Starmer devuelve más de 7.000 euros para frenar el escándalo de los regalos en ropa y entradas

El primer ministro del Reino Unido anuncia un endurecimiento de las reglas de conducta que deben seguir los miembros de su Gobierno

El primer ministro británico, Keir Starmer, durante una conferencia de prensa en Bruselas, este miércoles.OLIVIER MATTHYS (EFE)

Keir Starmer ha entendido finalmente que no todo lo que es legal es presentable. El primer ministro ha comenzado a soltar lastre para intentar dejar atrás el escándalo que le persigue casi desde que comenzó su mandato: más de 120.000 euros en ropa, gafas de diseño, pases para el fútbol y entradas para conciertos. Todo gratis. Regalos de donantes del Partido Laborista, como el empresario Waheed Ali.
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Keir Starmer ha entendido finalmente que no todo lo que es legal es presentable. El primer ministro ha comenzado a soltar lastre para intentar dejar atrás el escándalo que le persigue casi desde que comenzó su mandato: más de 120.000 euros en ropa, gafas de diseño, pases para el fútbol y entradas para conciertos. Todo gratis. Regalos de donantes del Partido Laborista, como el empresario Waheed Ali.

El equipo del primer ministro ha anunciado que Starmer devolverá más de 7.100 euros de esos regalos a las personas y empresas que se los donaron y cuya legalidad está siendo más cuestionada. Cuatro entradas para ver a la cantante Taylor Swift, por valor de 3.334 euros, cortesía de Universal Music Group. Otras dos más para el mismo concierto, proporcionadas por la Asociación de Fútbol, valoradas en 712 euros. Cuatro pases para las carreras de caballos de Doncaster, cuyo precio ascendía a 2.300 euros. Y, finalmente, unos mil euros por el alquiler de ropa de la firma Edeline Lee para su esposa, Victoria Starmer.

El primer ministro se ha comprometido, además, a endurecer el actual Código de Conducta que establece las normas éticas que deben seguir los miembros del Gobierno.

El Gobierno laborista ya dejó claro, a principios de la semana pasada, que ninguno de sus ministros volvería a aceptar regalos o destinar el dinero de los donantes a gastos personales. No solo Starmer, también la ministra de Economía, Rachel Reeves, y la viceprimera ministra, Angela Rayner, habían recibido prebendas de Waheed Alli, el empresario de origen asiático que lleva años entregando cientos de miles de libras al Partido Laborista.

La mayoría de estos donativos fueron anotados en el registro de intereses de la Cámara de los Comunes. Algunos, sin embargo, no habían sido del todo detallados, para camuflar que se trataba de ropa u otros artículos de uso personal. Aparecían consignados como “ayudas para el desempeño de las tareas profesionales”.

Pero su legalidad no lograba disminuir la irritación de muchos miembros del partido y de votantes, que escuchaban estas noticias a la vez que el Gobierno les advertía sobre duros recortes sociales, como la supresión de las ayudas a pensionistas en la factura del gas y la electricidad.

La sombra del escándalo enturbió el congreso que los laboristas celebraron la semana pasada en Liverpool. El encuentro, que debía ser la ocasión para celebrar la victoria electoral del 4 de julio, se dedicó en gran medida, al menos por los pasillos, a discutir los primeros enredos del equipo de Starmer.

El empresario, investigado

La decisión de Starmer de devolver el dinero de parte de los regalos ha coincidido con el anuncio de la apertura de una investigación al empresario Alli, que pertenece a la Cámara de los Lores desde que el ex primer ministro, Tony Blair, le concediera ese privilegio.

La Comisión de Estándares Éticos de la Cámara investiga presuntas irregularidades del multimillonario en su declaración del registro de intereses, aunque fuentes parlamentarias señalan que se trataría de cuestiones relacionadas con las oficinas de sus empresas. Nada que ver con todos los regalos que Alli hizo a sus amigos de Downing Street.

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