Guerra entre Israel y Gaza: resumen del 14/10/2024
Israel se abstendrá de atacar el programa nuclear y la infraestructura petrolífera de Irán | Netanyahu informa a EE UU de que la represalia contra Teherán por el ataque con misiles de hace dos semanas solo tendrá objetivos militares | Aumentan a 21 los muertos en un ataque israelí a una aldea cristiana del norte de Líbano | La UE presiona para que Israel frene sus ataques contra cascos azules
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El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, informó este lunes a su principal aliado, Estados Unidos, de que la represalia por el ataque con misiles llevada a cabo hace dos semanas por Irán irá dirigida contra intereses militares y no afectará al programa nuclear ni a infraestructuras petrolíferas, según publicó la agencia Reuters y The Washington Post.
Netanyahu había convocado para última hora de este lunes una reunión en Tel Aviv con su núcleo duro en la actual guerra para abordar la respuesta a la que ha sido mayor ofensiva del régimen de los Ayatolas. A lo largo de estas dos semanas, se han barajado varias posibilidades. Por un lado, se entendía que golpear el programa nuclear iraní era complejo y no iba a tener el visto bueno de Washington. Por otro, dañar infraestructuras petrolíferas causaría más perjuicio al mercado del crudo y a los consumidores, por un posible aumento del precio, que al propio régimen.
La ofensiva que Israel lleva a cabo desde hace dos semanas en el norte de Gaza, donde una decena de personas murieron en las últimas horas en el ataque a un centro de distribución de comida, no impide que se mantengan los intensos bombardeos en la mitad sur del enclave palestino. Al menos 18 personas perecieron allí en el ataque a una escuela de la ONU en Nuseirat. Otras cuatro fallecieron poco después, en una zona de acampada que acoge a desplazados por la guerra en Deir el Balah. Por tercera vez, las tropas de ocupación israelíes tratan de acabar con la resistencia armada palestina en la zona septentrional de la Franja mediante una incursión terrestre y aérea —con aviones y drones— en la que, según la ONU, se han producido ya “cientos de muertos”.
En el frente de Líbano, las autoridades sanitarias informaron de al menos 21 muertos en un bombardeo israelí en Aitou, una aldea de mayoría cristiana en el norte del país. Otras ocho personas resultaron heridas y también fueron hallados “partes de cuerpos”. De acuerdo con la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), este es el primer bombardeo de Israel contra Aitou. Con él, Israel expande su rango de acción en Líbano, extendiendo su ofensiva más al norte. Hasta ahora había estado concentrada en el sur del país y en la capital, Beirut. El bombardeo tuvo como objetivo un apartamento residencial donde había familias desplazadas desde el sur del país.
En el ámbito de la diplomacia, la Unión Europea aumenta la presión sobre Israel para que frene los “inaceptables” —término usado por diversos ministros de Exteriores este lunes al comienzo de su encuentro en Luxemburgo— contra los cascos azules. Horas después de acordar un comunicado conjunto en el que los Veintisiete condenaron estos ataques y reclamaron su fin “inmediato”, varios ministros, así como el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, subrayaron que su presencia en Líbano es una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU y que solo este puede decidir sobre el mantenimiento o no de la misión internacional Unifil (por sus siglas en inglés).
Borrell recordó que “no es el secretario general de la ONU”, António Guterres, —contra el que Israel ha emprendido una campaña y al que ha declarado incluso persona non grata—, el que decide sobre la misión en Líbano. “Es completamente inaceptable atacar a tropas de Naciones Unidas, y quiero recordar a todos que no es el secretario general el que decide si la misión se queda o no. Es el Consejo de Seguridad el que toma estas decisiones. Así que dejen de culpar a Guterres”, instó el alto representante, quien aunque ha saludado el acuerdo de los Veintisiete condenando los ataques a Unifil, lamentó que se tardara “demasiado” en alcanzarlo, debido a la oposición inicial de República Checa, uno de los países más firmemente aliados de Israel en la UE.