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Europa impulsa su defensa aérea ante la guerra de los drones rusos

Los líderes de la UE debaten en Copenhague cómo responder a los últimos incidentes de aeronaves no tripuladas enviadas por el Kremlin y fórmulas para mantener su apoyo a Ucrania

Europa trata de buscar su sitio en la guerra de los drones. Espoleada por los últimos incidentes con aeronaves rusas no tripuladas en los países del flanco oriental y con el foco cada vez más puesto en reforzar su defensa, la Unión Europea busca la fórmula para blindar sus cielos...

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Europa trata de buscar su sitio en la guerra de los drones. Espoleada por los últimos incidentes con aeronaves rusas no tripuladas en los países del flanco oriental y con el foco cada vez más puesto en reforzar su defensa, la Unión Europea busca la fórmula para blindar sus cielos y sus infraestructuras esenciales ante la amenaza del Kremlin. En una cumbre en Copenhague, bajo grandes medidas de seguridad tras varios incidentes graves con esos aparatos, los líderes de la UE tratan de dar forma a la idea de erigir un muro antidrones que proteja del hostigamiento ruso.

La propuesta, que ha sido impulsada durante meses por los países del Este y que ahora ha abrazado también la Comisión Europea, supone otro giro más del eje del club comunitario hacia el flanco oriental, el de los países que viven en primera línea la amenaza de su voraz vecino ruso y quienes reclaman a los países del oeste y del sur más comprensión.

El lenguaje en la Unión es cada vez más bélico. Rusia, ha advertido este miércoles la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, está librando una “guerra híbrida” contra Europa. “Quiero que nos rearmemos, adquiramos más capacidades, innovemos más. Pero debemos ser muy transparentes y francos: es una guerra híbrida, no se puede uno defender de todas las actividades”, ha añadido a su llegada a la cumbre en la capital danesa, blindada con la ayuda de refuerzos de aliados de la OTAN como Alemania, Francia, Suecia o Países Bajos.

La UE, ha dicho por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, se enfrenta a “amenazas híbridas en el terreno de la confrontación”.

Europa vive uno de los momentos más calientes con Rusia desde la Guerra Fría, tras el aumento de actos de sabotaje, piratería y confrontación del Kremlin. Y la cumbre europea de este miércoles, que se celebra en el Palacio de Christiansborg, sede del Gobierno danés y del Parlamento y que es además escenario principal de la galardonada serie política danesa Borgen, emana ecos de película de acción, de espías, de guerra.

Dinamarca analiza todavía quién está detrás de los graves incidentes con drones que obligaron a cerrar seis aeropuertos del país, incluido el de la capital; aunque gana fuerza la pista rusa. Este miércoles, las autoridades francesas han informado de que investigan un petrolero ruso anclado frente a la costa atlántica como sospechoso de estar involucrado en incidentes con aeronaves no tripuladas.

La guerra de los drones —una tecnología en la que los países europeos aún van muy por detrás de Rusia y de Ucrania— está muy activa y generalizada. Este miércoles, el semanario alemán Der Spiegel ha revelado que los enjambres de drones detectados la semana pasada por Alemania en el Estado de Schleswig-Holstein (al norte del país) sobrevolaron infraestructura estratégica —una central eléctrica—, un hospital universitario e incluso la sede del Gobierno estatal para inspeccionarlos.

En este contexto, la UE trata de ahondar en fórmulas para reforzar su seguridad y defensa. Una de ellas es ese muro antidrones que todavía resulta una propuesta demasiado vaga para algunos: no se ha ideado aún en qué consistirá, cuánto costará y, sobre todo, quién lo pagará. Tampoco se ha precisado cuánto tiempo tardaría en erigirse. Y esa es una de las principales pegas para Alemania, que reclama proyectos más concretos y, sobre todo, que puedan desplegarse de manera urgente.

“Algo que hay que decir sobre los drones y los muros es que debemos recordar que las fronteras de la alianza son muy amplias”, ha declarado en Copenhague la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni. “Si cometemos el error de mirar solo al este y de olvidar el flanco sur, corremos el riesgo de no ser eficaces”, ha remarcado la política ultraconservadora.

España es muy receptiva a la idea del muro antidrones, dicen fuentes del Gobierno de Pedro Sánchez, pero aún quedan grandes dudas de cómo se financiaría el proyecto. El presidente español, que ha insistido ante sus homólogos en la idea de tener una visión de 360 grados para reforzar el flanco este sin descuidar el norte o el sur, se ha mostrado partidario en otras ocasiones de financiar proyectos como el muro antidrones con dinero común. España, con una incipiente pero potente industria de drones (y más afianzada de radares), podría también beneficiarse de la ampliación de estos programas.

Activos rusos congelados

Y mientras Europa piensa cómo mejorar su defensa ante las aeronaves no tripuladas, que se han convertido en un punto fuerte de la guerra moderna, los frentes de batalla en Ucrania siguen luchando para resistir y empujar al invasor ruso en una guerra que va camino de su cuarto aniversario. Cuando empieza a flaquear el apoyo de EE UU y es cada vez más dudoso el sostén del presidente estadounidense, Donald Trump, a Europa, la Unión busca cómo seguir financiando a Kiev y cómo brindarle garantías de seguridad.

Los líderes están estudiando una controvertida propuesta de la Comisión Europea para entregar a Ucrania 140.000 millones de euros de los activos rusos congelados por las sanciones como un “préstamo de reparación” sin intereses que solo deberá devolver si Rusia paga la reconstrucción tras la guerra. La idea, adelantada por EL PAÍS y que se estructura en una compleja fórmula legal, tiene la oposición por el momento de Bélgica, sede de Euroclear, la entidad que tiene la inmensa mayoría de los activos rusos congelados. “Coger el dinero de Putin y dejarnos los riesgos a nosotros”, ha resumido el primer ministro belga, Bart de Wever, para mostrar su oposición. “Esto no va a suceder”, ha concluido.

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