Meloni visita al papa Francisco y dice que lo ha visto “alerta y despierto”: “Hemos bromeado como siempre”
El parte de la tarde anuncia que el Pontífice se encuentra estable y los análisis revelan “una leve mejoría, en particular en los índices inflamatorios”, lo que indica que la terapia contra la neumonía parece estar funcionando
Por primera vez hay un testimonio directo estos días de una persona que ha visto al Papa en el hospital Gemelli de Roma, donde está ingresado desde el viernes: la primera ministra italiana Giorgia Meloni, que lo ha visitado hoy miércoles y ha transmitido una sensación positiva. “Estoy muy contenta de haberlo encontrado alerta y despierto [reattivo, en italiano]. Hemos bromeado como siempre. No ha perdido su proverbial sentido del humor”, ha dicho en un comunicado de Palazzo Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, difundido a las cuatro de la tarde. Luego el Vaticano ha detallado que...
Por primera vez hay un testimonio directo estos días de una persona que ha visto al Papa en el hospital Gemelli de Roma, donde está ingresado desde el viernes: la primera ministra italiana Giorgia Meloni, que lo ha visitado hoy miércoles y ha transmitido una sensación positiva. “Estoy muy contenta de haberlo encontrado alerta y despierto [reattivo, en italiano]. Hemos bromeado como siempre. No ha perdido su proverbial sentido del humor”, ha dicho en un comunicado de Palazzo Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, difundido a las cuatro de la tarde. Luego el Vaticano ha detallado que el encuentro ha durado 20 minutos.
A estas declaraciones que calmaban la aprensión surgida ayer, cuando se anunció que la salud del Pontífice, de 88 años, se había agravado con una neumonía bilateral, se ha sumado, pasadas las siete de la tarde, un parte médico vespertino más positivo: “Las condiciones clínicas del Santo Padre se presentan estables. Los análisis de sangre, evaluados por el personal médico, muestran una leve mejoría, en particular en los índices inflamatorios. Después del desayuno ha leído algunos periódicos y luego se ha dedicado a actividades laborales con sus colaboradores más cercanos”. En resumen, la terapia aplicada parece estar funcionando y el Papa se encuentra activo, porque ha realizado algunas tareas.
El parte y las declaraciones de Meloni han contribuido a ahuyentar por el momento la preocupación que se vive en Roma, donde también corren rumores de todo tipo, por la salud de Francisco. Se había acentuado ayer martes después de que se revelara que su enfermedad, inicialmente una bronquitis que llevó a ingresarle el 14 de febrero, se ha complicado con una neumonía bilateral, en ambos pulmones.
Jorge Mario Bergoglio, en su sexto día internado en hospital Gemelli de Roma, está ante “un cuadro clínico complejo”, tal como dijo el Vaticano el martes, aunque trató de rebajar la tensión añadiendo al final de su comunicado que, de todos modos, “el Papa está de buen humor”. Para remarcar que no está inconsciente, solo convaleciente, y responde a la terapia. Los medios italianos también aseguran que a veces se ha levantado y se ha sentado en una butaca, y que respira de forma autónoma.
Ya a las 8.30 horas de la mañana de hoy se había emitido un simple comunicado que pretendía transmitir algo de serenidad: “El Papa ha pasado una noche tranquila, se ha despertado y desayunado”. Es decir, que descansa con normalidad y se alimenta autónomamente.
Estos días el Vaticano ha repetido que el Pontífice se dedica a la lectura e incluso trabaja. También ha trascendido que hace algunas llamadas telefónicas. Un reflejo de su actividad es que se han hecho públicos varios nombramientos y decisiones que requieren su firma. Es una señal importante de que sigue gobernando desde el hospital, algo relevante para desterrar cualquier hipótesis de una renuncia, posibilidad que Bergoglio ha dicho siempre que estudiaría en caso de no encontrarse en condiciones de seguir, como hizo su predecesor, Benedicto XVI, en 2013.
Para comprender la situación, en estos momentos casi es más práctico ser médico que periodista, y los mejores especialistas italianos están dando su opinión, obviamente con la información disponible. En general, la impresión es que el estado del Pontífice es delicado, a sus 88 años, pero que con la terapia adecuada y buenos médicos tiene posibilidades de salir adelante, salvo complicaciones que siempre pueden surgir, siendo su edad un factor de riesgo. Las próximas horas serán decisivas para saber si los fármacos están funcionando y la infección pulmonar se mantiene a raya.
“El hecho de que el Papa parezca no tener fiebre y que continúe trabajando es una buena señal. Son elementos que dejan entender que el organismo está reaccionando bien a las curas suministradas, y también el aparato cardiocirculatorio parece íntegro”, ha explicado a Repubblica Massimo Andreoni, director científico de la Sociedad italiana de enfermedades infecciosas. Es decir, indica que el corazón de Bergoglio parece fuerte y aguanta bien. Andreoni confirma que la hospitalización será larga, porque el tratamiento requiere muchos días. “Tendremos una evolución más clara del cuadro clínico en las próximas horas, cuando se comprenda mejor el efecto de la terapia”, concluye.
También ha dibujado un escenario que permite la esperanza Antonio Spadaro, jesuita y buen amigo del Papa, bien informado, que en una entrevista este miércoles en el Corriere della Sera prevé una hospitalización mínima de “dos o tres semanas”: “Es un hombre de 88 años que ha tenido un problema serio, pero ahora está en fase de tratamiento. Un tratamiento que no es sencillo, claro, que llevará tiempo. Hay una gran atención, como es natural, y es evidente que la situación es delicada, pero no me parece de haber percibido ninguna forma de alarmismo”.
Una bronquitis arrastrada durante demasiados días
Es bastante unánime la sensación de que la situación se fue de las manos y en parte podía haberse evitado, por la alergia de Bergoglio a los médicos y a sus consejos. Es débil de los pulmones, y ya con 21 años le extirparon la parte superior del pulmón derecho. Desde 2023 siempre se resfría o tiene bronquitis en cuanto llega el frío. Esta vez arrastró durante 10 días una bronquitis, sin curarse bien ni querer dejar de trabajar. Incluso presidió la misa al aire libre en San Pedro, con un frío intenso, el domingo 9 de febrero, cuando ya le costaba hablar. Finalmente, el pasado viernes aceptó ir al Policlínico Gemelli para curarse.
En el hospital determinaron una “infección polimicrobiana” en las vías respiratorias, es decir, tanto de virus como de bacterias, y los facultativos han ido probando antibióticos; hasta dos terapias distintas. Podría haber funcionado y ha permanecido sin fiebre, según la información del Vaticano. El cuadro concreto es de bronquiectasia, inflamación de los bronquios, y bronquitis asmática, que causa problemas para respirar. Para ello se aplica cortisona, con el problema de que bajan las defensas.
El riesgo era que una bronquitis derivara en algo más grave, una neumonía, que significa que la infección llega en profundidad a los pulmones. Y eso es lo que confirmó un TAC [tomografía axial computarizada] este martes. Lo que añadió una nueva terapia farmacológica. Ahora deben esperarse los resultados.
Sergio Harari, director de la Unidad de Neumología del hospital MultiMedica de Milán, ha explicado en los medios que el hecho de haber detectado a tiempo la neumonía, en su fase inicial, es positivo: “No se puede saber aún cuánto afectará al pulmón en el futuro. La evolución, severa o suave, no se puede conocer con antelación, hay que esperar”. Los riesgos en el peor escenario son que el cuadro degenere en una insuficiencia respiratoria aguda o que la infección se extienda al resto del organismo a través del flujo sanguíneo.