Quién es Yoon Suk-yeol, el líder detrás de la crisis política que ha sacudido Corea del Sur
Tras una carrera de tres décadas como fiscal, dio el salto a la política en 2021 con un halo de lucha contra la corrupción; su popularidad ha caído en picado entre otras cosas por los escándalos que han salpicado a su esposa
Yoon Suk-yeol (Seúl, 1960) protagonizó hace dos años uno de los triunfos más ajustados en la historia política de Corea del Sur. Derrotó a su rival con menos de un punto porcentual de ventaja, la victoria más reñida desde 1987, un resultado que se interpretó como un rechazo al hasta entonces gobernante Partido Democrático, de centroizquierda, más que como una acogida al conservador Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon. Ese estrecho margen sería solo un presagio del camino lleno de obstáculos que tendría para gobernar. Yoon es el primer líder surcoreano que no ha contado con el control de la...
Yoon Suk-yeol (Seúl, 1960) protagonizó hace dos años uno de los triunfos más ajustados en la historia política de Corea del Sur. Derrotó a su rival con menos de un punto porcentual de ventaja, la victoria más reñida desde 1987, un resultado que se interpretó como un rechazo al hasta entonces gobernante Partido Democrático, de centroizquierda, más que como una acogida al conservador Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon. Ese estrecho margen sería solo un presagio del camino lleno de obstáculos que tendría para gobernar. Yoon es el primer líder surcoreano que no ha contado con el control de la Asamblea Nacional en ningún momento de su mandato. Hasta enero de este año, solamente se habían aprobado el 29,2% de los proyectos presentados al Parlamento por su gabinete, según datos del Center for Strategic and International Studies (CSIS).
En su discurso de investidura, prometió que “reconstruiría esta gran nación” para convertirla en una “que realmente perteneciera al pueblo”. Sus dos años al frente del país, sin embargo, han estado marcados por una drástica caída en su popularidad, un Gobierno disfuncional y un bloqueo legislativo constante.
Yoon, con una carrera de tres décadas como fiscal, ganó en 2022 siendo un debutante en política. Su victoria supuso también una sorprendente vuelta al poder del PPP tras una dura derrota en los comicios de 2017. Aquellas elecciones se celebraron tras la destitución en un juicio político de la presidenta conservadora Park Geun-hye, por un grotesco escándalo de corrupción en el que salieron a la luz los lazos de la dirigente con el chamanismo. Decenas de miles de personas se habían lanzado a la calle cada semana en las principales ciudades surcoreanas para exigir la marcha de la entonces jefa de Estado. Paradójicamente, como fiscal general, Yoon fue el responsable de que Park fuera declarada culpable y acabara en la cárcel. También jugó un papel clave en el procesamiento del expresidente Lee Myung-bak (2008-2013).
Su salto a la política no se entendería sin su carrera como brazo público de la ley, un ejecutor recto en lucha constante contra la política corrupta. De joven quería ser pastor protestante, pero fue su padre, un respetado profesor de Economía, quien le convenció para dejar ese camino y estudiar Derecho. Tras 25 años como fiscal en Seúl, en 2019, el entonces presidente surcoreano, el liberal Moon Jae-in, lo promovió a fiscal general de Corea del Sur. Su implacable cruzada anticorrupción llevó a los expresidentes Park Geun-hye y Lee Myung-bak a la cárcel, así como al líder de facto del conglomerado Samsung, Lee Jae-in, por un gran escándalo de sobornos y coacciones.
La relación con el presidente Moon, su predecesor en el cargo, comenzó a agrietarse después de que Yoon iniciara una investigación sobre el ministro de Justicia de Moon. Esto, en cualquier caso, fue una catapulta en su popularidad: tras su dimisión en marzo de 2021, Yoon se aseguró la candidatura presidencial del conservador PPP.
El aura de incorruptible le ha ido desapareciendo a la misma velocidad que caía su popularidad entre la ciudadanía. Algunas de las grandes controversias de su mandato las ha protagonizado la primera dama, Kim Keon-hee. A finales del año pasado salieron a la luz unas imágenes en las que se la veía aceptando como regalo un bolso de Christian Dior valorado en 2.200 dólares. El obsequio viola las leyes surcoreanas que prohíben tanto a funcionarios públicos como a sus cónyuges aceptar objetos valorados en más de 750 dólares. El presidente Yoon calificó el vídeo, que fue grabado con una cámara oculta, como una “maquinación política”. Previamente, Kim había sido acusada de falsificar su currículum –lo que la llevó a pedir perdón públicamente–, de plagio académico y de manipulación de acciones bursátiles.
Su descenso en los sondeos marcó la clara derrota de su partido en las elecciones parlamentarias celebradas en abril, cuando su formación obtuvo 108 de los 300 asientos de la Asamblea Nacional (el Parlamento), muy por detrás de la oposición, el Partido Democrático (PD, centroizquierda), que se aseguró una cómoda mayoría con 175 escaños. “Aceptaré con humildad la voluntad del pueblo expresada en las elecciones generales”, dijo entonces Yoon. Hoy, sin embargo, sus horas al frente del país podrían estar contadas, después de que una coalición de legisladores de partidos de la oposición haya asegurado este miércoles que planea proponer esta misma jornada un proyecto de ley para destituir a Yoon. La propuesta debería votarse en un plazo de 72 horas. “El Parlamento debe centrarse en suspender inmediatamente los asuntos del presidente para aprobar cuanto antes un proyecto de ley de destitución”, ha declarado a la prensa Hwang Un-ha, uno de los diputados de la coalición.