España y Bélgica lideran la presión a Israel para que acepte una solución de dos Estados
Borrell presenta a los ministros de la UE un plan de paz de la comunidad internacional con la creación de un Estado palestino como condición indispensable. Madrid y Bruselas se ofrecen como sede de una conferencia que aún no tiene fecha
La Unión Europea aumenta su presión a Israel para que acepte una solución de dos Estados como única manera de resolver el conflicto con los palestinos de una manera duradera. Cuenta para ello ya con una propuesta formal de un plan de paz “integral” que tiene la creación de un Estado palestino junto al israelí como elemento innegociable. La presión la lideran países como España y Bélgica, que reclamó el lunes incluso un alto el fuego “inmediato”...
La Unión Europea aumenta su presión a Israel para que acepte una solución de dos Estados como única manera de resolver el conflicto con los palestinos de una manera duradera. Cuenta para ello ya con una propuesta formal de un plan de paz “integral” que tiene la creación de un Estado palestino junto al israelí como elemento innegociable. La presión la lideran países como España y Bélgica, que reclamó el lunes incluso un alto el fuego “inmediato” tanto en su nombre como en el del Consejo de la UE que preside este semestre, pese a que la posición oficial de los Veintisiete, ante el rechazo de países como Alemania o Austria de ir más lejos, se limita a pedir “pausas humanitarias”.
En la cita, no obstante, quedó claro que cada vez más Estados miembros, como Italia o Francia, consideran abiertamente intolerables las apabullantes cifras de civiles palestinos muertos, que superan ya los 25.000. En un debate ministerial convocado este martes en el Consejo de Seguridad de la ONU, la presidencia de turno francesa propone también “avanzar hacia una solución política, de seguridad y humanitaria de la crisis y abrir un alto el fuego duradero”.
“Más muertes, más destrucción no ayudarán a derrotar a Hamás y su ideología, no van a traer más seguridad a Israel. Por eso debemos redoblar nuestros esfuerzos internacionales para pasar de esta confrontación mortal a una solución”, advirtió el alto responsable de Política Exterior, Josep Borrell, al término de la reunión celebrada el lunes en Bruselas, en la que pidió que se deje de hablar de proceso de paz en general y se reclame, concretamente, una “solución de dos Estados”. “Que es lo que realmente tratamos de conseguir”, añadió.
En su primera cita del año, los jefes de la diplomacia europea discutieron con sus homólogos israelí, Israel Katz, y —de forma separada— con el palestino, Riyad al Maliki, así como con representantes clave de la región —Egipto, Jordania, Arabia Saudí y la Liga Árabe— la manera de articular un proceso de paz para el que Borrell propone la celebración de una conferencia de paz “preparatoria” que permita sentar las bases para una negociación definitiva de una solución de dos Estados.
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, celebró esa idea que, como recordó, el Gobierno ya logró que se convirtiera en iniciativa de los Veintisiete en el Consejo Europeo de finales de octubre. Tanto España como Bélgica se han mostrado dispuestas a albergar esa futura conferencia, para la que sin embargo nadie se atreve aún a poner una fecha.
“La UE y la comunidad internacional en su conjunto apoyan la idea de dos Estados y es hora de empezar a hablar de la implementación de un Estado palestino realista y viable —bajo una Autoridad palestina, con corredor, salida al mar y capital en Jerusalén Este— que coexista junto a Israel y que ambos se garanticen paz y seguridad”, dijo Albares. “Palestinos e israelíes tienen exactamente el mismo derecho a la paz y la seguridad”, agregó, a la par que subrayó que es una solución que también va en favor de la paz y estabilidad “de Israel y de todo Oriente Próximo”.
El jefe de la diplomacia española también reclamó un alto el fuego “inmediato”, el acceso “incondicional” de la ayuda humanitaria a Gaza, la liberación también “incondicional e inmediata” de los rehenes de Hamás y la entrega de los fondos retenidos a la Autoridad Nacional Palestina, más allá de la creación de un Estado palestino propio como “única garantía de lo que todos estamos de acuerdo: que vuelva la paz”. España mantendrá “su apoyo económico, diplomático y humanitario para que todo eso sea posible”, agregó en rueda de prensa.
Muestra de la dificultad de este proceso de paz con la solución de dos Estados en el horizonte es la posición del ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, que, como reveló Borrell, hizo caso omiso de los ministros que reclamaron el reconocimiento de un Estado palestino y le presionaron por la terrible situación humanitaria en Gaza. Katz se limitó a “presentar un par de vídeos [sobre una isla artificial frente a Gaza y un proyecto de ferrocarril] que tenían poco o nada que ver con la cuestión que estábamos discutiendo (…). Podría haber aprovechado mejor su tiempo”, lamentó el jefe de la diplomacia europea.
Sanciones
Mientras, el ministro palestino Al Maliki pidió a los Veintisiete que vayan más allá y “sancionen” a quienes, como el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se niegan a aceptar un Estado palestino como clave de la paz. “Espero de ustedes que empiecen a contemplar sanciones contra Netanyahu y otros que están realmente destruyendo las posibilidades de la solución de los dos Estados y la paz en Oriente Próximo”, dijo Al Maliki.
