La guerra de Sucot entierra las aspiraciones de pragmatismo de Hamás

La milicia islámica golpea por sorpresa a Israel durante una festividad judía 50 años después del conflicto de Yom Kipur. La virulenta ofensiva pone fin a una década de relativa calma en Gaza, en la que el movimiento islamista parecía girar hacia la ‘realpolitik’

Un grupo de palestinos subidos a un vehículo militar por las calles de Gaza, este sábado.HAITHAM IMAD (EFE)

Hace poco más de un año, Basem Naim, exministro palestino y responsable de las relaciones internacionales de Hamás, aseguraba a EL PAÍS en Gaza, donde los islamistas gobiernan de facto desde hace más de tres lustros, que la decisión de mantenerse al margen de una escalada bélica entre las Fuerzas Armadas israelíes y las milicias de la Yihad Islámica (proiraníes) marcaba un giro en su organización. El año anterior, Hamás había librado ...

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Hace poco más de un año, Basem Naim, exministro palestino y responsable de las relaciones internacionales de Hamás, aseguraba a EL PAÍS en Gaza, donde los islamistas gobiernan de facto desde hace más de tres lustros, que la decisión de mantenerse al margen de una escalada bélica entre las Fuerzas Armadas israelíes y las milicias de la Yihad Islámica (proiraníes) marcaba un giro en su organización. El año anterior, Hamás había librado su cuarta guerra abierta con Israel, tras las de 2008-2009, 2012 y, sobre todo, la de 2014.

“Antes incluso de la ofensiva israelí de mayo de 2021, la situación en Gaza ya era muy mala a causa del bloqueo, de la falta de electricidad o la contaminación del agua, y de la pobreza y el desempleo. Ahora es todavía peor”, justificaba su posición pragmática. “La próxima explosión solo es cuestión de tiempo, y no va a producirse en una fecha muy lejana”, advertía, “pues Gaza está agonizando cada día”.

En un discreto documento en su página web oficial, Hamás conmemoraba la tarde del viernes el 50º aniversario de la guerra de Yom Kipur (Guerra de Octubre, en el mundo árabe), lanzada por sorpresa por varios países árabes en el Día del Arrepentimiento, en el que se paraliza la vida cotidiana en el Estado judío. “La resistencia es la única opción para poner fin a la ocupación”, rezaba el mensaje lanzado al inicio de la jornada de un sabbat que ponía fin a la semana de Sucot, la popular fiesta judía de las Cabañas o del Tabernáculo. Una imagen de las tropas egipcias atravesando el canal de Suez el 6 de octubre de 1973 para recuperar la península del Sinaí, ocupada por Israel siete años antes, mostraba que las líneas rojas se trazan para ser cruzadas.

Hamás asegura haber lanzado ahora ciberataques para sabotear los sistemas de vigilancia electrónica, mientras una masiva oleada de más de 5.000 cohetes, en tandas sucesivas hacia el sur y el centro de Israel, desbordaba como un tsunami de proyectiles el escudo antimisiles Cúpula de Hierro. El telón de fuego aplazado desde la Franja palestina ocultaba una cortina de humo para propiciar la infiltración de comandos de élite de las Brigadas Ezedín al Qasam, el brazo armado de Hamás, en kibutz (granjas colectivas) limítrofes con el objetivo de capturar rehenes civiles y militares israelíes. Para ello echaron abajo barreras y muros con excavadoras e irrumpieron con vehículos y parapentes motorizados en territorio enemigo.

Es la peor pesadilla para el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, quien se vio obligado a excarcelar en 2011 a un millar de prisioneros palestinos a cambio de la liberación del soldado Gilad Shalit, secuestrado por Hamás durante cinco años en Gaza. El movimiento de resistencia islámica ha atravesado las líneas rojas que se había fijado desde el final del conflicto de 2014 en Gaza, el más largo tras la batalla por la independencia del Estado judío y el más mortífero desde la Guerra de los Seis Días, en la que Israel ocupó Cisjordania y los Altos del Golán sirios, además del Sinaí, que devolvió a Egipto tras sellar un acuerdo de paz en 1979.

