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Qué revelan los datos de los aviones de la OTAN sobre el derribo de los drones rusos

El rastreo por radar de las aeronaves que han participado en la operación en Polonia permite reconstruir cómo funcionó la defensa ante la incursión rusa

El ejército polaco recibió a las 22.06 del martes 9 de septiembre la primera información sobre un ataque ruso contra Ucrania. Nada nuevo en una ofensiva que dura ya tres años y medio, de no ser por la escala y el número de drones involucrados. Esa noche, como se descubriría en las horas siguientes, el Kremlin lanzó más de 400 aparatos no tripulados hacia territorio ucranio, una cifra que se ha vuelto frecuente varias veces por semana durante el verano. ...

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El ejército polaco recibió a las 22.06 del martes 9 de septiembre la primera información sobre un ataque ruso contra Ucrania. Nada nuevo en una ofensiva que dura ya tres años y medio, de no ser por la escala y el número de drones involucrados. Esa noche, como se descubriría en las horas siguientes, el Kremlin lanzó más de 400 aparatos no tripulados hacia territorio ucranio, una cifra que se ha vuelto frecuente varias veces por semana durante el verano. Solo que esta vez 19 violaron el espacio aéreo de Polonia. Días después, otro aparato del Kremlin se asomó a los cielos de Rumania.

Ese martes se convirtió en el primer día en la historia de la OTAN en que se derribaron drones enemigos en un país miembro. Los datos de la web de rastreo Flightradar24, que recopila información de las rutas de vuelo de aviones de todo el mundo, permiten reconstruir parte del inusual operativo aéreo en los cielos polacos. A continuación se detalla, en orden cronológico, lo que se sabe de la intervención militar:

20.35 del 9 de septiembre. Un avión de vigilancia temprana polaco empieza a sobrevolar la zona entre el aeropuerto polaco de Lublin y la frontera con Ucrania, 80 kilómetros más al este. Había salido de su base, en el norte del país, una hora y media antes.

21.45. El pequeño aeropuerto de Lublin manda un aviso a todos los aviones (un NOTAM por sus siglas en inglés) diciendo que cerraría sus pistas debido a “actividad militar no planeada”. Se había activado el protocolo previsto en el marco de la operación de la OTAN para proteger el espacio aéreo fronterizo. Polonia envía al menos cuatro helicópteros a sobrevolar la frontera.

22.45. Un avión espía italiano sale de la base de Amari, en Estonia, rumbo a Polonia, a 550 kilómetros. Es un AWACS, que puede detectar amenazas hasta a cientos de kilómetros de distancia y patrulla el espacio aéreo bajo la coordinación del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de la OTAN. La propia alianza define estos aparatos como sus “ojos en el cielo”.

Alrededor de las 23.00. Las autoridades polacas cierran los dos aeropuertos de la capital, Varsovia (Modlin y Chopin) y el de Rzeszow, estratégico por ser el más cercano a la frontera con Ucrania. Allí se encuentra el contingente alemán de la OTAN con el sistema antiaéreo Patriot, para la detección y derribo de misiles: sus radares detectaron los aparatos rusos. Pero desde esta base no se intentó derribar los aparatos, como han explicado las fuerzas militares del país al diario alemán Süddeutsche Zeitung. Fue por una cuestión de coste-beneficio: un misil guiado Patriot cuesta entre 250.000 y tres millones de euros, según el modelo. Los drones desplegados están valorados en menos de 30.000 euros. Había otras opciones.

23.30. Se registra la primera violación del espacio aéreo polaco por parte de un aparato ruso. Minutos antes, Flightradar24 había identificado el vuelo de un caza F-35 (de fabricación estadounidense) del ejército de Países Bajos. Apareció en una de las zonas donde fueron hallados más restos de aeronaves no tripuladas a la mañana siguiente, cerca de los aeropuertos de Rzeszow y Lublin. El avión dejó de emitir su posición menos de 15 minutos después.

Es inusual que un caza, avión que no quiere ser localizado por el enemigo, encienda su sistema de localización más fácil de rastrear. Lo más probable es que lo hiciera porque necesitaba acercarse a otro avión neerlandés para poder repostar. Sus datos de vuelo indican que, a las 23.30, se acopló a un avión cisterna, capaz de reabastecer a cazabombarderos en pleno vuelo. Era un Airbus A330, fabricado en sus instalaciones de Getafe, al servicio de los Países Bajos y la OTAN en Eindhoven desde 2020. Su misión no terminará inmediatamente, ya que sobrevoló la zona cercana a la frontera, entre Mielec y Radom, hasta por lo menos las dos de la madrugada.

