Pedro Sánchez negocia con Von der Leyen en el G-20 para desbloquear el nombramiento de Ribera en la Comisión Europea
El presidente habla con la jefa del Ejecutivo comunitario en Brasil para tratar de sortear el veto del PP a la candidata socialista. La principal hipótesis es que los socialdemócratas voten a cambio al candidato de Meloni
Con las negociaciones entre los grupos políticos en el Parlamento Europeo envenenadas por la tensión de los últimos días, fundamentalmente por el bloqueo del Partido Popular Europeo (PPE) a la socialdemócrata española Teresa Ribera, las conversaciones para desbloquear la formación de la nueva Comisión Europea han escalado al máximo nivel político. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha intensifica...
Con las negociaciones entre los grupos políticos en el Parlamento Europeo envenenadas por la tensión de los últimos días, fundamentalmente por el bloqueo del Partido Popular Europeo (PPE) a la socialdemócrata española Teresa Ribera, las conversaciones para desbloquear la formación de la nueva Comisión Europea han escalado al máximo nivel político. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha intensificado los contactos con sus homólogos europeos del PPE y se ha reunido con la jefa del Ejecutivo comunitario, la conservadora Ursula von der Leyen, en Río de Janeiro, aprovechando que ambos coinciden en la cumbre del G-20, según diversas fuentes europeas y del Gobierno.
El encuentro fue positivo, y ambos están en sintonía para lograr que salgan adelante los nombramientos previstos para la Comisión y, por tanto, Ribera se confirme como la número dos de Von der Leyen, según estas fuentes. Sánchez y la dirigente alemana, pese a ser de familias distintas, tienen la misma posición en este asunto —apuntan las citadas fuentes—, que consiste en mantener el pacto con el que se diseñó la Comisión Europea y que, según el Gobierno español, ahora está rompiendo el PPE al poner en cuestión a Ribera.
También estarán en Brasil otros líderes europeos relevantes con los que Sánchez podría hablar de este asunto. El presidente español reivindica ante ellos el pacto alcanzado por las familias europeas en verano y que incluía a Ribera como número dos y cabeza de una gran vicepresidencia verde de facto, dicen las fuentes consultadas.
Sánchez confía en que los líderes conservadores medien con el presidente de los populares europeos, Manfred Weber, para que este dé luz verde a Ribera, que aún debe pasar la votación del Parlamento Europeo. En el entorno del presidente están convencidos de que con esta maniobra se frustrará la operación de Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, apoyado por Weber, para tumbar a Ribera. Después de un fin de semana muy intenso en llamadas al máximo nivel, no solo de Sánchez sino también de su equipo directo, en La Moncloa están convencidos de que Ribera saldrá elegida y Feijóo perderá el pulso. “El problema lo tiene el PPE. Nosotros hemos cumplido. Ahora a ver cómo salimos de este enredo en el que nos han metido la división en el PPE y la irresponsabilidad de Feijóo. En eso estamos”, resumen fuentes del Gobierno.
Lo que ya no está tan claro es si a cambio de esa victoria política, el presidente tendrá que aceptar que los eurodiputados socialistas españoles, con los demás socialdemócratas, especialmente los italianos, voten a favor de Raffaele Fitto, el candidato en la Comisión de la ultraderechista italiana Giorgia Meloni, designado por Von der Leyen como vicepresidente encargado de Cohesión. En un principio, Sánchez y los suyos insistían en que jamás votarían a Fitto y sostenían que eso está fuera del pacto que se alcanzó entre las grandes familias europeas —populares, socialdemócratas y liberales— para componer esta Comisión.
Batalla de fondo
En La Moncloa ven esta cuestión como una batalla de fondo por la forma de gobernar Europa y la relación con la ultraderecha, y por eso insistían en que votar a favor de Fitto era entregar simbólicamente algo difícil de asumir, porque Sánchez ha hecho de la lucha contra la ultraderecha el corazón de su discurso político. Sin embargo, ante el riesgo de que Ribera caiga —no tiene votos suficientes si no la apoya el PPE— la posición parece estar girando y Sánchez podría conceder esa votación a Fitto a cambio de que Ribera consolide su posición de número dos con la potente vicepresidencia de Transición Limpia, Justa y Competitiva y la cartera de Competencia, hasta convertirse en una de las figuras españolas con más poder en la Comisión Europea en la historia. “Al final todos debemos votar a todos. Si no, no sale”, resumen fuentes del Ejecutivo.
Para desbloquear la negociación y empezar a evaluar a Ribera —el gran contrapeso socialdemócrata en una Comisión muy a la derecha— el PPE reclama que los socialdemócratas y liberales apoyen a Fitto, miembro de Hermanos de Italia, del grupo de los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR) en la Eurocámara. Fitto no es del PPE, pero los populares, que han abierto una colaboración cada vez más estrecha con ECR, la familia europea de Meloni, lo toman como suyo. Recuerdan, además, que ninguno de los comisarios socialdemócratas y liberales que ya han recibido la luz verde de sus correspondientes comisiones parlamentarias habría pasado sin el aval de ECR. Es el caso de los comisarios socialdemócratas maltés y danés y de la comisaria liberal belga, por ejemplo.
