Países Bajos conmemora el décimo aniversario de la tragedia del vuelo MH17

Los nombres de las 298 víctimas se leerán en una solemne ceremonia mientras Rusia sigue manteniendo que no estuvo implicada en el derribo del aparato civil sobre el este de Ucrania

Un hombre con uniforme militar camina entre los restos del vuelo MH17, derribado cerca de la localidad de Grabovo, en el este de Ucrania, el 17 de julio de 2014.Dmitry Lovetsky (AP)

La tragedia del vuelo MH17, de la que se cumple este miércoles el décimo aniversario, supuso un trauma colectivo que permanece grabado en la memoria de Países Bajos. Hace una década, el 17 de julio de 2014, un avión de las líneas aéreas malasias que partió de Ámsterdam con destino a Kuala Lumpur, fue derribado cuando sobrevolaba el este de Ucrania por un misil Buk de fabricación rusa. Murieron sus 298 ocupantes, de 16 países. Entre ellos, 196 neerlandeses. El Equipo Internacional Conjunto (JIT, en sigla...

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La tragedia del vuelo MH17, de la que se cumple este miércoles el décimo aniversario, supuso un trauma colectivo que permanece grabado en la memoria de Países Bajos. Hace una década, el 17 de julio de 2014, un avión de las líneas aéreas malasias que partió de Ámsterdam con destino a Kuala Lumpur, fue derribado cuando sobrevolaba el este de Ucrania por un misil Buk de fabricación rusa. Murieron sus 298 ocupantes, de 16 países. Entre ellos, 196 neerlandeses. El Equipo Internacional Conjunto (JIT, en siglas en inglés) que investigó lo ocurrido, concluyó en 2023 que había “fuertes indicios” de que el presidente ruso, Vladímir Putin, autorizó el despliegue de la lanzadera utilizada por separatistas prorrusos para disparar el proyectil. En 2022, la justicia neerlandesa ya había condenado a cadena perpetua a dos ciudadanos rusos y un ucranio —juzgados en rebeldía— por su papel en la catástrofe.

A la ceremonia en recuerdo de las víctimas acudirán este miércoles el rey Guillermo de Orange y el primer ministro, Dick Schoof. Está prevista también la asistencia de unos 1.300 familiares de los fallecidos, cuyos nombres se leerán. El acto tendrá lugar ante el Monumento Nacional dedicado a todos los que murieron, en la localidad de Vijfhuizen, situada a 16 kilómetros del aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol. Desde allí despegó el Boeing 777 de Malaysia Airlines. Los Ayuntamientos de Róterdam, Utrecht y La Haya, entre otros, han anunciado que pondrán la bandera a media asta. También lo hará en el Ministerio de Asuntos Generales, del que forma parte la oficina de Schoof. Este martes, la Unión Europea reiteró su llamamiento a Rusia “para que acepte su responsabilidad en esta tragedia y coopere plenamente en servicio de la justicia”. Así lo indica un comunicado emitido por la oficina del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. “Ninguna operación de desinformación rusa puede distraer la atención de estos hechos básicos establecidos por un tribunal de justicia”, añade la nota.

Monumento en recuerdo de las víctimas del avión derribado MH17 en la localidad neerlandesa de Vijfhuizen, el 17 de julio de 2024.SEM VAN DER WAL (EFE)

El derribo del MH17 sacudió a la comunidad internacional dado que se trataba de un vuelo comercial con pasajeros civiles. Para el Gobierno neerlandés, supuso además verse inmerso en un conflicto geopolítico que influyó después en el apoyo prestado en la guerra de Ucrania. Junto con Países Bajos, en el JIT estaban representados Australia, Malasia y Bélgica —de donde procedían la mayoría de los pasajeros— y Ucrania. Según sus conclusiones, un misil Buk de fabricación rusa fue disparado desde un campo agrícola en el este ucranio. Perforó el lado izquierdo de la cabina y la onda expansiva rompió el fuselaje provocando su caída.

