El recrudecimiento de la guerra desluce las manifestaciones por el aniversario del 7 de octubre en Israel
Las marchas por un acuerdo para liberar a los rehenes reúnen solo a unos miles de personas. El principal acto de conmemoración se restringe a las familias de los secuestrados
“Calle del Abandono”, así ha sido rebautizada de manera simbólica la calle Azza de Jerusalén, junto a la que se encuentra la residencia del primer ministro Benjamín Netanyahu. Los manifestantes que en la noche del sábado protestan en ese lugar portan carteles azules con letras blancas que simulaban ese renombramiento. Unas 2.000 personas han vuelto, una semana más, a reclamar el fin de la pasividad gubernamental a la hora de detener la guerra y alcanzar un pacto ...
“Calle del Abandono”, así ha sido rebautizada de manera simbólica la calle Azza de Jerusalén, junto a la que se encuentra la residencia del primer ministro Benjamín Netanyahu. Los manifestantes que en la noche del sábado protestan en ese lugar portan carteles azules con letras blancas que simulaban ese renombramiento. Unas 2.000 personas han vuelto, una semana más, a reclamar el fin de la pasividad gubernamental a la hora de detener la guerra y alcanzar un pacto que permita liberar al centenar de rehenes que quedan en Gaza.
Esta vez lo hacen con un motivo especial, el lunes, 7 de octubre, se cumple el primer aniversario de la contienda. En la tarde noche del sábado hay concentraciones y marchas en otras localidades del país, pero, como es habitual, la más multitudinaria ha sido de nuevo la de Tel Aviv. Allí, en todo caso, la afluencia ha sido mucho menor que a lo largo del verano, cuando varios cientos de miles de personas ocupaban gran parte del centro de la ciudad. Esta noche, según han informado testigos presenciales, no llegaban a 10.000. Los cánticos y gritos, al igual que en Jerusalén, exigen un acuerdo que abra la puerta a la vuelta de los cautivos. Además, presionan para que Israel frene la ofensiva en Líbano y las amenazas contra Irán porque entienden que no van a beneficiar el objetivo primordial de pactar el regreso de los rehenes.
El recrudecimiento de la guerra contra el vecino del norte, invasión terrestre incluida, y el aumento de la tensión entre Israel e Irán han impedido que el país pueda salir a la calle de manera tan multitudinaria como en semanas. Este sábado se ha sabido también que el principal acto previsto para el lunes, un concierto con grandes figuras israelíes al que tenían previsto asistir unas 40.000 personas, deberá finalmente celebrarse solo para unos cuantos asistentes, esencialmente familias de los secuestrados. Lo han anunciado los organizadores siguiendo las restricciones de seguridad de las autoridades.
Israel vive todavía sacudido por la mayor ofensiva llevada a cabo jamás por Irán, el martes pasado, y pendiente de la respuesta que las autoridades del Estado judío piensan ofrecer en forma de represalia y que todo el mundo da por hecha. Así lo ha asegurado el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y lo ha dejado ver también su principal aliado, Estados Unidos. El propio presidente Joe Biden no oculta que están conversando en torno a esa posible respuesta.
“El grave daño causado a Hezbolá es doloroso para el liderazgo de Irán, el mismo liderazgo que atacó al Estado de Israel y lanzó misiles desde su territorio contra centros civiles”, ha señalado Daniel Hagari, portavoz del ejército, que se refirió también a los daños causados en esa ofensiva a algunas instalaciones militares. En todo caso, añade refiriéndose a las bases de Nevatim y Tel Nof el impacto de los misiles en esas infraestructuras “no afecta a la capacidad de la Fuerza Aérea ni de esas bases”. Por último, ha recordado que Israel “responderá al ataque criminal de la manera que decidamos y donde decidamos”.
“Hay demasiadas razones para venir esta noche”, señala la convocatoria de la marcha de protesta de Jerusalén, que ha partido de la calle Yafa en dirección a la plaza de París y la calle Azza, junto a la casa de Netanyahu y en la que han participado algunos familiares de los rehenes. En la pancarta principal, una imagen de Hersh Goldberg-Polin, uno de los rehenes que llegó hace un mes muerto a Israel tras ser asesinado por sus captores junto a otros cinco, según el ejército israelí. Esa pancarta pide un acuerdo por su memoria. Desde el escenario se ha coreado acompañado por los asistentes uno a uno el nombre del centenar de cautivos que siguen en la Franja, aunque ya se ha anunciado que casi con total seguridad en torno a la mitad están ya muertos.
El foro que agrupa a la mayoría de familias de rehenes, liberados o que sigan en cautividad, ha preferido por “la situación” no convocar este sábado acto ninguno a nivel oficial, confirma uno de sus portavoces. En todo caso, han sido algunos de sus integrantes los que finalmente han llamado a salir a las calles de Tel Aviv.
En un mensaje al pueblo judío con motivo del aniversario, el presidente de Israel, Isaac Herzog. Se ha referido a “la amenaza continua al Estado judío por parte de Irán y sus representantes terroristas, que están cegados por el odio y empeñados en la destrucción de nuestro único Estado-nación judío”.