EE UU sanciona a RT y otros medios estatales rusos por injerencia en su proceso electoral
“Tomamos las medidas por su actividad encubierta, no por el contenido de la información”, indica el Departamento de Estado
El Gobierno de Estados Unidos ha impuesto sanciones contra la cadena estatal rusa RT, cargos penales y la confiscación de dominios de internet tras acusar a Moscú de intentar interferir en sus elecciones presidenciales de noviembre mediante la distribución de propaganda y desinformación en sus medios estatales y la contratación de ciudadanos estadounidenses para que repitan, sin saberlo, el punto de vista ruso. Además, el Departamento de Justicia ha presentado cargos contra dos trabajadores de RT por blanqueo de dinero en la contratación de una empresa de creación de contenidos que pensaban utilizar para difundir vídeos en redes sociales con los que injerir en el proceso electoral.
En declaraciones durante una reunión de su departamento sobre las amenazas al desarrollo limpio de las elecciones, el secretario de Justicia, Merrick Garland, afirmó que las medidas buscan atajar el uso ruso de sus medios estatales para conseguir que ciudadanos estadounidenses diseminen, sin pretenderlo, propaganda y desinformación. Según su departamento, la directora de RT, Margarita Simonovna Simonyan, y otras personas ligadas a la cadena contrataron a influencers de las redes sociales de modo subrepticio para que propagaran mensajes favorables a Moscú e inclinaran la opinión pública estadounidense hacia el lado ruso.
Además, la Policía federal estadounidense, el FBI, ha solicitado autorización judicial para incautar 32 dominios de internet a los que Washington acusa de “influencia extranjera maligna” y de intentar socavar el apoyo del público a los esfuerzos estadounidenses de ayudar a Ucrania en su guerra contra la invasión rusa.
“Seremos incansables en nuestra lucha para contrarrestar y bloquear los intentos de Rusia e Irán, así como China o cualquier otro agente extranjero maligno, de injerir en nuestras elecciones y socavar nuestra democracia”, apuntaba Garland.
El secretario de Estado, Antony Blinken, apuntaba por su parte en un comunicado sobre los castigos: “Sabemos ahora que RT ha dejado de ser simplemente un medio de comunicación. RT ha contratado a una empresa privada para que pague millones de dólares a estadounidenses que distribuyen, sin saberlo, el mensaje del Kremlin para influir en las elecciones estadounidenses y socavar la democracia. La cúpula directiva de RT tiene conocimiento directo y voluntario de este cometido”.
El Departamento de Estado ha impuesto restricciones de viaje a una serie de individuos -no ha facilitado su identidad por motivos legales- y sanciones contra Rossiya Segodnya, la compañía matriz de la cadena de televisión, y otras subsidiarias, así como contra los medios de comunicación RIA Novosti, RT, TV-Novosti, Sputnik y Ruptly. “Tomamos las medidas contra estos individuos exclusivamente por sus actividades de injerencia encubierta, y no por el contenido de los reportajes o las actividades de desinformación”, precisa el Departamento de Estado.
“El anuncio de hoy subraya lo lejos que algunos gobiernos extranjeros llegan para socavar las instituciones democráticas estadounidenses. Pero estos gobiernos extranjeros también deberían saber que no toleraremos que agentes extranjeros malignos interfieran de modo intencional para perjudicar el desarrollo libre e imparcial de las elecciones”, apunta Blinken.
El Departamento de Justicia acusa a dos trabajadores de RT de pagos encubiertos a una compañía de creación de contenidos en Tennessee para que publicara cerca de dos mil vídeos que difundían propaganda rusa. Los acusados, Konstantin Kalashnikov y Elena Afanasieva, utilizaron nombres falsos y compañías fantasma para sus tratos con la empresa, que no sospechaba que estaba siendo utilizada por Moscú para diseminar desinformación y amplificar las divisiones políticas en el país.
No es la primera vez que el Departamento de Justicia había advertido de intentos rusos de injerir en el proceso electoral, una de las grandes preocupaciones de esta institución de cara a los comicios del 5 de noviembre. Garland y su equipo insisten en que Rusia no ha cambiado sus preferencias con respecto a elecciones anteriores, en las que análisis de los servicios de inteligencia estadounidenses encontraron que Moscú trató de apoyar al candidato republicano, Donald Trump, en 2016 en su triunfo frente a la demócrata Hillary Clinton, y en 2020 frente a Joe Biden. En ambos casos, Rusia ha rechazado las acusaciones.
Washington insiste en que Rusia continúa siendo la principal amenaza contra el progreso electoral, pero también acusa a Irán de este tipo de actividades. El FBI investiga en la actualidad un ciberataque procedente de este último país contra la campaña de Trump y un intento contra la campaña demócrata.
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