El principal detenido por el atentado frustrado en los conciertos de Taylor Swift en Viena planeaba atacar fuera del estadio
El sospechoso, de 19 años, juró lealtad al Estado Islámico y ha confesado los planes de usar cuchillos o explosivos contra los seguidores de la cantante, que ha anulado tres actuaciones. Otro joven de 17 ha sido arrestado y un menor de 15 es interrogado
El ministro del Interior de Austria, el democristiano Gerhard Karner, ha asegurado que “se ha evitado una tragedia” en los conciertos de Taylor Swift en Viena, previstos desde el jueves hasta el sábado, dado que el joven de 19 años detenido el miércoles barajaba atacar a los asistentes del concierto con cuchillos o usar un explosivo y posiblemente inmolarse. La situación, según ha dicho el ministro este jueves, “era seria y sigue siendo seria”. El joven detenido en Ternitz, localidad ubicada en el Estado de Baja Austria, a unos 65 kilómetros de Viena, ha confesado sus planes de atentado yihadista. En su domicilio se ha hallado material y sustancias químicas para explosivos, cuya fabricación tenía avanzada.
La policía también detuvo el miércoles, en Viena y cerca del estadio Ernst Happel, donde se iban a celebrar los conciertos de la cantante estadounidense, anulados tras conocerse los arrestos, a un joven de 17 años que había conseguido un empleo en una de las empresas que iban a dar servicios al macroevento. Este detenido de momento se ha negado a declarar. Los investigadores, además, interrogan a un menor de 15 años que conocía a uno de los detenidos y tenía supuestamente información de sus planes.
El principal sospechoso había jurado lealtad al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y grabado un vídeo sobre su intención de atentar ―este mismo jueves o el viernes― que luego borró, pero ha sido recuperado por los investigadores.
La policía no busca a otros sospechosos, pero continúa la investigación en el entorno de los detenidos para averiguar si había más conocedores del atentado frustrado.
A los conciertos anulados iban a asistir en torno a 195.000 personas. Según la investigación, el joven de 19 años, austriaco de familia con raíces en Macedonia del Norte, había dejado su trabajo el 25 de julio y había afirmado entonces que aún tenía “grandes planes de futuro”, según ha detallado Franz Ruf, director general de Seguridad Pública. Se centró después en adquirir los conocimientos y el material para fabricar explosivos y “cambió su aspecto”. En los registros se encontraron diversas sustancias, incluyendo peróxido de hidrógeno, así como dispositivos técnicos y materiales para la fabricación de bombas, como detonadores, cables y máquinas para iniciar una explosión. Entre el material incautado, según la policía, también hay una sirena policial que se sospecha se pretendía usar para abrirse camino y facilitar la llegada al lugar del atentado o la huida.
El detenido de 17 años, también austriaco con orígenes turco y croata, era conocido por la policía por un caso de guerra de bandas en un barrio de la capital, según fuentes de las autoridades austriacas citadas por el periódico Der Standard. La policía afirma que había dejado hace poco a su novia, lo que para los investigadores muestra que los sospechosos estaba cortando los vínculos con su entorno.
El director del servicio de inteligencia interna (DSN, en sus siglas en alemán), Omar Haijawi-Pirchner, confirmó que la investigación se produjo gracias a información de servicios secretos extranjeros y dijo que los jóvenes, especialmente el de 19 años, se habían radicalizado en internet. “Consumía y difundía mucha propaganda, y como vimos tras la incautación de su teléfono móvil ayer, también descargaba y compartía constantemente instrucciones para la fabricación de bombas”, explicó. “Se había informado sobre la fabricación de bombas y los materiales necesarios, y durante el allanamiento de su casa se encontró mucho material”, agregó.
En la confesión del yihadista de 19 años se indica que, además de los explosivos, pretendían atacar con armas blancas a los seguidores de Swift que se encontraban a las afueras del estadio donde se iba a celebrar el concierto. El objetivo, según Haijawi-Pirchner, era “matarse a sí mismo y a una gran multitud en el concierto de hoy o mañana”. El director del DSN indicó que aunque no hay más sospechosos huidos, es posible que personas en el entorno de los detenidos supieran de sus planes y es necesario seguir indagando.
El ministro del Interior ha recalcado el papel fundamental de los servicios de inteligencia en la operación para frustrar el atentado. En la investigación ha sido fundamental una primera información sobre el principal sospechoso facilitada por un servicio de inteligencia de un país que no se ha desvelado.
El ministro Karner ha destacado el aumento de la amenaza del terrorismo yihadista desde el ataque de Hamás a Israel el pasado 7 de octubre. Y que los grandes conciertos son con frecuencia objetivo de los grupos terroristas. En este contexto, ha mencionado el ataque a la sala Bataclan en París en 2015, el atentado contra la actuación de Ariana Grande en Mánchester en 2017, el de la sala de conciertos de Moscú el pasado marzo y, sorpresivamente, ha metido en el mismo saco el ataque con cuchillo de un menor británico a un evento infantil en el Reino Unido, en el que fallecieron tres niñas y que ha desembocado en manifestaciones antiinmigración violentas y amenazas contra mezquitas a partir de bulos en las redes sociales que afirmaban que es sirio.
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