António Guterres invoca una herramienta excepcional de la ONU para tratar de forzar un alto el fuego en Gaza

El secretario general advierte de un colapso total en la franja de Gaza si no se proporciona ayuda urgente a la población civil

Rescate en un edificio de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, tras un bombardeo por parte de Israel este miércoles.MAHMUD HAMS (AFP)

Ningún lugar es seguro en Gaza. El sistema de salud está colapsándose. Los hospitales se han convertido en campos de batalla. No hay una protección real de los civiles. Son algunas de las frases de la carta que el secretario general de la ONU, António Guterres, ha enviado al Consejo de Seguridad, el órgano encargado de velar por la paz y la seguridad mundiales, para que fuerce un alto el fuego humanitario que evite una tragedia definitiva, un escenario que, según Guterres, puede producirse en breve por la imposibilidad...

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Ningún lugar es seguro en Gaza. El sistema de salud está colapsándose. Los hospitales se han convertido en campos de batalla. No hay una protección real de los civiles. Son algunas de las frases de la carta que el secretario general de la ONU, António Guterres, ha enviado al Consejo de Seguridad, el órgano encargado de velar por la paz y la seguridad mundiales, para que fuerce un alto el fuego humanitario que evite una tragedia definitiva, un escenario que, según Guterres, puede producirse en breve por la imposibilidad de suministrar la ayuda necesaria. Guterres opta por esta alerta rápida “dada la magnitud de la pérdida de vidas humanas en Gaza e Israel, en tan poco tiempo”.

Guterres invoca el artículo 99 de la Carta fundacional de la organización, que establece que el secretario general “podrá señalar a la atención del Consejo de Seguridad cualquier asunto que, a su juicio, pueda amenazar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”. El sistema de veto que permite a cualquiera de los cinco miembros permanentes del Consejo bloquear cualquier iniciativa de paz retrasó durante semanas la adopción de una resolución vinculante, de obligado cumplimiento por las partes, para crear corredores humanitarios. La Asamblea General de la ONU adoptó por mayoría una resolución equivalente, que en la práctica no pasa de ser un llamamiento, mientras el Consejo exponía su bloqueo, como sucede en sus discusiones sobre la guerra de Ucrania, por culpa del mecanismo del veto.

Es la primera vez que este secretario general invoca dicho artículo desde que fue elegido, en 2017. De los cinco artículos del capítulo XV de la Carta de la ONU que asignan funciones al secretario general, el 99 es clave en el contexto de la paz y la seguridad internacionales. Se trata de un artículo que transforma al «secretario general de un funcionario puramente administrativo a uno con una responsabilidad política explícita», como lo definió en su día Dag Hammarskjöld, predecesor de Guterres en el puesto. Se ha recurrido a esta herramienta con poca frecuencia. La primera vez que la invocación implícita del artículo 99 condujo a una acción inmediata del Consejo fue una carta de Hammarskjöld en julio de 1960 en la que solicitaba una reunión urgente sobre el Congo. La reunión dio lugar a que el Consejo autorizara al día siguiente el despliegue de una operación militar de la ONU para ayudar al Gobierno del Congo.

La carta de Guterres pretende llamar la atención del Consejo sobre la situación en Gaza, al señalar que la precaria situación actual se va a quebrar “pronto y por completo” debido a los continuos bombardeos israelíes, que provocan condiciones desesperadas e imposibilitan incluso la limitada asistencia humanitaria. “La situación se está deteriorando rápidamente hasta convertirse en una catástrofe con implicaciones potencialmente irreversibles para los palestinos en su conjunto y para la paz y la seguridad en la región. Este desenlace debe evitarse a toda costa”, afirma.

“Más de ocho semanas de guerra han creado un sufrimiento humano atroz, destrucción física y un trauma colectivo a través de Israel y los territorios ocupados”, recuerda Guterres. En el punto de mira de Israel por un discurso en el que apuntó que la guerra no ha surgido de la nada, menciona en primer lugar a las víctimas del ataque de Hamás del 7 de octubre: “Más de 1.200 personas brutalmente asesinadas, incluidos 33 niños, y miles heridas como consecuencia de los abominables ataques perpetrados por Hamás y otros grupos armados palestinos. Alrededor de 250 rehenes, entre ellos 34 menores, de los cuales más de 130 se hallan aún cautivos”. Guterres hace una mención explícita a los casos de abusos sexuales perpetrados por milicianos de Hamás. “Las informaciones de violencia sexual durante esos ataques son especialmente atroces”. La ONU, y en concreto sus agencias que trabajan por los derechos de la mujer, han sido blanco de las críticas por parte de Israel por responder con tibieza, e incluso con el silencio en las primeras semanas, según el Gobierno israelí, a las denuncias de violaciones y abusos sexuales de víctimas de Hamás.

El balance de pérdidas en el lado palestino proyecta, según el secretario general, un escenario de colapso definitivo a muy corto plazo por la indefensión de la población civil, la ruina de infraestructuras básicas y la imposibilidad de las agencias de suministrar la ayuda para hacer frente a necesidades cada vez más extremas. “Alrededor del 80% de la población de 2,2 millones de habitantes [de Gaza] ha sido desplazada a la fuerza hacia áreas cada vez más reducidas. Más de 1,1 millones han buscado refugio en instalaciones de la UNRWA [la agencia de la ONU para los refugiados palestinos], lo que ha creado condiciones de hacinamiento, indignas e insalubres. Otros no tienen donde cobijarse y se encuentran en la calle. Restos de explosivos [de la guerra] han hecho inhabitables muchas áreas. No hay una protección efectiva de los civiles”, subraya.

Tras detallar el colapso del sistema de salud en la Franja (“los hospitales se han convertido en campos de batalla”, escribe), Guterres recuerda que, bajo circunstancias tales como el hacinamiento de los dos principales hospitales del sur de Gaza, “que están funcionando tres veces por encima de su capacidad”, “mucha gente va a morir sin recibir tratamiento en los próximos días y semanas”. “No hay lugar seguro en Gaza”, reitera el secretario general al destinatario de la misiva, José Javier de la Gasca López Domínguez, embajador ante la ONU de Ecuador, país que preside este mes el Consejo de Seguridad.

“La comunidad internacional tiene la responsabilidad de utilizar toda su influencia para evitar una mayor escalada y poner fin a esta crisis. Insto a los miembros del Consejo de Seguridad a que presionen para evitar una catástrofe humanitaria. Reitero mi llamamiento para que se declare un alto el fuego humanitario. Es urgente. Hay que evitar que la población civil sufra daños aún mayores. Con un alto el fuego humanitario, pueden restablecerse los medios de supervivencia y la ayuda humanitaria puede entregarse de manera segura y oportuna en toda la franja de Gaza”.

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