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Un palestino llora ante el cuerpo de su sobrino muerto en el hospital Al-Shifa después de un ataque aéreo israelí en la ciudad de Gaza, el lunes.MOHAMMED SABER (EPA / EFE)
Ciudadanos de Gaza observaban el lunes los destrozos por un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Al-Shati.Ahmad Hasaballah (Getty Images)
Tres soldados israelíes tomaban posiciones junto a la frontera con Gaza el lunes.JACK GUEZ (AFP)
Familiares lloran durante el funeral del soldado israelí Yuval Ben Yaakov, fallecido durante combates con milicianos de Hamás, este lunes en Kfar Menahem, al sur de Israel.ABIR SULTAN (EFE)
Residentes de Gaza observan los destrozos causados por los bombardeos israelíes, este lunes.MAHMUD HAMS (AFP)
El cuerpo de una niña palestina, que murió en los ataques isralíes, es trasladada a la morgue del hospital Al-Shifa de Gaza, este lunes.Ashraf Amra (Anadolu Agency / Getty)
Palestinos trasladan un cadáver tras un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, este lunes.STRINGER (REUTERS)
Columna de humo sobre Gaza tras un ataque israelí, este lunes. MAHMUD HAMS (AFP)
Soldados israelíes preparan un tanque en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, este lunes. Ilia Yefimovich (dpa / picture alliance / Getty)
Civiles israelíes son evacuados de una zona afectada por un cohete lanzado desde la Franja de Gaza, este lunes. Ohad Zwigenberg (AP)
El sistema antimisiles Cúpula de Hierro de Israel intercepta cohetes lanzados desde la Franja de Gaza, visto desde la ciudad de Ashkelón (Israel), este lunes.AMIR COHEN (REUTERS)
Un niño palestino herido llora tras un ataque aéreo israelí sobre el campo de refugiados de Shati, en la Franja de Gaza, este lunes.Ali Jadallah (Anadolu Agency / Getty)
Personal de rescate buscan supervivientes en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza, tras un ataque israelí.STRINGER (REUTERS)
Palestinos inspeccionan los daños tras los ataques israelíes, tras un ataque sorpresa de Hamás, en el campamento de refugiados de Beach, en la ciudad de Gaza, este lunes.MOHAMMED SALEM (REUTERS)
Una mujer llora ante el cuerpo de familiar muerto, durante los enfrentamientos con las tropas israelíes cerca de la ciudad de Nablus, en su funeral en Jenin (Cisjordania). Majdi Mohammed (AP / LAPRESSE)
Un israelí observaba desde la ventana de un edificio alcanzado por un misil de Hamás, este lunes en Ashkelón.AMIR COHEN (REUTERS)
Palestinos rescatan objetos de un edificio colapsado tras un ataque israelí el domingo en Gaza.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)
Militantes palestinos disparan una salva de cohetes desde la ciudad de Gaza hacia Israel.MOHAMMED ABED (AFP)
Un ciudadano palestino, sentado, observa los daños causados por ataques aéreos isaraelíesAhmad Hasaballah (Getty Images)
El fuego y el humo se elevan tras un ataque aéreo israelí en la ciudad de Gaza, este domingo.Fatima Shbair (AP)
Coches israelíes quemados en la carretera principal junto a la ciudad de Sderot.ATEF SAFADI (EFE)
Un soldado israelí da instrucciones a los vehículos blindados que se dirigen hacia la frontera sur con la franja de Gaza.Amir Levy (Getty Images)
Un manifestante palestino lanza piedras contra soldados israelíes durante los enfrentamientos en la ciudad de Ramallah, Cisjordania.JAAFAR ASHTIYEH (AFP)
Una palestino intenta rescatar el cadáver de una persona atrapada entre los escombros de un edificio destruido tras un bombardeo israelí en Khan Yunis, este domingo.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
Una unidad de artillería israelí dispara cerca de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, este domingo. AMIR COHEN (REUTERS)
Bombardeo israelí sobre un edificio en Gaza, este domingo. Hatem Moussa (AP)
Un miembro de las fuerzas de seguridad israelíes vigilaba este domingo a un prisionero palestino en la frontera con Gaza, cerca de la ciudad de Ashkelón, en el sur de Israel.JACK GUEZ (AFP)
Dos personas permanecen sentadas junto a los escombros de la torre Al Watan, en la ciudad de Gaza, destruida tras un ataque israelí, este domingo. MOHAMMED SABER (EFE)
Varios palestinos entre los escombros de un edificio derrumbado tras un ataque israelí, este domingo en Gaza. MOHAMMED SABER (EFE)
Ciudadanos israelíes inspeccionaban este domingo en Tel Aviv los daños causados en varios edificios por los misiles lanzados desde la franja de Gaza. Oded Balilty (AP)
Niños palestinos sacaban este domingo libros religiosos de una mezquita destruida tras un ataque aéreo israelí en Jan Yunis.Associated Press/LaPresse (Associated Press/LaPresse)