No se ha confirmado que ese fuera el caza que derribó los drones, aunque probablemente participó en el ataque. El Ministerio de Defensa neerlandés ha informado de que “es la primera vez que Países Bajos ha utilizado la fuerza para neutralizar una amenaza” contra un aliado de la OTAN. Estos aviones estaban en Polonia desde el 1 de septiembre, pero hasta entonces solo habían participado en misiones disuasorias.

Por qué los drones llegaron tan lejos

Antes de las ocho de la mañana del miércoles, el aeropuerto de Varsovia había regresado a la normalidad. En una comparecencia ante el Parlamento polaco a las diez, Donald Tusk confirmó los primeros datos: en Polonia habían entrado 19 aparatos. Al menos cuatro habían sido derribados y no había que lamentar pérdidas materiales o víctimas. Una vivienda en la aldea de Wyryki fue alcanzada por un aparato caído, pero sin herir a sus residentes.

El miércoles, las autoridades polacas informaron sobre los restos de drones localizados en distintas zonas del país. Se confirmó así que eran drones Geran-2, aparatos kamikazes y baratos utilizados sobre todo para distraer las defensas enemigas. Algunos, o partes de ellos, se hallaron lejos de las fronteras orientales polacas, como en Olesno (a más de 450 kilómetros de Ucrania y a unos 300 de Bielorrusia) o en Smykow, más alejada de la frontera que la capital.

¿Por qué consiguieron entrar en territorio europeo, llegando a la altura de Varsovia o más lejos? El punto de vista oficial lo ofreció el general polaco Wiesław Kukuła, que participó en el operativo, en una entrevista con la televisión nacional: los drones que no presentaban una amenaza concreta, por ser simples señuelos, se dejaron pasar. El ejército siguió todos los objetivos, pero priorizó las defensas en función de su potencial amenaza y de la peligrosidad de operar encima de zonas habitadas: “Si se trata del dron más pequeño, simplemente destinado a probar las defensas antiaéreas, un señuelo, entonces [disparar] es una pérdida de tiempo. Nos centramos principalmente en los misiles que representan la mayor amenaza para nosotros”, afirmó Kukuła. Por el momento, no es posible verificar de forma independiente la explicación ofrecida por este alto cargo del ejército.

Por dónde entraron

Lo más probable es que la mayoría de drones entraran desde Ucrania y otros pasaran por encima de Bielorrusia. A estos últimos se refirió en su comparecencia Donald Tusk, asegurando que era la primera vez que estos aparatos llegaban por esta doble vía. Tusk, además, ha enmarcado el incidente dentro de las operaciones militares conjuntas que Rusia y Bielorrusia iniciaron el pasado viernes bajo el nombre de Zapad 2025 (Zapad significa Oeste en ruso), unos ejercicios que Rusia ejecuta cada cuatro años y donde ensaya la respuesta a una agresión de un país de la OTAN.

A primera hora de la mañana del 10 de septiembre, el propio primer viceministro de Defensa de Bielorrusia, Pável Muraveiko, defendió que su país detectó y rastreó los aparatos. Aseguró que se habían desviado de su rumbo debido a la intensa guerra electrónica que afecta a todo el este europeo, unas actuaciones destinadas tanto a sabotear los sistemas de defensa rivales como a proteger las infraestructuras críticas propias. Según Minsk, sus fuerzas notificaron a las defensas de Polonia y Lituania “el acercamiento a sus respectivos países de aeronaves desconocidas”, algo clave en la detección temprana de los aparatos.

Varios portavoces del ejército polaco han confirmado en la prensa local que recibieron la alerta desde Bielorrusia, y remarcaban que quedaron “sorprendidos” por la colaboración.

Desde Ucrania, el presidente Volodímir Zelenski informó en sus redes el miércoles: “Al menos dos drones rusos que penetraron en territorio polaco durante la noche utilizaron el espacio aéreo de Bielorrusia. En total, al menos varias decenas de drones rusos se desplazaron a lo largo de la frontera de Ucrania con Bielorrusia y sobre las regiones occidentales de Ucrania”. El ejército de Ucrania añadió que al menos ocho aparatos que estaban monitoreando en sus cielos habían salido del país y se habían dirigido a Polonia.

Rusia, por su parte, aseguró que no había planeado ningún ataque sobre Polonia. El Kremlin no entró a defender o desmentir si habían sido desviados o por qué habían podido llegar hasta territorio europeo.

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