Josep Borrell: “Parte del mundo percibe que para la UE las vidas de Ucrania valen más que las de Gaza”
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad reclama en Oxford un replanteamiento de la respuesta de Europa ante “un mundo cada vez más fragmentado”
El magnetismo político de Josep Borrell (La Pobla de Segur, 77 años) se ha explicado siempre por su capacidad de hablar claro y decir la verdad -o al menos, su verdad- sin rodeos. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad añade ahora a ese arrojo el caudal acumulado de más de cuarenta años en la vida política y pública. Había un aire casi crepuscular, de fin de ciclo, en las lecciones que ha impartido este viern...
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El magnetismo político de Josep Borrell (La Pobla de Segur, 77 años) se ha explicado siempre por su capacidad de hablar claro y decir la verdad -o al menos, su verdad- sin rodeos. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad añade ahora a ese arrojo el caudal acumulado de más de cuarenta años en la vida política y pública. Había un aire casi crepuscular, de fin de ciclo, en las lecciones que ha impartido este viernes en el St. Antony´s College de la Universidad de Oxford, a pocos meses de que acabe su mandato.
Invitado a impartir la Conferencia Dahrendorf, un evento anual en el que el Centro de Estudios Europeos convoca a pensadores relevantes, Borrell ha presentado una imagen inquietante del estado del mundo y de los retos a que se enfrenta Europa, pero también un plan ambicioso de respuesta. “Europa enfrentada a dos guerras”, ha querido titular su charla.
“Necesitamos hacer una clara evaluación del peligro que supone hoy Rusia. Rusia es hoy la amenaza existencial más importante a la que se enfrenta el continente”, ha advertido. Durante años, se pensó que construir interdependencias con Moscú o Pekín ayudaría a imponer cambios positivos en esas sociedades, ha recordado el jefe de la diplomacia europea. “Ni trajo cambios, ni trajo la paz. Todo lo contrario. En el caso de Rusia, nuestra dependencia energética se acabó convirtiendo en un arma”, ha explicado.
A diferencia de la guerra en Ucrania, donde la UE ha sido capaz, con sus altibajos, de dar una respuesta firme y unida, Borrell admite que, en el caso de la guerra entre Israel y Hamás, Bruselas ha sido incapaz de ofrecer una solución conjunta. Algunos países, como España o Irlanda, han apostado por reconocer el Estado palestino —y el alto representante está de acuerdo en el gran valor simbólico que tendría ese gesto—; otros lo consideran un movimiento contraproducente, admite.
El “doble rasero” de la UE
Mucho más relevante le parece a Borrell señalar la percepción que tiene gran parte del mundo de que Europa aplica un doble rasero. “Y yo siempre he dicho a mi equipo que la diplomacia es el arte de saber gestionar el doble rasero”, ironizaba Borrell, para señalar más tarde, en un tono ya serio, que “la percepción que se tiene es que el valor de las vidas de los civiles en Ucrania no es el mismo que las de Gaza”.
Propone una solución triple para afrontar los retos de un mundo “que en los últimos años ha sufrido una creciente tendencia al enfrentamiento y la fragmentación”: la UE debe establecer claramente cuáles son sus principios, y defenderlos en todas partes. Ha de fomentar la cooperación. Y debe incrementar su fortaleza estratégica y de seguridad. “En el pasado, cuando hablábamos de un pilar europeo de defensa dentro de la OTAN, se interpretaba como un intento de debilitamiento o de supresión de la alianza. Lo gracioso es que hoy es Estados Unidos el que nos anima a desarrollar plenamente nuestras capacidades militares”, ha señalado Borrell. Para él, la seguridad de Europa no puede depender “de quien ocupe la Casa Blanca cada cuatro años”.
La construcción de una nueva “responsabilidad estratégica” debe emprenderse en un marco geográfico, y no solo institucional. La UE es “la columna vertebral” de Europa, pero no engloba todo el continente. El Reino Unido también es Europa, como lo es Noruega o lo es Ucrania. Defiende Borrell una cooperación con el Reino Unido cada vez más intensa en materia de seguridad y defensa, como paso previo para una mejora general de las relaciones, tan deterioradas en los últimos años, entre Londres y Bruselas. “El Reino Unido fue el primero en ofrecer ayuda a Ucrania. Nosotros comenzamos por ofrecerles cascos, ahora les enviamos F-16″, señala.
La cooperación con el Reino Unido
Por eso celebra que la próxima reunión de la Comunidad Política Europea, ese proyecto impulsado por Emmanuel Macron que engloba a cerca de 50 países del continente, para hacer frente a los desafíos comunes, vaya a tener lugar en el palacio de Blenheim, en el condado de Oxfordshire, al norte de Londres. El lugar donde pasó su infancia Winston Churchill será “un símbolo acertado y un mensaje a los regímenes autoritarios de la cooperación de la UE y el Reino Unido”.
Usan los anglosajones la expresión “poner el dinero donde se pone la boca”, para indicar que las palabras deben ser correspondidas con acciones. Borrell, que ha hecho un canto sincero de los principios y valores que han impulsado durante década la construcción europea, ha dejado una clara lección en la universidad de Oxford: “Para poder liderar el mundo con esos principios, debemos demostrar que los respetamos siempre y en todas partes. ¿Es lo que estamos haciendo? Me temo que no siempre”, indicaba, al recordar la falta de acción de la UE ante la tragedia de Gaza.
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