Dos bomberos trabajaban este domingo entre los escombros de un edificio bombardeado por el Ejército israelí en Gaza. MOHAMMED ABED (AFP)
Varios cadáveres de víctimas de los ataques aéreos israelíes, en un pasillo de un hospital de la ciudad de Gaza, este domingo. MOHAMMED ABED (AFP)
Trabajadores de emergencias y voluntarios buscaban supervivientes entre los escombros de un edificio bombardeado por Israel este domingo en Jan Yunis, en la franja de Gaza.IBRAHEEM ABU MUSTAFA (REUTERS)
Escombros de un edificio destruido tras un ataque israelí en la ciudad de Gaza, este domingo. MAHMUD HAMS (AFP)
Cohetes disparados por militantes palestinos desde la ciudad de Gaza eran interceptados por el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro, en la madrugada del domingo. AMIR COHEN (REUTERS)
Varias personas en el interior de un refugio en Tel Aviv, en la madrugada del domingo. Amir Levy (Getty Images)
Un edificio sufría el impacto de un misil israelí en Gaza, en la madrugada del domingo. Europa Press/Contacto/Bashar Tal (Europa Press/Contacto/Bashar Tal)
Varios cadáveres tendidos en la calzada de una carretera en Sderot (Israel), el sábado, tras el ataque de milicianos de Hamás. AMMAR AWAD (REUTERS)
Soldados israelíes pasaban junto al cadáver de un civil tiroteado en su vehículo en la ciudad de Sderot, el sábado.Ohad Zwigenberg (AP)
Una columna de humo se elevaba sobre algunos edificios atacados por Israel en Gaza, el sábado.MAHMUD HAMS (AFP)
Un civil israelí era trasladado a Gaza en un carrito de golf por milicianos palestinos que lo capturaron en el sur de Israel, el sábado.- (AFP)
Un perro en el interior de un vehículo atacado por milicianos palestinos en una carretera en la ciudad israelí de Sderot, el sábado.AMMAR AWAD (REUTERS)
Varios soldados israelíes, junto a los cadáveres de civiles asesinados en las calles de Sderot (Israel), este sábado. Ohad Zwigenberg (AP)
Un hombre caminaba junto a los escombros de un edificio destruido en Gaza tras el ataque del Ejército israelí, el sábado. Fatima Shbair (AP)
Una mujer israelí era trasladada el sábado en moto por Gaza, tras ser secuestrada por milicianos palestinos en el kibutz de Kfar Azza. Hatem Ali (AP)
Una mujer israelí lloraba el sábado junto al cadáver de una persona que fue tiroteada mientras iba en motocicleta en una calle de Sderot.Baz Ratner (AP)
Un niño palestino, junto a un vehículo israelí en llamas que hombres armados palestinos llevaron a Gaza tras infiltrarse en zonas del sur de Israel, el sábado. STRINGER (REUTERS)
Un policía israelí cubría el sábado a un atacante palestino caído cerca de la franja de Gaza, en las afueras de Ashkelón (Israel). Associated Press/LaPresse (APN)
Un grupo de palestinos trasladaba el cuerpo de un joven israelí asesinado en la frontera sur entre Israel y Gaza, el sábado. STRINGER (REUTERS)
Un bombero apagaba el sábado las llamas de varios vehículos tras el ataque con misiles palestinos en la ciudad de Ashkelón (Israel). Tsafrir Abayov (AP)
Un cohete palestino era lanzado desde Gaza contra Israel, el sábado. MOHAMMED SALEM (REUTERS)
Un hombre huía de las llamas de varios coches incendiados tras el ataque con misiles palestinos, el sábado en la ciudad israelí de Ashkelón. AMIR COHEN (REUTERS)
Varios vecinos de la localidad israelí de Ashkelón observaban el sábado los daños causados en sus viviendas tras el ataque desde la franja de Gaza. AMIR COHEN (REUTERS)
Un bombero apagaba las llamas de varios vehículos tras el ataque palestino en la ciudad israelí de Ashkelón, el sábado. AMIR COHEN (REUTERS)
Un edificio de viviendas en llamas en la ciudad de Tel Aviv, tras el ataque palestino del sábado. ITAI RON (REUTERS)
Dos policías sacaban el sábado a una mujer y una niña de una zona afectada por el lanzamiento de un misil palestino en la ciudad de Ashkelón.Tsafrir Abayov (AP)
Un edificio en llamas tras ser alcanzado por un misil palestino en la localidad de Gedera (Israel), el sábado. ABIR SULTAN (EFE)
Personal de seguridad trasladaba el sábado a una persona herida tras el ataque de las milicias palestinas en la ciudad israelí de Ashkelón. Oren Ziv (AP)
Una mujer inspeccionaba el sábado los daños causados en su vivienda en la localidad israelí de Ashkelón, tras el ataque con misiles desde la franja de Gaza. AMIR COHEN (REUTERS)
Vecinos de la ciudad israelí de Ashkelón, en la calle tras el ataque con misiles desde la franja de Gaza, el sábado. AMIR COHEN (REUTERS)
Cohetes lanzados desde de la ciudad de Gaza a Israel, el sábado. SAID KHATIB (AFP)

