Los rebeldes sirios lanzan su mayor ofensiva en años y se sitúan a las puertas de Alepo

Los salafistas de HTS y diversas facciones rebeldes inician una operación contra las fuerzas del régimen de Bachar El Asad, mientras Turquía afirma que media para contener las hostilidades

Una mujer siria desplazada en el campo de refugiados cerca de Sarmada, en el norte de la región siria de Idlib, este jueves.BILAL AL MAHMOUD (EFE)

Los frentes de la guerra de Siria llevaban prácticamente congelados desde 2020, hasta que este miércoles una ofensiva sin precedentes en los últimos años ha llevado a facciones rebeldes a situarse a las puertas de Alepo, segunda ciudad del país y en manos del régimen de Bachar El Asad. Los combates en el noroeste de Siria comenzaron el miércoles con un ataque sorpresa del grupo salafista (suní) Hayat Tahrir al Sham (HTS) junto a facciones del antiguo Ejército Libre ...

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Los frentes de la guerra de Siria llevaban prácticamente congelados desde 2020, hasta que este miércoles una ofensiva sin precedentes en los últimos años ha llevado a facciones rebeldes a situarse a las puertas de Alepo, segunda ciudad del país y en manos del régimen de Bachar El Asad. Los combates en el noroeste de Siria comenzaron el miércoles con un ataque sorpresa del grupo salafista (suní) Hayat Tahrir al Sham (HTS) junto a facciones del antiguo Ejército Libre Sirio, que han logrado cortar la principal vía de comunicación entre Alepo y Damasco y han roto las defensas del régimen. Este, a su vez, y con la asistencia de Rusia, ha intensificado los bombardeos aéreos sobre áreas bajo control rebelde, matando a una veintena de civiles.

En realidad, la guerra en Siria nunca había cesado. Han sido continuos los intercambios de artillería entre las líneas del frente ―en manos de diversos grupos― y los bombardeos por parte de actores externos (Israel, Turquía, Rusia). De hecho, la situación en el noroeste de Siria llevaba semanas calentándose, especialmente en la provincia de Idlib, con continuos ataques aéreos y de artillería por parte del régimen y sus aliados (Rusia y milicias pro-iraníes), que habían provocado la huida de varias decenas de miles de personas hacia el norte. En esta zona, el 60 % de sus habitantes son desplazados de otros puntos del país por un conflicto que ya se prolonga durante 14 años.

Temiendo un ataque a gran escala del régimen; HTS y varios grupos del llamado Ejército Nacional Sirio (ENS) ―creado bajo los auspicios de Turquía por un conglomerado de facciones rebeldes, la mayoría islamistas, antaño adscritas al Ejército Libre Sirio― pasaron a la ofensiva la mañana del miércoles en una operación bautizada como “Disuadir la Agresión”. El objetivo es “eliminar el peligro de las milicias iraníes y el régimen criminal de las zonas pobladas y preparar un entorno favorable al retorno a sus hogares de nuestra gente desplazada dentro y fuera del país”, ha afirmado el comandante en jefe de la operación, Hassan Abdul Ghani, en un vídeo publicado este jueves.

Las columnas de humo indican zonas donde se enfrentan las fuerzas rebeldes sirias y el régimen de El Asad este jueves, a las afueras de Alepo. Associated Press/LaPresse (APN)

Fuentes de seguridad turcas han reconocido a este diario estar al tanto de la operación, que achacaron “al aumento de la tensión en las últimas semanas” debido al notable aumento de bajas civiles por los ataques de la Federación Rusa y el régimen. Por ello, “grupos de Idlib” habían propuesto una “operación para alejar las líneas del frente”, algo que Turquía trató de frenar para “no contribuir a la creciente tensión en la región debido a la agresividad de Israel”, que también ha incrementado sus ataques a milicias iraníes y a posiciones del régimen sirio en los últimos meses.

Las fuentes turcas afirmaron que antes del ataque ―y también ahora― trataron de mediar para evitar las hostilidades con sus socios del llamado Proceso de Astaná; es decir, con Rusia e Irán, junto a los que pactó en 2019 las llamadas zonas de “desescalada” en torno a las provincias de Idlib y de Alepo. Las fuentes turcas afirman que la operación rebelde estaba planeada como un ataque “limitado” y que si se ha expandido ha sido porque “las fuerzas del régimen han huido de sus posiciones”.

De hecho, el avance ha sido muy rápido: en el primer día de combates, HTS y sus aliados conquistaron al menos 18 aldeas y la base del Regimiento 46º del Ejército Sirio, capturando una docena de tanques y varios vehículos blindados. La ofensiva hacia el este ha continuado el segundo día, con la captura de más localidades y hasta situarse a escasos tres kilómetros del extrarradio de Alepo. Además, han conseguido dos nuevos avances en el sur de Idlib para cortar la autovía M5, que comunica Alepo y Damasco, y es clave para mantener las líneas de abastecimiento de las fuerzas leales a Bachar El Asad.

En las redes sociales, los grupos adscritos a la operación publicaron imágenes descolgando retratos de Asad en las poblaciones ya bajo su control y de las octavillas que, distribuidas y lanzadas mediante drones, llaman a los soldados del régimen a desertar.

Por su parte, cazas del régimen y rusos han respondido a la ofensiva con intensos bombardeos sobre decenas de localidades en Idlib y Alepo, incluido uno con munición de fragmentación en el centro de Atarib, que según la Defensa Civil ha dejado al menos 15 civiles muertos, cuatro de ellos niños. Los bombardeos en otras localidades han provocado al menos cuatro muertes de civiles y decenas de heridos.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 182 combatientes han muerto en los enfrentamientos y bombardeos, 121 de HTS y facciones rebeldes y 61 del Ejército regular sirio y milicias afines, incluidos militares iraníes. De hecho, los medios estatales de Irán han reconocido la muerte del general de brigada de la Guardia Revolucionaria Kiumars Purhashemi, desplegado en Siria como asesor de las fuerzas del régimen.

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