El escrutinio provisional de las elecciones municipales de Inglaterra pone a Sunak contra las cuerdas
Sunak se aferra a los pocos datos positivos de la jornada, como la victoria conservadora en la región de Tees Valley, para templar ánimos, ante la posible revuelta del ala dura del partido. El Partido Laborista reclama un adelanto de las elecciones generales
La lentitud con que surgían los resultados de las elecciones municipales de Inglaterra a lo largo de este viernes ha supuesto una tortura doble para Rishi Sunak. Cada derrota anunciada era un golpe; la suma acumulada de todas, una parrilla en la que el primer ministro británico está más y más achicharrado a ojos de sus críticos. Y la agonía, en forma de recuento, puede prolongarse hasta entrado este sábado. La sombra de un adelanto de la...
La lentitud con que surgían los resultados de las elecciones municipales de Inglaterra a lo largo de este viernes ha supuesto una tortura doble para Rishi Sunak. Cada derrota anunciada era un golpe; la suma acumulada de todas, una parrilla en la que el primer ministro británico está más y más achicharrado a ojos de sus críticos. Y la agonía, en forma de recuento, puede prolongarse hasta entrado este sábado. La sombra de un adelanto de las generales, ante el descontento interno de los tories, ha estado presente durante toda la campaña. El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, se ha apresurado a reclamar ese adelanto electoral. El primer ministro se ha aferrado a los escasos resultados positivos de la jornada, como la victoria conservadora en la región de Tees Valley, para intentar aguantar las críticas internas.
Junto a los miles de concejales y decenas de alcaldes que revalidaban sus puestos en estos comicios, se celebraba además una by-election (elección parcial, para sustituir a un diputado en la Cámara de los Comunes) en la circunscripción de Blackpool South. En abril de 2023, un grupo de periodistas del diario The Times, que se hicieron pasar por inversores, grabaron al diputado conservador Scott Benton cuando intentaba influir sobre las decisiones de miembros del Gobierno a cambio de una comisión. Su dimisión dejó vacante el escaño, que este jueves ha pasado, en un giro histórico de número de votos, a manos del laborista Chris Webb. Con un respaldo del 58,9% de los votantes frente al 17,5% obtenido por los conservadores, el vuelco ha sido uno de los más drásticos que se recuerda —el tercero, en dimensión— en la política británica de la posguerra.
Todavía más humillante ha sido el hecho de que los tories apenas han logrado retener por unas décimas la segunda posición, con el populista Reform Party —xenófobo y pro-Brexit— pisándoles los talones con el 16,9% de apoyo. “Nosotros subimos y los conservadores bajan. En algún punto nos cruzaremos”, ha vaticinado Lee Anderson, diputado del partido emergente. “Creo que, con unas elecciones generales a cuatro o cinco meses vista, les llegaremos a sobrepasar”.
“Esta victoria sísmica en Blackpool South es el resultado más importante de la jornada. Porque era la competición en la que los votantes tenían la oportunidad de enviar un mensaje directo a los conservadores de Rishi Sunak [al tratarse de una elección general, aunque parcial, para designar un diputado], y ese mensaje ha sido abrumadoramente a favor del cambio” ha dicho el líder laborista al conocer las cifras de la votación. “Ha llegado el momento de unas elecciones generales”, reclamaba.
Primeros resultados municipales
A lo largo de este viernes se conocían los resultados de la mayoría de los 107 concejos municipales que deben renovarse. Los conservadores sufrieron un gran retroceso y al ritmo que se está desarrollando la larga jornada de recuento —que se prolongará hasta el sábado en algunas circunscripciones—, los expertos vaticinaban que los tories podían llegar a perder hasta 500 de sus 1.000 concejales, y los resultados conocidos este viernes no se han alejado mucho de ese pronóstico: 448 concejales menos, con algunos recuentos aún pendientes. “Se encaminan a lo que podría ser, si no el peor, uno de los peores resultados del Partido Conservador en los últimos 40 años”, ha dicho en la BBC John Curtice, uno de los analistas electorales más prestigiosos y certeros del Reino Unido.
