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Kaja Kallas: “Borrell no consiguió nada de nada con Israel”

La Alta Representante de la UE justifica la demora en sancionar a Israel después de que Von der Leyen anunciase la suspensión del acuerdo comercial con el país judío

Josep Borrell, Thierry Bretton y Mario Draghi son, cada uno a su manera, las voces más críticas contra la hipnosis actual de Europa, de la que Ursula von der Leyen, jefa de la Comisión Europea, pareció despertar este miércoles en relación a Israel. Borrell lle...

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Josep Borrell, Thierry Bretton y Mario Draghi son, cada uno a su manera, las voces más críticas contra la hipnosis actual de Europa, de la que Ursula von der Leyen, jefa de la Comisión Europea, pareció despertar este miércoles en relación a Israel. Borrell lleva meses criticando con dureza las posiciones de la Comisión, demasiado templadas a su juicio, con respecto a Gaza. Su sucesora como jefa de la diplomacia, la estonia Kaja Kallas, se revolvió contra los dardos de Borrell en una comparecencia ante la prensa española, invitada por la Comisión Europea a Estrasburgo. “He conseguido más con Israel de lo que mi predecesor consiguió nunca. Con Borrell no hubo nada de nada. Nosotros conseguimos que la ayuda humanitaria llegara a Gaza. Me hubiera gustado llegar más lejos, soy consciente de que es insuficiente y la situación es catastrófica. Y comparto la frustración de una parte de los europeos, en especial de los más jóvenes, pero no había consenso para más”, según declaró la Alta Representante a un grupo de medios españoles, entre ellos EL PAÍS.

Kallas ha puesto en marcha la revisión del artículo 2 del Acuerdo de Asociación UE-Israel, que obliga a los firmantes a respetar los Derechos Humanos. Si se constata que no se cumplen, eso permite suspender el acuerdo: Von der Leyen dio este miércoles en Estrasburgo ese paso. Borrell intentó poner la suspensión del acuerdo en la agenda comunitaria, pero no contó con la complicidad de Von der Leyen ni con el consenso político entre los Estados miembros, en especial por el bloqueo de Alemania. Kallas defiende que el brazo ejecutivo de la UE nunca puede ir más allá sin ese consenso, aunque la presidenta europea ya ha decidido saltarse esa máxima. “Se puede ser más contundente con el lenguaje”, sostiene Kallas, “pero entonces Israel deja de hablar con la UE, tal como sucedió con mi predecesor [Borrell]. ¿Qué se consigue con ese lenguaje más fuerte? ¿Conseguiremos que dejen de matar si usamos un lenguaje más duro y ponemos sobre la mesa propuestas que los Estados miembros no van a aprobar?”, se preguntaba la Alta Representante. Eso sucedía apenas horas antes de que la alemana dejara atrás esa llave paralizante del consenso y decidiera promover la suspensión del acuerdo de asociación con Israel.

Borrell era y sigue siendo mucho más incisivo que Kallas, hasta el punto de que ha llegado a pedir a los Estados miembros que litiguen contra Bruselas por seguir cruzada de brazos. Algunos Gobiernos, como el español, han ido mucho más lejos que la Comisión y han optado por aprobar medidas unilateralmente, extremo que Kallas se cuida mucho de criticar. “Sentimos cierta frustración por no haber llegado más lejos, pero simplemente no había consenso para ello y hacerlo lastraría nuestra credibilidad”, dijo. Tanto el lenguaje utilizado con Israel como las medidas que se ponen sobre la mesa “dependen de los objetivos que quieras conseguir”, a juicio de Kallas. “Mi impresión es que hay que someter a Israel a la presión, pero siempre con acuerdos, con consenso. Yo represento a los países que son duros con Netanyahu, pero también a los que tienen otra aproximación”, añadió. “Lo importante es salvar vidas sobre el terreno; lo importante no son las palabras”, cerró con el enésimo dardo destinado a Borrell.

Kallas no es precisamente optimista con la guerra en Ucrania: considera que quedan “al menos dos años de conflicto”. En los pasillos de Estrasburgo apuntan que el conflicto está estancado, con Rusia envalentonada, como ha podido comprobarse con el ataque a Polonia. Las fuentes consultadas pronostican que la guerra se enquiste mientras no cambien los liderazgos a uno y otro lado. En medio de la lucha por la hegemonía mundial entre Estados Unidos y China, la conversación con la Alta Representante no permite vislumbrar un cambio de posición respecto a Estados Unidos tras el fiasco de las negociaciones comerciales, que algunas fuentes vinculan a la dependencia en materia de seguridad. Ni con China. Países como España son más proclives a un cierto acercamiento a Pekín, pero Kallas se limita a recordar que la Unión “carece de un consenso” para virar en su atlantismo y tratar de llevarse mejor con China. De nuevo el consenso, convertido en una especie de parapeto tras el que viaja cómodamente la diplomacia europea en un mundo cada vez más marcado por el poderío geopolítico, del que Europa no va precisamente sobrada.

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