Europa diseña un “muro de drones” para blindarse frente a Rusia
La incursión de drones en Polonia aviva las voces que reclaman más fondos para Defensa
La incursión de drones rusos en Polonia, el pasado miércoles, ha revelado grietas en la detección y las defensas europeas frente a la amenaza del Kremlin. Cuando la invasión de Rusia sobre Ucrania va camino de su cuarto aniversario y el autócrata ruso Vladímir Putin aum...
La incursión de drones rusos en Polonia, el pasado miércoles, ha revelado grietas en la detección y las defensas europeas frente a la amenaza del Kremlin. Cuando la invasión de Rusia sobre Ucrania va camino de su cuarto aniversario y el autócrata ruso Vladímir Putin aumenta sus acciones de guerra híbrida contra Occidente, la Unión Europea diseña un “muro de drones” para blindar sus cielos de las aeronaves no tripuladas que el Kremlin ha convertido en parte fundamental de su estrategia militar.
La nueva iniciativa, que anunció el miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y que los países del este y los bálticos —que están desarrollando sus propios programas, coaliciones e invirtiendo miles de millones de euros— llevaban un tiempo reclamando, busca erigir en el flanco oriental de Europa una barrera compuesta por drones de reconocimiento, tecnología antiaeronaves no tripuladas, sensores, vigilancia satelital e inteligencia artificial.
Será una red de alerta temprana y arma disuasoria en todo el flanco oriental que se sumaría a otras iniciativas, como la extensa presencia de tropas de la OTAN que, además, según anunció el viernes la Alianza Atlántica, se reforzará con la presencia de más cazas y armas antidrones en un nuevo programa: Centinela este.
No hay estimación de su coste, explican fuentes comunitarias, que hablan de “millones”. El programa necesitará, además, actualización casi constante para ir absorbiendo los avances tecnológicos y combatir las herramientas enemigas antidrones, reconocen.
La idea del muro de drones, explica una alta fuente comunitaria, es rastrear y neutralizar aeronaves enemigas antes de que alcancen centros de población e infraestructuras críticas. Todo, sin necesidad de movilizar tecnología militar compleja y extraordinaria, como sucedió el pasado miércoles cuando los cazas de varios aliados de la OTAN trabajaron junto a Polonia para derribar los drones rusos en una maniobra inédita: fue la primera vez que sus aviones militares enfrentaron y derribaron “amenazas potenciales” en el espacio aéreo aliado.
“Hay un desajuste entre el uso de enjambres de drones baratos, como hace Rusia, y la utilización de defensas aéreas muy sofisticadas de los miembros de la OTAN. Habrá que recurrir a métodos más rentables”, señala Ian O. Lesser, del German Marshall Fund, que incide en que la UE tiene mucho que aprender de Ucrania, donde el uso de drones también es ya parte central de su estrategia militar; también, dice, debería entablar más asociaciones industriales de defensa con los fabricantes ucranios. De hecho, la UE firmará con Kiev una Alianza de drones a la que dedicará unos 6.000 millones de euros, para desarrollar junto al país invadido por Rusia este tipo de tecnología.
De Noruega a Polonia
La idea del “muro de drones” aún es muy incipiente en Bruselas, donde tiene como gran partidario al comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius. No es novedad en los países bálticos, en Finlandia o en Polonia. De hecho, a principios de año, Estonia, que se ha propuesto integrar drones de ataque y observación en las brigadas de sus fuerzas terrestres, reclamó la financiación de un programa de este tipo. En los últimos meses, también Alemania se había sumado a la propuesta de lanzar esa barrera que aspira a cubrir desde Noruega hasta Polonia; empezando por los lugares estratégicos y los puntos de población. La Comisión Europea, no obstante, no lo había colocado como prioridad en una agenda en la que la defensa sí es central.
Tras el incidente del miércoles, el más serio entre la OTAN y Rusia en décadas, la jefa del Ejecutivo comunitario decidió abrazar el concepto de “muro de drones”. “Debemos atender el llamamiento de nuestros amigos bálticos y construir un muro de drones. No es una ambición abstracta. Son los cimientos de una defensa creíble”, dijo Von der Leyen el miércoles, en su discurso sobre el Estado de la Unión. “Hay que dotar a Europa de medios estratégicos independientes. Debemos invertir en la vigilancia espacial en tiempo real para que ningún movimiento de fuerzas pase desapercibido”, añadió.
Lo sucedido en Polonia no es un incidente aislado. El viceprimer ministro polaco, Władyslaw Kosiniak-Kamysz, ha asegurado que en lo que va de año se han producido ya nueve incidentes: en Moldavia, tres en Rumania, tres en Lituania, dos en Letonia y uno en Bulgaria. Sin contar con los de los últimos días en Polonia y Rumania.
La incursión de drones del pasado miércoles llega en un momento especialmente caliente para el debate sobre defensa en Europa, donde los Gobiernos están rascándose los bolsillos para incrementar sus presupuestos en esas partidas para satisfacer las exigencias de EE UU y para cubrir las grietas que la guerra de Rusia contra Ucrania ha revelado en sus propias fuerzas y arsenales.
La estrategia es la del rearme, sí, pero también la de comprar más a fabricantes europeos y desarrollar programas conjuntos. Uno de ellos puede ser el muro de drones. Sin embargo, Bruselas tendrá que rascarse los bolsillos para financiarlo. Se podría incluir en el próximo presupuesto multianual de la UE, pero eso supondría esperar hasta 2026. Y observadores y expertos creen que sería desperdiciar un tiempo clave. Bruselas aspira a movilizar unos 800.000 millones para su plan de rearme, pero esa cifra depende en realidad de cuánto gasten los Estados miembros.
Los jefes de Estado y de Gobiernos analizarán la idea del muro de drones y otros grandes programas europeos a principios de octubre, en una reunión en Copenhague que estará muy centrada en la defensa europea.