Un escándalo de apuestas sobre la fecha electoral embarra la campaña de Rishi Sunak

La Comisión Nacional del Juego investiga a dos candidatos del Partido Conservador y al director de campaña de la formación, que está en excedencia desde el miércoles. Las encuestas vaticinan una derrota histórica de los ‘tories’ el 4 de julio

Rishi Sunak, a la izquierda, durante su visita el pasado miércoles a una central nuclear en la localidad de Sizewell.Leon Neal (REUTERS)

Hay algo inevitablemente británico en la tentación de apostar por la fecha de tu entierro, aprovechando la información médica confidencial de que dispones. A la vez que se acumulan las encuestas que pronostican una debacle histórica del Partido Conservador en las elecciones del 4 de julio, un escándalo de apuestas ha embarrado más —si eso es aún posible— la campaña del primer ministro, el conservador Rishi Sunak. La Comisión Nacional del Juego invest...

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Hay algo inevitablemente británico en la tentación de apostar por la fecha de tu entierro, aprovechando la información médica confidencial de que dispones. A la vez que se acumulan las encuestas que pronostican una debacle histórica del Partido Conservador en las elecciones del 4 de julio, un escándalo de apuestas ha embarrado más —si eso es aún posible— la campaña del primer ministro, el conservador Rishi Sunak. La Comisión Nacional del Juego investiga, según adelantó la BBC, al menos a cuatro personas del entorno del partido por apostar a la fecha en que el jefe de Gobierno convocaría finalmente las urnas, presuntamente en el uso de la información interna de que disponían. Uno de los investigados es el propio director de campaña de la formación, Tony Lee, en excedencia desde este miércoles.

Sunak, que respondía en la noche del jueves a las preguntas de los ciudadanos en el programa Question Time de la BBC, se ha enfrentado a la ira de un participante que ha presentado el escándalo de las apuestas como la última demostración de la falta de ética del Partido Conservador. “Estoy muy irritado y si se demuestra que estas personas son culpables, quiero que caiga sobe ellas todo el peso de la ley y me encargaré de que sean expulsados del partido”, aseguraba el primer ministro. Sin embargo, Sunak ha pedido que se respete la investigación en curso y no ha anunciado ninguna decisión efectiva.

El primero en admitir su implicación fue el candidato Craig Williams, que durante los dos últimos años trabajó como secretario parlamentario privado de Sunak. Es un puesto de confianza, no remunerado, por el que un diputado actúa como los ojos y los oídos de un ministro —en este caso, mucho más relevante, de un primer ministro— para informarle de todo lo que se cuece en la Cámara de los Comunes.

Williams admitió la torpeza en su cuenta de X (antes Twitter), cuando comenzó a recibir llamadas de algunos periodistas. “Hice una apuesta sobre las elecciones generales [la fecha en la que iban a ser convocadas] hace unas semanas. Como resultado, se han iniciado los trámites de una investigación rutinaria, y confirmo que voy a cooperar plenamente. No quiero ser una distracción en esta campaña. Debí haber pensado antes la imagen que mis actos iban a dar”, admitía el diputado.

Sunak sorprendió el pasado 23 de mayo al adelantar las elecciones, que todo el mundo calculaba para el próximo otoño, al 4 de julio.

Tanto la Comisión del Juego como el propio Partido Conservador han evitado hasta el momento hacer comentarios sobre una investigación en curso, aunque el diario The Guardian ya ha informado de que Williams apostó 100 libras (unos 120 euros) a que las elecciones serían en julio. Lo hizo apenas tres días antes del anuncio de Sunak y sus ganancias, calcula el periódico, habrían sido de unos 600 euros.

El director de campaña, investigado

El Partido Conservador aún tenía la esperanza de que la torpeza de Williams fuera un caso aislado, cuando días después era arrestado y suspendido de su puesto uno de los escoltas de Sunak, acusado también de realizar apuestas con cantidades sustanciosas sobre la fecha electoral. Miembro del Comando de Protección Especial y para la Realeza de la Policía Metropolitana, el agente es también sujeto de una investigación por parte del departamento de Asuntos Internos de Scotland Yard.

Finalmente, esta semana saltaban un tercer y cuarto caso de especial relevancia. Laura Saunders, candidata conservadora en la circunscripción electoral de Bristol North West, también formaba parte de las investigaciones de la comisión, por presunto engaño, según la Ley del Juego. También ella había apostado dinero a la fecha de las elecciones. Está casada con el director de campaña del Partido Conservador, Tony Lee, que este mismo miércoles ha pedido una excedencia y ha desaparecido de sus cuentas en las redes sociales. Según la BBC, la comisión también indaga las maniobras de Lee, ante la sospecha de que hubiera participado en la apuesta de su esposa.

“Esta candidata [en referencia a Saunders] debería haber sido suspendida. Es muy revelador que Sunak no lo haya hecho. Si estuviera en mis listas, no habría llegado a poner un pie en el suelo. Hay algo que trasciende lo ocurrido, que son 14 años de división y caos. Es un caso de los conservadores sintiéndose por encima del resto”, ha denunciado el líder laborista, Keir Starmer.

Al menos un par de docenas de personas tenían información, tanto en Downing Street como en el Partido Conservador, de la decisión de Sunak. Entre ellos, los asesores del primer ministro, el equipo de campaña del partido o los policías y altos funcionarios que debían comenzar a planificar el operativo. Todos ellos son objeto de atención de la investigación en curso.

“Si algunas personas han usado información interna para realizar apuestas, es completamente condenable. No puedo comentar mucho más una investigación en curso, pero desde un punto de vista general ético es reprochable”, ha dicho el ministro Michael Gove, una de las pocas voces en mostrar firmeza ante el escándalo.

Malos augurios para los conservadores

A lo largo de la semana, al menos tres macroencuestas han coincidido en pronosticar una derrota de los tories de proporciones históricas. Las empresas YouGov, IPSOS y Savanta otorgan al Partido Laborista y a su principal candidato, Keir Starmer, un número de escaños en la Cámara de los Comunes superior incluso al récord de 418 que obtuvo Tony Blair en 1997, y sitúan al Partido Conservador por debajo de los 100 diputados. El sondeo de Savanta apenas otorga 53 representantes a los tories, y aventura que el primer ministro Sunak podría incluso perder en su circunscripción de Richmond y quedarse fuera del Parlamento, algo que nunca antes había ocurrido. Tres de cada cuatro de los actuales ministros, según la encuesta, correrían la misma suerte.

Esta última encuesta, realizada para el diario The Telegraph, se realizó entre el 7 y el 18 de junio y consultó a unos 18.000 ciudadanos, una cifra notablemente superior a la que suelen incluir otros sondeos. En un sistema mayoritario como el británico, en el que el vencedor de la circunscripción se lleva el escaño ―650 en juego—, es complicado pronosticar asignación de diputados, cuando un puñado de votos puede inclinar en cada caso la balanza. El sondeo utiliza el método llamado Regresión Multinivel con Post-estratificación (MRP, en sus siglas en inglés), un sistema de asignación y cálculo para pronosticar resultados ―la llamada cocina, en la jerga de las encuestas— que permite ofrecer cifras más precisas. La propia empresa admite, sin embargo, que un puñado de circunscripciones presentan competiciones tan ajustadas que el resultado podría variar significativamente, hasta en 100 escaños de diferencia.

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