Ucrania alerta de que dejará sin salario a dos millones de funcionarios si no recibe ya la ayuda de Occidente
Un análisis del Gobierno enviado a sus aliados, al que ha accedido EL PAÍS, afirma que, sin los fondos prometidos, un millón de personas se quedarán sin ayudas sociales
Ucrania necesita el salvavidas económico de sus aliados occidentales. Sin una nueva inyección de fondos para mantener a flote el engranaje del Estado, el país, que lleva casi 700 días resistiendo la guerra a gran escala lanzada por Rusia y que dedica una gran parte de su presupuesto a defensa, se verá abocado a dejar sin salario hasta a dos millones de empleados públicos y sin ayudas sociales a un millón ya en el primer trimestre del año. Son las conclusion...
Ucrania necesita el salvavidas económico de sus aliados occidentales. Sin una nueva inyección de fondos para mantener a flote el engranaje del Estado, el país, que lleva casi 700 días resistiendo la guerra a gran escala lanzada por Rusia y que dedica una gran parte de su presupuesto a defensa, se verá abocado a dejar sin salario hasta a dos millones de empleados públicos y sin ayudas sociales a un millón ya en el primer trimestre del año. Son las conclusiones de un análisis sobre la situación de los presupuestos que el Gobierno ucranio ha enviado a Estados Unidos, la Unión Europea y otros aliados occidentales y al que ha tenido acceso EL PAÍS. Ucrania urge así a Washington y a Bruselas a sacar adelante los paquetes de apoyo que suman unos 100.000 millones de euros y que permanecen congelados y pendientes de aprobación por fricciones políticas en ambas capitales.
Por parte de la UE, los socios comunitarios barajan ya fórmulas alternativas para garantizar el sostén económico prometido a Kiev sin contar con Hungría, por si no consiguen que Viktor Orbán levante el veto al salvavidas económico de 50.000 millones de euros prometido. Esa decisión debe adoptarse en la decisiva cumbre europea del 1 de febrero.
En el análisis recibido, Ucrania abunda en todos esos desembolsos tan sensibles que dependen del apoyo occidental. El texto incide en que, teniendo en cuenta los recursos disponibles y el desempeño de los “gastos prioritarios” para el sector de defensa y seguridad, así como el pago de la deuda estatal, existe “un riesgo de incumplimiento de los gastos” en el pago de salarios para más de 1,4 millones de empleados a cargo de los presupuestos de instituciones científicas y educativas, así como para más de 50.000 personas que trabajan en las instituciones presupuestarias y estatales. También para afrontar los pagos por los permisos de maternidad a unas 700.000 personas y a otras 160.000 personas que reciben ayudas sociales por tener rentas muy bajas.
El país invadido por Rusia, recuerda Tymofy Milovanov, presidente de la Kyiv School of Economics, perdió casi el 30% de su PIB el año pasado, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), debido a la guerra a gran escala. “La economía ucrania es resistente, pero se encuentra en una situación difícil. Está muy orientada hacia la guerra”, señala por teléfono Milovanov, que fue ministro de Desarrollo Económico, Comercio y Agricultura entre 2019 y 2020 y que asesora a la Oficina del presidente ucranio, Volodímir Zelenski. Hay muchas actividades económicas relacionadas con la defensa y ha habido muchos paquetes de ayuda externa que, unidos a los esfuerzos del sector privado y al trabajo de los voluntarios, han mantenido la economía a flote.
“Los fondos europeos se necesitan para mantener la economía, irían al presupuesto estatal porque actualmente todos los impuestos van a los esfuerzos de defensa contra la agresión rusa. Y eso significa que apenas queda nada para el resto”, apunta Milovanov. A esto se añade, además, la perspectiva de ampliar el reclutamiento que ha anunciado Zelenski, por el que el ejército ucranio podría llamar a filas hasta a medio millón de personas más. Eso también sería otro elemento de presión para el presupuesto. “Si no hay financiación, habrá una crisis económica, oleadas de refugiados y una defensa más débil, lo que permitirá a los rusos ganar terreno”, incide el reputado economista ucranio. “Si tardan mucho, Ucrania tendrá que cubrir el déficit presupuestario como primer paso y recortar los gastos aún más, lo que conducirá al malestar social y a una crisis financiera macroeconómica”, lanza.