El rechazo del Gobierno israelí a la creación de un Estado palestino es “inaceptable”, coincidieron varios ministros europeos en su primera cita formal del año en Bruselas. La UE no ha logrado aún, como lamentó en repetidas ocasiones Borrell, hablar con una sola voz ante el nuevo estallido bélico en Oriente Próximo. La muestra, recordó de nuevo el lunes, es la última votación en Naciones Unidas, a mediados de diciembre, sobre una resolución para pedir un “alto el fuego humanitario inmediato”, que recibió el voto a favor de 17 miembros de la UE, entre ellos España, Irlanda, Bélgica o Luxemburgo, frente a 8 abstenciones y 2 votos en contra: Austria y República Checa que, junto con Alemania y Hungría, siguen siendo los más reacios a criticar abiertamente a Israel.
En lo que sí coinciden todos es en que cualquier posibilidad de paz en el futuro pasa por una solución de dos Estados, diga lo que diga el actual Gobierno israelí. Para trabajar hacia ello, y de paso incrementar la presión sobre Israel, los Veintisiete tienen ya en sus manos un plan de paz presentado por Borrell de 12 puntos, que insiste en la necesidad de empezar a “preparar ya, en vista de la situación actual y pese a las dificultades e incertidumbres evidentes, un plan de paz israelo-palestino integral” con una solución de dos Estados que “vivan lado a lado, en paz y seguridad”. E insta a trabajar en ello lo antes posible, aunque las partes no estén aún dispuestas a sentarse en la misma mesa de negociaciones, ya que la “ausencia” de una visión de este tipo no hará más que “prolongar la actual violencia y preparar el terreno para una mayor radicalización y nuevos conflictos” que, más allá de sus implicaciones en la zona, también constituye un “gran riesgo de seguridad, político y migratorio para la región y para Europa”, advierte el documento.
“La comunidad internacional, y los europeos en particular, tenemos la obligación moral de buscar una solución”, defendió Borrell su iniciativa. “Si Israel no quiere esa solución, será difícil que participe en las conversaciones, pero eso no nos debe impedir a los demás hacerlo”, agregó.
Tras aprobar los Veintisiete el viernes un marco de sanciones para los que financien a Hamás, en la sesión del lunes se discutieron las sanciones contra colonos violentos en Cisjordania aún no aprobadas, aunque Borrell aseguró que se sigue trabajando en ello y se mostró confiado en un acuerdo próximo.
Los ministros trataron asimismo la propuesta de una misión en el mar Rojo para proteger la navegación pero, aunque cada vez hay más países dispuestos a participar en ella —Italia confirmó en Bruselas que se plantea enviar un barco, igual que Bélgica o Alemania, entre otros—, la decisión final será tomada en la próxima cita de los jefes de la diplomacia europea, a mediados de febrero. Aunque nadie se opuso formalmente a la misión, Albares reiteró que “no se prevé la participación de España” en la misma.
Los 12 pasos de Borrell
Iniciar un proceso de paz
1. Puesta en marcha de una iniciativa que se ocupe de la seguridad futura de israelíes y palestinos, la estabilización de los territorios ocupados y la recuperación y gobernanza de Gaza.
2. Tipo de modelo de paz: Apuesta por la solución de los dos Estados frente a otras fórmulas; otro mecanismo sería percibido como una prolongación de la ocupación en Gaza y la ausencia de paz prolongará la violencia.
Buscar socios
3. Un Estado palestino independiente que viva en paz con Israel también tendrá consecuencias positivas en los conflictos israelo-libanés e israelo-sirio.
4. Los socios y vecinos de israelíes y palestinos, como la UE, deben ayudarles a alcanzar la paz porque ninguna de las partes está preparada ahora para negociar directamente.
Celebrar la Conferencia de Paz Preparatoria
5. Organizar la Conferencia de Paz Preparatoria entre la UE, Egipto, Jordania, Arabia Saudí y la Liga de Estados Árabes para abordar la guerra de Gaza, pero sobre todo el conflicto palestino-israelí.
6. En la conferencia, los ministros de Asuntos Exteriores y los jefes de las organizaciones internacionales participantes deben reunirse por separado con cada una de las partes en conflicto para que el trabajo comience incluso si estas no quieren sentarse juntas.
7. Posteriormente, presentar un borrador inicial de marco para un plan de paz, desarrollarlo y preparar una agenda para completarlo en el plazo de un año, a través de grupos de trabajo.
Elaborar un plan de paz
8. El plan debe exponer los elementos centrales de una paz israelo-palestina, respetando las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU y basándose en las anteriores negociaciones de paz.
9. El plan debe garantizar la seguridad para Israel y el futuro Estado independiente de Palestina y establecer qué mecanismos políticos y de seguridad y qué otros acuerdos y proyectos se pondrán en marcha cuando se alcance la paz.
Comprometer a las partes en conflicto
10. Consultar a las partes en conflicto cada paso del desarrollo del plan de paz, aunque los trabajos continuarán también en los momentos en que alguna de ellas no esté dispuesta a comprometerse.
11. Presentar el plan a las partes para que negocien el texto final. Los Estados y las organizaciones deberán exponer las consecuencias que prevén tanto si las partes se comprometen con el plan, como si no.
Esfuerzos paralelos
12. Mientras se desarrolla el plan de paz, trabajar por la entrada de ayuda humanitaria, la liberación de los rehenes, evitar una escalada regional, y facilitar la recuperación de Gaza y de las comunidades afectadas en Israel, entre otros.
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