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El Congreso de EE UU publica la felicitación con el dibujo de una mujer desnuda que Trump envió a Epstein y negó haber mandado

El mandatario republicano demandó al diario ‘The Wall Street Journal’ por informar de la existencia del documento que ahora difunden los demócratas del Capitolio

El presidente de Estados Unidos envió en 2003 una felicitación por su 50º cumpleaños al millonario pederasta Jeffrey Epstein a petición de la conseguidora de la red sexual de Epstein, Ghislaine Maxwell. Esta pensó que sería un buen detalle montar un libro con las aportaciones de los amigos del financiero para celebrar la llegada de tan simbólica edad. En julio pasado, el diario conservador The Wall Street Journal informó de la existencia del documento: un texto subido de tono, lleno de complicidad y dobles sentidos, acompañado del dibujo de una mujer desnuda cuyo vello púbico era, en un guiño aparentemente erótico, la firma del futuro presidente de Estados Unidos, entonces un magnate inmobiliario de Nueva York.

Con la publicación del Journal, que no difundió el dibujo y solo lo describió, Trump entró en cólera. No solo: demandó por más de 10.000 millones de dólares al periódico, propiedad de otro amigo, el magnate australiano de los medios Rupert Murdoch, por libelo y calumnias. Trump dijo que él nunca había enviado esa carta ni participado en la celebración del medio siglo del que entonces era su amigo, antes de que ambos rompieran relaciones. También afirmó que no tiene la costumbre de dibujar, pese a que varias subastas de sus dibujos con fines benéficos lo contradicen.

Pues bien: este lunes la felicitación que no existía vio finalmente la luz.

Fue gracias a la entrega de un lote de documentos por parte de los herederos de Epstein al Congreso de Estados Unidos, que había solicitado legalmente ese material. Lo hicieron público el Journal, que lo sacó en primera plana, y, en X, los demócratas que integran el comité que pidió esos papeles. Un lote en el que se encuentra el famoso libro de cumpleaños en el que también participó el expresidente estadounidense Bill Clinton, otro poderoso con lazos con Epstein. Sobre su aportación también se había hablado, pero la confirmación llegó este lunes, horas después de que viera la luz el supuesto dibujo de Trump.

Los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes acompañaron la divulgación de la felicitación con el siguiente texto, publicado en redes sociales: “AQUÍ ESTÁ: Recibimos la nota de cumpleaños de Trump a Jeffrey Epstein, que el presidente afirmó que no existe. Trump habla de un ‘secreto maravilloso’ que ambos compartieron. ¿Qué oculta? ¡Publiquen los papeles [de Epstein]!“.

El texto completo emula algo que parece el breve fragmento de un guion cinematográfico, y arranca con una voz en off, que dice: “Debe de haber algo más en la vida que tenerlo todo”. A lo cual sigue un diálogo entre Trump y Epstein, en el que aquel dice que ambos tienen “muchas cosas en común”.

Una relación de 15 años

El presidente de Estados Unidos mantuvo una relación de 15 años con el millonario pederasta, que duró hasta más o menos 2004, cuando dejaron de verse. Fue antes de que llegara el primer proceso por abuso de menores en 2006. Mucho antes, también, de que Epstein muriera en 2019 en una celda de Manhattan cuando esperaba juicio por tráfico sexual, y de que Trump se convirtiera en 2017 presidente de Estados Unidos por primera vez.

No hay ninguna prueba que implique a Trump en los delitos de Epstein, lo que no ha impedido que la sombra de estos lo haya perseguido desde la muerte del financiero pederasta. Tampoco, que el recuerdo de la vieja amistad haya resucitado en los primeros meses de su segunda presidencia hasta causarle la mayor crisis con sus fieles seguidores del movimiento MAGA, algunos de cuyos más destacados miembros llevan años elucubrando sobre el caso, una horrible trama de abusos sexuales con centenares de víctimas. Un grupo de estas fueron la semana pasada al Congreso a pedir justicia.

A principios de julio, un comunicado conjunto del FBI y el Departamento de Justicia anunció que las autoridades estadounidenses no tenían prevista, en contra de lo que habían venido prometiendo durante los meses previos, la publicación de nuevos documentos sobre el pederasta. Tampoco, de la lista Epstein, que supuestamente incluye los nombres de amigos ricos y famosos que participaron en la red de tráfico sexual de menores del millonario.

Los militantes en las teorías de la conspiración sospechan que existe y que no se hace pública para protegerlos. Aquel comunicado conjunto también confirmaba lo que el forense ya había concluido: que Epstein se suicidó en su celda, pese a las teorías sobre su asesinato que circulan en torno a la muerte.

Entre la avalancha de informaciones que surgieron aquellos días, la del Journal fue una de las que más revuelo causó, no solo porque venía a demostrar lo que ya se sabía, que Trump y Epstein gozaron de una estrecha relación de amistad; también por lo que tenía de fuego amigo: no provenía de un medio de izquierda, ni de los demócratas. El presidente de Estados Unidos demandó a la empresa editora del Journal, a su dueño, Rupert Murdoch, y a los dos periodistas que firmaban la pieza.

Desde el principio, pareció poco probable que Trump fuera a ganar el caso: el libelo es un delito especialmente difícil en Estados Unidos, porque obliga probar que el medio al que se acusa publicó la historia a sabiendas de que era falsa. El Journal mostró desde el principio “absoluta confianza” en su exclusiva, según un comunicado de la empresa.

La publicación de este lunes aleja aún más la posibilidad de triunfo de Trump en los tribunales, aunque Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, escribió en X que este piensa “seguir peleando agresivamente” contra el Journal. A falta de una reacción inmediata del presidente ante la publicación del dibujo, su entorno mantuvo la línea de defensa/ataque de que tal vez alguien puso el texto en el libro sin que él lo supiera, y que lo firmó en su lugar.

No está claro por qué alguien querría hacer eso en el cumpleaños de un tipo que aún no había tenido problemas serios con la ley y con un magnate inmobiliario que todavía no estaba en los planes de nadie que acabara siendo presidente de Estados Unidos.

A falta de aclarar este y otros extremos, Taylor Budowich, del departamento de prensa de la Casa Blanca, publicó en su X una serie de imágenes de la firma de Trump que, a su juicio, demuestran que la que acompaña el procaz dibujo de felicitación a Epstein es falsa.

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