La Unión Europea quiere que el paquete especial de 50.000 millones de euros para Ucrania para cuatro años (33.000 millones en forma de préstamos y 17.000 millones en subvenciones) forme parte de una revisión más amplia del marco financiero plurianual (el esquema de presupuesto para varios años de la UE), que incluye, además, fondos para hacer frente a los flujos migratorios o impulsar la competitividad. Sin embargo, pese a los distintos cálculos que se han barajado, adelantados por EL PAÍS, no se ha logrado que Orbán —que sí levantó el veto para que el club comunitario abra conversaciones de adhesión con Ucrania— acepte por ahora facilitar esa cantidad.
Como planes de respaldo, el resto de los Estados se plantean estos días desembolsar el dinero a través de planes bilaterales, con la herramienta de ayuda macrofinanciera que ya se usa para dar asistencia a Kiev o a través de una fórmula con deuda de la UE, similar a la que se usó durante la pandemia, para brindar apoyo a los Estados miembros, con la que dispondría de unos 20.000 millones, como ha adelantado el Financial Times. Esta fórmula, advierte una alta fuente comunitaria, se basa en préstamos y necesitaría la aprobación parlamentaria de varios socios, lo que podría retrasar la llegada de los fondos.
La zozobra del apoyo económico de la UE y de Estados Unidos, donde unos 50.000 millones de euros prometidos por el presidente Joe Biden están bloqueados por las luchas políticas internas ―fundamentalmente por los republicanos―, inquietan a Kiev. Y el temor incrementa la desazón cuando el país candidato a la UE se asoma a las consecuencias económicas y sociales de una guerra larga. Rusia aprovecha el retraso del apoyo económico occidental para alimentar la teoría de que Estados Unidos y la Unión terminarán cansándose de ayudar a Ucrania. “Esos fondos [occidentales de apoyo] no podrán cambiar el curso de los acontecimientos”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, el miércoles. “Ese dinero se asigna en detrimento de las economías de la UE, que ya están pasando por momentos difíciles”, dijo en una conferencia de prensa telefónica, citada por Interfax.
En Besele, una aldea en la línea del frente de Donbás y no lejos de Avdiivka, la ciudad bastión ucrania donde se desarrollan algunos de los combates más intensos este invierno, Vitaly y Lena cuentan que reciben cada mes su pensión a través del servicio postal público, que pese a los bombardeos y la lluvia de artillería constante llega a muchas aldeas en las zonas más calientes de la batalla. El hombre, de 72 años, antiguo conductor, cobra una pensión y una ayuda de unas 3500 grivnas (algo más de 83 euros) por el tiempo que pasó como liquidador en Chernóbil. Su esposa, Lena, de 69, explica que recibe 3000 grivnas (unos 71 euros). “No sabemos nada, tenemos miedo de todo”, se lamenta Vitaly, que teme dejar de recibir la pensión. También asustan los recortes a Luba Mijailovna, funcionaria. “Somos resistentes y sin las fuerzas de defensa, Ucrania no existiría, pero también necesitamos ayuda para la retaguardia que mantiene funcionando al país”, dice.
El Fondo Monetario Internacional, que ha descrito la economía ucrania como “resistente”, ha advertido de que el país invadido puede soportar un retraso de un par de meses en la recepción de la ayuda económica de sus aliados occidentales, pero que más tiempo puede poner al país en una situación muy difícil. “A medida que la guerra se prolonga, presiona las finanzas públicas de Ucrania”, ha apuntado la directora del FMI, Kristalina Georgieva, en un comunicado. El 12 de diciembre, el Fondo liberó un paquete de 900 millones para asistencia financiera. Además, coincidiendo con la Navidad, Ucrania recibió unos 1.200 millones de euros del Banco Mundial, Noruega y Suiza, los cuales podrían aportar un breve respiro, ya que son fondos destinados a apoyar a la Administración en los pagos de ayudas sociales y de emergencia, según ha explicado el ministro de Finanzas ucranio, Sergii Marchenko, en una nota.
“No es caridad”, lanza Jacob Kirkegaard, investigador del German Marshall Fund (GMF). “Para Europa y EE UU, es una cuestión de interés estratégico que Ucrania gane esta guerra porque si la gana Rusia, será una amenaza directa para varios Estados miembros de la UE. Y, por tanto, para todos”, agrega por teléfono el experto, que se muestra confiado en que Kiev recibirá, aunque sea con retraso, los paquetes de ayuda: “Si Ucrania no obtiene apoyo militar y financiero, Rusia ganará”.
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