La flotilla con ayuda para Gaza zarpa de nuevo tras numerosas complicaciones y afronta el tramo final de la travesía
Una veintena de embarcaciones salen del puerto tunecino de Bizerta después de una escala de siete días marcada por dos ataques con drones
La Global Sumud Flotilla zarpa de nuevo. Este domingo al mediodía han comenzado a salir del puerto tunecino de Bizerta de uno en uno en torno a 20 barcos cargados de ayuda humanitaria con el objetivo de llegar a las costas de ...
La Global Sumud Flotilla zarpa de nuevo. Este domingo al mediodía han comenzado a salir del puerto tunecino de Bizerta de uno en uno en torno a 20 barcos cargados de ayuda humanitaria con el objetivo de llegar a las costas de Gaza. El objetivo es que antes del anochecer todos los barcos se encuentren en aguas del Mediterráneo. Los organizadores afrontan el tramo final de la travesía después de haber sufrido complicaciones de todo tipo, lo que les había obligado a posponer la fecha de salida durante toda esta semana.
Los problemas mecánicos y las dificultades meteorológicas se han sumado a las trabas burocráticas de las autoridades de Túnez. El paso de la expedición por el país africano ha estado marcado por los ataques con drones contra dos de las mayores embarcaciones de la misión, denunciados durante la madrugada del pasado martes y miércoles, y que obligaron a retrasar los planes que se tenían en un inicio. A pesar de los contratiempos, la mayoría de los activistas a bordo no pierden el ánimo. “Estos drones demuestran que en Israel están nerviosos y eso nos da más fuerza para seguir adelante”, declara Alexandras Chichlovskij, activista lituano de 30 años.
Centenares de tunecinos han acudido entusiasmados al puerto con banderas palestinas e incluso bengalas para despedir a la flotilla. El apoyo de la población local es total. Así lo han demostrado desde el momento de la llegada del primer barco hace una semana, que fue recibido por miles de personas en el puerto de Sidi Bou Said, a las afueras de la capital de Túnez. La última muestra de apoyo se ha producido este fin de semana, cuando varios voluntarios anónimos han acudido al puerto para ayudar a cargar el agua y los víveres en los barcos para el resto del recorrido, que está previsto que dure entre 10 y 15 días. “Tengo amigos en Gaza que están muriendo. La humanidad y valentía de estas personas es increíble”, cuenta Ahmed, un joven de Bizerta de 22 años.
La expedición, también conocida como Flotilla de la Libertad, tiene como objetivos romper el bloqueo israelí y denunciar lo que califican como “un genocidio”. El siguiente paso es unirse en aguas internacionales a las 18 embarcaciones italianas que ya han partido desde las costas de Catania, en Sicilia. Además, un barco de la ONG Emergency, cuya labor habitual es hacer rescates de migrantes que parten desde Libia, también acompañará a la misión.
La presencia de este navío de más de 50 metros de eslora tranquiliza a los participantes ante la amenaza de nuevos ataques de drones, que la organización atribuye a las autoridades de Israel, y las posibles nuevas complicaciones mecánicas que puedan sufrir los barcos. La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y varios diputados latinoamericanos que viajan a bordo han pedido a los gobiernos, entre ellos el de España, que envíen algún tipo de protección para salvaguardar la misión humanitaria, pero todavía no han recibido una respuesta oficial.
Riesgos para la misión
A su vez, la flotilla no cuenta con la autorización formal de ningún país en su ruta hacia Gaza para que, en caso de complicaciones, puedan atracar los navíos en sus puertos, lo que eleva el riesgo de la travesía. Los organizadores consideran que sí será posible hacerlo en caso de emergencia, pero también entienden que llegar a ese escenario implicaría abandonar la misión, porque ya no se les permitiría regresar a aguas internacionales.
“Estamos entrando en una de las peores fases de la humanidad y el genocidio de Israel se ve en alta definición. Por suerte hay aquí una flotilla que tiene dignidad y dice basta”, apunta Carlos Bertola, tripulante del Estrella y Manuel. Este ciudadano argentino reconoce que no esperaba los ataques con drones que sufrieron dos de los barcos y admite que tiene temor ante lo que suceda cuando se adentren en aguas internacionales. Pese a ello, confía en que Israel “modifique su actitud” y les permita entregar la ayuda humanitaria que transportan a la franja de Gaza.
Pese a que estaba previsto que alrededor de 20 embarcaciones de una flotilla africana partieran desde Túnez para unirse a la misión, solo la mitad de ellas lo harán. El mal estado de los barcos y la falta de tiempo para las reparaciones ha obligado a dejarlas en tierra, así como a varias decenas de personas que tenían previsto embarcarse. Mandla Mandela, nieto del líder sudafricano Nelson Mandela, sí irá a bordo como uno de los símbolos pacifistas de la misión.
Desde que las más de 250 personas de 44 nacionalidades, entre ellas la activista sueca Greta Thunberg, partieron de Barcelona el 31 de agosto, los planes no han ido como se esperaban. En un inicio, el plan era alcanzar tierras tunecinas el 4 de septiembre, pero no fue hasta el día 7 cuando comenzó un goteo de llegadas que se extendió hasta el 10.
Alrededor de una treintena de barcos que zarparon a finales de agosto han tenido dificultades en la navegación por la mala mar, problemas en los motores y las velas. Esto ha supuesto que apenas un tercio de los barcos pudiese recorrer de forma conjunta los 1.000 kilómetros del Mediterráneo que separan ambos puertos. Además, alrededor de una decena embarcaciones no podrán salir de Túnez por el mal estado en el que se encuentran.