El jefe de las brigadas Ezedín al Qasam, Mohammed Deif, responsabilizó este sábado a Israel del lanzamiento de las hostilidades tras acusarlo de haber profanado los lugares santos del islam en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y maltratar a miles de presos palestinos en sus cárceles. Lo de costumbre. La línea roja insoportable para los islamistas de Gaza no es otra que la amenaza de un inminente acuerdo de normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí. El príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán, se disponía a imponer el dictado de la realpolitik frente a Irán ―en alianza con el mayor enemigo de su principal enemigo― a su padre, el anciano rey Salmán, quien había trazado, a su vez, la línea roja de la creación de un Estado palestino como condición para establecer lazos con los israelíes. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, tiene previsto este mes una gira por Oriente Próximo con escalas en Jerusalén y Riad.

Hamás controla una Administración civil que dirige la vida de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, de los que un 80% sobreviven gracias a la ayuda internacional. “En Israel no tenemos con quién negociar una solución política. Los principales partidos creen que solo existe un Estado judío entre el río [Jordán] y el mar [Mediterráneo], sin dejar espacio para un Estado palestino. Solo ofrecen mejorar las condiciones de vida de los palestinos”, destacaba Basem Naim en agosto del año pasado. Tras 16 años en el poder, Hamás se ha convertido en Gobierno de facto, aunque Estados Unidos y la Unión Europea siguen considerando a la organización como un grupo terrorista.

Los dirigentes islamistas de Gaza dieron un primer paso hacia el pragmatismo en 2017, cuando anunciaron que aceptaban la creación de un Estado de Palestina en las fronteras anteriores a la guerra de 1967 (la franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este), aunque sin reconocer al Estado de Israel. Tras la revisión de la Carta Fundacional del movimiento, Ismail Haniye asumió la dirección máxima, en el exterior, y fue sustituido en el cargo dentro de la Franja por Yahya Sinwar, excomandante de las milicias de Ezedín al Qasam. Este último pasó 23 años en prisión en Israel y fue uno de los excarcelados en 2011 a cambio de la liberación de soldado Shalit. Considerado un radical en el momento de su designación, Sinwar había adoptado medidas de tinte pragmático para mantener el alto el fuego que puso fin a la guerra de 2014, mediante una larga tregua o hudna para permitir la reconstrucción de la economía de la Franja. Sin embargo, periódicas ofensivas y escaramuzas echaban por tierra de tiempo en tiempo las buenas intenciones políticas.

Miseria y protestas en la Franja

La miseria que reina en la Franja mediterránea ha derivado en ocasiones en estallidos de malestar social, con protestas duramente reprimidas. Un millar de gazatíes fueron interrogados por los servicios de seguridad controlados por Hamás tras haber participado en 2019 en manifestaciones en demanda de mejoras económicas en las principales ciudades del enclave. Cientos de ellos fueron arrestados y decenas sufrieron graves torturas cuando se encontraban bajo custodia policial.

En verano, miles de manifestantes volvieron a salir a las calles de Gaza para exigir una mejora de las condiciones de vida bajo el lema “queremos vivir”, en un territorio que Naciones Unidas calificó de “inhabitable” a causa del impacto de casi dos décadas de bloqueo israelí sobre los 2,2 millones de gazatíes. La tasa de desempleo es la más alta del planeta. De acuerdo con los datos del Banco Mundial, se eleva hasta un 46,6% (el 62,5% para los menores de 30 años). Dos de cada tres habitantes de Gaza dependen de la ayuda internacional para poder comer (1,5 millones de personas están inscritas como exiliados en la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, (UNRWA). La única planta eléctrica del territorio apenas cubre un 50% de la demanda, lo que causa apagones de entre 12 y 18 horas al día. Cerca del 80% del agua dulce disponible en Gaza no es apta para el consumo humano. Sin acceso garantizado al exterior, en una de las áreas más densamente pobladas y en una estrecha franja costera de 365 kilómetros cuadrados ―algo más que la minúscula Malta―, un 80% de la población vive por debajo del umbral de pobreza.

En esencia, el movimiento de resistencia islámica Hamás es la sección palestina de la Hermandad Musulmana, la organización panárabe fundada hace un siglo en Egipto (donde llegó a triunfar en las urnas antes de ser derrocada por un golpe de Estado militar en 2013). Se extiende también por Jordania e inspira al islamismo político instalado en el poder en Turquía, con aval electoral, y en Qatar, de modo autocrático. Fundado durante la Primera Intifada (1987-1991), Hamás ha evolucionado desde posiciones integristas hacia un cierto realismo después de haber ejercido el poder en Gaza. Tras su indiscutida victoria en las legislativas de 2006, al año siguiente desplazó por la fuerza de las armas al Gobierno de Fatah, el partido nacionalista del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

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