Las primeras reacciones defensivas, ante la idea de que los resultados quiebren el futuro político de Sunak, han surgido de inmediato. “No están siendo unos grandes resultados, pero veníamos de cifras muy elevadas [en los pasados comicios municipales] en 2021″, ha dicho Richard Holden, presidente del Partido Conservador, en Times Radio. “El primer ministro seguirá siendo el líder del partido [y candidato] en las próximas elecciones generales, no hay ninguna duda al respecto”, ha asegurado.
Aunque no hay una fecha prevista para elegir nuevo Parlamento, y nuevo Gobierno, Sunak ha insistido en los últimos meses en que esos comicios se celebrarán “en la segunda mitad del año”, y todos los expertos apuntan al mes de noviembre. Sin embargo, la presión del ala dura del partido, que todavía reclama más dureza de la exhibida con la inmigración irregular y vaticina una derrota humillante en las generales, va a verse incrementada si los resultados de los comicios de este jueves son tan catastróficos como sugieren los primeros datos. Vuelve a estar sobre la mesa la idea de un adelanto electoral, quizá tan pronto como junio, que evitara a Sunak la humillación de tener que someterse a una hipotética moción de censura interna.
A la ventaja cuantitativa acumulada, los laboristas suman las victorias simbólicas en cuatro concejos, dos de ellos en manos conservadoras y otros dos sin mayorías claras: Rushmoor, Redditch, Hartlepool y Thurrock. Hasta el sábado no se conocerán los resultados definitivos de las grandes alcaldías en juego, pero todo apunta a que Londres, Mánchester o Liverpool seguirán siendo controladas por la izquierda.
Sunak aferra sus esperanzas de sobrevivir esta jornada a los resultados de dos regiones que también deben elegir alcalde: West Midlands (Tierras Medias Occidentales) y Tees Valley, gobernadas hasta ahora en los dos últimos mandatos por los conservadores Andy Street y Ben Houchen, respectivamente. Los dos son políticos muy populares en sus respectivos territorios, que han hecho campaña con su propia marca y tomando distancia del Partido Conservador, en horas muy bajas de popularidad. Los sondeos de las últimas semanas reflejaban una posible remontada de ambos. A media mañana se conocían los resultados de Tees Valley, y Downing Street se daba un respiro. El alcalde Houchen había obtenido un 53% de los votos, frente al 42% del candidato laborista, cuyo equipo admitía la derrota antes de que concluyera el recuento.
Sunak acudió al aeropuerto de Teesside, donde los conservadores celebraban la victoria de Houchen. También él quería hacerse la foto: “El Partido Laborista puso toda la carne en el asador en este territorio, Starmer vino hasta dos veces durante la campaña, Rachel Reeves [portavoz laborista de Economía] llegó a venir tres veces, pero no han logrado desmontar el maravilloso trabajo realizado aquí por el equipo conservador”.
En todo caso, Houchen logró un respaldo electoral del 73% en mayo de 2021. El hecho de que casi un 20% de sus apoyos se hayan traspasado a la oposición ―laboristas, liberaldemócratas o independientes— o se haya quedado en casa revela que Sunak no está en absoluto fuera de peligro. Desde la oposición se recuerda que bastaría una ventaja del 12% para arrebatar a los conservadores los siete escaños que aporta esa región al Parlamento.
Los resultados de West Midlands no se conocerán hasta el sábado. Si los conservadores logran retener las dos plazas, Sunak podrá respirar con cierto alivio y echar mano del argumento de manual de que los comicios locales siempre son utilizados por el electorado para dar un toque de atención al Gobierno de turno. Aunque el monto total de la derrota, al ritmo que va el recuento, apunte más a un castigo cruel que a un tirón de orejas.
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