Los expertos del JIT concluyeron a su vez que el proyectil pertenecía a la 53 Brigada Antiaérea rusa, y fue llevado a Ucrania desde una base militar cercana a la ciudad de Kursk. Luego sería devuelto al mismo lugar. La justicia neerlandesa se encargó de enjuiciar los hechos y, en 2020, dos ciudadanos rusos y un ucranio fueron procesados en rebeldía por su papel en el transporte del misil. Condenados a cadena perpetua, se trata de Sergéi Dubinsky, Igor Girkin y Leonid Kharchenko, respectivamente. Rusia se niega a extraditarlos y no ha sido posible detenerlos. Oleg Pulatov, un cuarto sospechoso, de nacionalidad rusa, fue absuelto. Moscú sostiene que no estuvo implicada en el derribo del aparato.

En febrero de 2023, el propio JIT indicó que tenía “fuertes indicios” de que el presidente Putin autorizó el despliegue de la lanzadera del misil Buk. No cuenta de momento con pruebas suficientes como para interponer nuevas demandas, pero hay otros frentes legales abiertos. Es el procedimiento iniciado por Países Bajos y Australia ante la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), para indemnizar a los familiares de las víctimas. Este organismo, del que forman parte 193 países —Rusia incluida— puede dictaminar en virtud del Convenio de Chicago. En el caso del MH17, dicho tratado habría sido violado por el uso ilegal de un arma contra un avión civil. En junio de 2024, tuvo lugar una audiencia sobre el derribo del avión en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo. Esta decisión tardará al menos un año.

“Punto de inflexión” en las relaciones con Rusia

En los días posteriores a la caída del avión, el Ejecutivo neerlandés decidió no condenar en público a Rusia a pesar de los indicios sobre su implicación en lo ocurrido. Quería evitar que se frustrara la repatriación de los cadáveres, caídos en el Donbás, una región en el este del territorio de Ucrania donde se habían autoproclamado las Repúblicas Independientes de Donetsk y Lugansk. Aunque sin reconocimiento internacional, contaban con apoyo militar y financiero del Kremlin.

Este enfoque se desprende de las declaraciones efectuadas este julio a la televisión pública neerlandesa, NOS, por el primer ministro Schoof, que indicó: “Lo más importante [en aquel primer momento] era no alienar a Rusia”. En 2014, él era el Coordinador Nacional para la Lucha contra el Terrorismo y la Seguridad, y con esa estrategia Países Bajos logró el respaldo ruso a una resolución de la ONU en favor de una investigación independiente sobre la catástrofe. También consiguió la cooperación necesaria para levantar los cadáveres de las víctimas en una zona de conflicto armado abierto.

Una vez repatriados los cuerpos, en una operación que dejó una huella enorme en la opinión pública del país por la imagen de la llegada de cientos de ataúdes, el tono neerlandés cambió. En el mismo programa televisivo, Tom Middendorp, excomandante de las Fuerzas Armadas —el cargo de mayor rango— señaló que “el desastre del vuelo se convirtió en un punto de inflexión en nuestras relaciones con Rusia”. Moscú se desmarcó del apoyo a un tribunal para el caso del MH17 en el marco de Naciones Unidas para averiguar la verdad. Tras el desastre, “empezamos a ver a Rusia como un adversario importante en la escena internacional; realmente, no lo habríamos imaginado así hace diez años”, señala Schoof.

Los familiares de los 298 fallecidos han creado una fundación y se han propuesto convertir los restos del avión, que pudo ser reconstruido en parte, en pieza esencial del centro de información y documentación de lo ocurrido que esperan crear con apoyo del Ejecutivo neerlandés. Les parece una forma de completar el lugar para el recuerdo señalado ahora por el Monumento Nacional de Vijfhuizen, mientras siguen en busca de justicia.

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