“Italia es un país grande y Fitto no es un fascista, es un democristiano”, ha declarado este lunes el conservador Peter Liese (de la CDU alemana, como Von der Leyen), en una pequeña reunión por videoconferencia con periodistas. Fuentes comunitarias remarcan que, independientemente de Fitto como persona, para España es una buena noticia que la cartera de Cohesión la gestione una persona del sur de Europa. Y que debe prevalecer más ese punto de cara a una negociación.
Otras fuentes del Gobierno inciden en la relevancia del momento para Europa. “La UE no puede permitirse una mirada miope en el delicado contexto geopolítico en el que se encuentra. La decisión que hay que tomar no es si Ribera o si Fitto: la decisión estratégica es alcanzar un consenso que proteja a Europa en un escenario internacional especialmente peligroso. Lo relevante es qué hace la UE frente a una nueva Administración Trump que amenaza con aranceles a productos de la UE, una guerra comercial con China y que mantiene una actitud de provocación, con un secretario de Energía abiertamente negacionista y procedente del sector del petróleo, y el recrudecimiento de las hostilidades en Ucrania”, señalan.
No solo Sánchez y España se juegan mucho con el nombramiento de Ribera. Si Von der Leyen se ve obligada a reformular su Ejecutivo comunitario por las maniobras del PPE —su propia familia política— por un asunto de la más pura política nacional, quedará tocada. La conservadora alemana está inquieta. Tiene intención de empezar a funcionar con la nueva Comisión el 1 de diciembre. Hay prisa. En la situación geopolítica mundial, con la guerra de Rusia contra Ucrania, la crisis en Alemania (con elecciones anticipadas en febrero) y la perspectiva de una escalada arancelaria de EE UU a la UE con la llegada de Donald Trump, hace falta una UE unida y fuerte.
Además de Ribera, la gran pieza pendiente en la estructura de la nueva Comisión, quedan por evaluar otros cinco vicepresidentes y un comisario, el húngaro. Las maniobras del PPE y el bloqueo en la negociación con los socialdemócratas y liberales sobre los comisarios pendientes han sumido a la UE en la incertidumbre.
Respuesta de Orbán
Los conservadores quieren también que la Eurocámara avale al comisario húngaro, Olivér Varhelyi, aliado del primer ministro nacionalpopulista, Viktor Orbán. El PPE cree que Varhelyi, nombrado para la cartera de Salud y Bienestar Animal, es el mal menor y que todos los grupos deben compartir la responsabilidad de apoyarle. Consideran que el húngaro tiene experiencia en Sanidad —fue funcionario y se ocupó de temas médicos y de farmacéuticas— y que lo hizo bien en su audiencia parlamentaria. También sobrevuela la idea de que si lo rechazan, Orbán puede negarse a enviar un reemplazo y se aprestaría a tomar la formación de la nueva Comisión como rehén. El asunto, opinan fuentes parlamentarias, podrá resolverse precisando algunas atribuciones de Varhelyi, como por ejemplo dejando claro que no es el responsable de gestión de pandemias.
Mientras, en el PPE, presionado por el Partido Popular español, quieren esperar y no desbloquear la situación hasta la comparecencia en el Congreso de la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica (prevista para este miércoles) para hablar sobre la gestión de la dana que provocó enormes daños en Valencia que han costado la vida a más de 200 personas. Los populares de Alberto Núñez Feijóo insisten en implicar a Ribera para tapar la gestión del president valenciano (del PP), Carlos Mazón. Los conservadores europeos, dirigidos por el alemán Manfred Weber, insisten, además, en que la española dé algún tipo de compromiso en el Congreso de que dimitirá si se ve envuelta en un proceso judicial por la dana.
Pero en esto no hay unidad entre los populares europeos. Algunos señalan que debe comprometerse a dejar la vicepresidencia si es encausada por la gestión de la dana —varias organizaciones de ultraderecha la han denunciado y el PP español ha llevado a Bruselas el fantasma de una posible imputación— y otros, solo si es condenada.
“Tenemos una tradición: dejar que los tribunales hablen, respetar los procesos judiciales y por supuesto respetar la presunción de inocencia”, dice Liese, coordinador de la Comisión de Medioambiente, una de las que debe evaluar a Ribera. La propia Von der Leyen está envuelta en un proceso judicial por los acuerdos con la farmacéutica Pfizer y los mensajes que se cruzó durante la pandemia con su consejero delegado, que la Comisión ha eludido revelar. El conservador remarca, sin embargo, que no quedó contento con la audiencia de la española en el Parlamento Europeo el pasado martes. Esperaba algún tipo de compromiso en materia de competitividad y en regulación sobre los lobos, según alega.