La Cámara de Representantes de Estados Unidos votará el sábado sobre la ayuda para Ucrania e Israel
Biden promete firmar de inmediato la medida si los legisladores dan el visto bueno a los fondos, tras meses de dilaciones en el Congreso
Por primera vez en meses, se vislumbra en el Congreso de EE UU una perspectiva real de que las partidas de ayuda para Ucrania, y para Israel, puedan salir finalmente adelante. La Cámara de Representantes ha presentado sus proyectos de ley sobre esa asistencia, cuatro por separado, que someterá a votación este fin de semana. El paso es un proyecto personal del presidente de la Cámara, el republicano Mike Johnson, que le enfrenta con e...
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Por primera vez en meses, se vislumbra en el Congreso de EE UU una perspectiva real de que las partidas de ayuda para Ucrania, y para Israel, puedan salir finalmente adelante. La Cámara de Representantes ha presentado sus proyectos de ley sobre esa asistencia, cuatro por separado, que someterá a votación este fin de semana. El paso es un proyecto personal del presidente de la Cámara, el republicano Mike Johnson, que le enfrenta con el ala más radical de su partido -opuesta rotundamente a más fondos para Kiev- y le deja en riesgo de perder su propio puesto.
Johnson, que no ha cumplido aún medio año en su cargo, había ido arrastrando los pies en torno el momento de someter a votación la partida extraordinaria de 95.000 millones de dólares, de los que 60.000 se destinarán a Ucrania y 14.000 a Israel. El Senado dio luz verde al proyecto de ley en febrero. Pero el speaker argumentaba, primero, la necesidad de pasar medidas presupuestarias domésticas; después, que había que dar prioridad en el calendario a la renovación de la ley FISA que autoriza prácticas de vigilancia para el contraespionaje sin necesidad de permiso judicial.
Tras los argumentos del presidente de la Cámara de Representantes se encontraba la realidad política: la mayoría de la que disponen los republicanos en esa cámara se cuenta con los dedos de una mano. El partido está profundamente dividido y, en una situación en la que cada voto cuenta, los del ala radical, aunque minoritaria, adquieren una importancia desproporcionada. Y este grupo agita constantemente la amenaza de precipitar una moción de censura interna si no les gustan los proyectos de ley que apoye el speaker. Amenazas que cumplen, como constató muy a su costa el predecesor de Johnson, Kevin McCarthy, depuesto en septiembre pasado.
Pero el Congreso ya aprobó la renovación de FISA y las leyes presupuestarias. Y el ataque con drones y misiles de Irán contra Israel el pasado fin de semana -sumado a los avances rusos en Ucrania- impuso una nueva presión sobre la necesidad de sacar adelante esas partidas. Este mismo miércoles, los responsables del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, el republicano Mike Turner y el demócrata Jim Himes, advertían que en una sesión informativa clasificada se les había dejado claro que hay una “necesidad crítica” de dar luz verde esta misma semana a los fondos para Ucrania, que requiere desesperadamente reponer equipos militares y munición.
La solución de Johnson, que considera del todo imposible que los diputados díscolos den el visto bueno a unos fondos de casi 100.000 millones de dólares y que contengan la palabra “Ucrania”, ha sido partir el paquete en cuatro proyectos de ley individuales: uno para Ucrania, otro para Israel, un tercero para Taiwán y aliados asiáticos, y un cuarto con una serie de propuestas republicanas sobre seguridad nacional, incluidas duras medidas fronterizas, sanciones contra Irán, Rusia y China e incluso una prohibición de la app TikTok si su compañía matriz, la china ByteDance, no la vende.
Esas medidas “dotarán de fondos a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados en Israel, el Indo-Pacífico y Ucrania”, según comunicaba Johnson a los legisladores republicanos al comunicarles el contenido de las cuatro propuestas.
En el proyecto de ley sobre Ucrania, los fondos se estructurarían como préstamos que podrían condonarse en el futuro. La asistencia militar estaría sujeta a una supervisión más estricta. La propuesta para Israel incluye 9.000 millones de dólares en ayuda humanitaria para Gaza y otras zonas de conflicto.
El presidente estadounidense, Joe Biden, que había implorado en todos los tonos posibles la aprobación de la asistencia al país invadido, ha acogido con entusiasmo el paso adelante. “La Cámara debe aprobar los fondos esta semana, y el Senado debe seguirle rápidamente”, ha indicado en un comunicado distribuido por la Casa Blanca. “Firmaré inmediatamente la propuesta para convertirla en ley y enviar un mensaje al mundo: que apoyamos a nuestros amigos, y no dejaremos que Irán o Rusia prevalezcan”.
Pero, aunque la votación está fijada para este sábado, no está aún claro que vaya a salir adelante. El ala radical republicana ya ha dejado claro que desaprueba el paso. Dado que no puede contar con los votos del ala trumpista, Johnson necesitará apoyarse en la minoría demócrata.
La amenaza de una de sus representantes más conocidas, la diputada por Georgia Marjorie Taylor-Greene -gran aliada de Donald Trump-, de presentar una moción para deponer a Johnson cobra fuerza. Otro diputado, Thomas Massie, ha apuntado que se suma a la medida. Varios legisladores de ideología similar han apuntado su descontento con el líder de la Cámara.
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