Frederiksen”, ha declarado a la agencia Reuters el analista político Henrik Qvortrup. “Los días de los socialdemócratas como el gran partido unificador que abarcaba tanto áreas urbanas como rurales están llegando a su fin. Creo que esto marca el inicio de una crisis más profunda”, ha sentenciado Qvortrup.

En la capital, los socialdemócratas, encabezados por Pernille Rosenkrantz-Theil, sumaron tan solo el 12,7% de los sufragios, muy lejos de Alianza Roji-Verde, que ganó los comicios con el 22,1% de los votos, y de Izquierda Verde (17,9%).

La exclusión de los socialdemócratas en las breves negociaciones de este miércoles para la formación del nuevo Gobierno de la capital danesa era previsible. Rosenkrantz-Theil, exdiputada de Alianza Roji-Verde, no escatimó ataques personales durante la campaña electoral y aseguró que no apoyaría a un alcalde de las otras fuerzas de izquierda.

Rosenkrantz-Theil, que ha estado al frente de los ministerios de Educación y de Vivienda y Asuntos Sociales, fue escogida hace un año por Frederiksen para reemplazar a la entonces alcaldesa de Copenhague, Sophie Haestorp Andersen, como candidata en las elecciones municipales de este martes. “Contábamos con retroceder, pero parece que el retroceso es mayor de lo que habíamos calculado y eso no es satisfactorio”, admitió la primera ministra poco después de que Rosenkrantz-Theil reconociera la derrota.

En las principales ciudades danesas, el voto se inclinó hacia la izquierda, impulsado, según la mayoría de analistas, por el aumento del coste de la vida, sobre todo de la vivienda, y la percepción de un deterioro de los servicios sociales. Algunos analistas sostienen que las duras políticas en materia de inmigración e integración impulsadas por Frederiksen también han penalizado a los socialdemócratas en Copenhague.

En las zonas rurales, sin embargo, el giro se ha producido hacia la derecha. El Partido Popular Danés y Demócratas de Dinamarca, dos formaciones populistas y ultraderechistas, se han beneficiado del malestar generado por las restricciones derivadas de nuevas regulaciones medioambientales y la proliferación de parques eólicos y solares. “Muchos votantes en áreas rurales simplemente no compran la agenda climática”, resume Qvortrup.

Frederiksen, que, tras las legislativas de 2022, optó por formar Gobierno con los liberales y los centristas del Partido Moderado, en vez de con sus tradicionales aliados del centroizquierda, poniendo así fin a la política de bloques que había regido la política danesa durante más de cuatro decenios, descartó que esa decisión fuera “un error” que les haya pasado factura. Los líderes de los tres partidos en el Ejecutivo sostienen que su intención es mantener la coalición gobernante tras las elecciones del próximo año. Sin embargo, el resultado de las municipales y los sondeos recientes pueden provocar un cambio de estrategia. “La idea de un Gobierno de centro ha muerto”, ha subrayado este miércoles Bent Winther, analista político del diario liberal Berlingske.

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