Drones ligeros que vuelan desde la frontera a Moscú, la nueva arma en la guerra de Ucrania
Los aparatos aéreos utilizados en el ataque a la capital que Rusia atribuye a Kiev permiten una mayor carga explosiva que los dispositivos identificados en anteriores ofensivas
Una nueva arma ha aparecido en la guerra desatada sobre Ucrania. Un modelo de dron con los estabilizadores situados en la parte frontal del aparato ha llamado la atención en el ataque lanzado el martes en el suroeste de Moscú, muy cerca de la residencia oficial del presidente ruso, Vladímir Putin, en Novo-Ogariovo. Según los expertos, la oleada de aeronaves no tripuladas pudo despegar desde Ucrania, pues se trata de...
Una nueva arma ha aparecido en la guerra desatada sobre Ucrania. Un modelo de dron con los estabilizadores situados en la parte frontal del aparato ha llamado la atención en el ataque lanzado el martes en el suroeste de Moscú, muy cerca de la residencia oficial del presidente ruso, Vladímir Putin, en Novo-Ogariovo. Según los expertos, la oleada de aeronaves no tripuladas pudo despegar desde Ucrania, pues se trata de modelos con una autonomía de entre 800 y 1.000 kilómetros que pueden sortear las defensas antiaéreas gracias a su capacidad para volar a muy baja altura. La distancia más corta en línea recta entre el territorio ucranio y la capital rusa es de unos 560 kilómetros.
Aunque la acción solo dañó levemente dos edificios, este incidente se suma al ataque contra el Kremlin del día 3 y ha disparado la tensión entre los moscovitas. Los drones sobrevolaron la región de Moscú a plena luz del día y a baja altura, apenas a unas decenas de metros del suelo. En uno de los vídeos difundidos por los testigos del ataque, un sistema antiaéreo camuflado junto a una autopista disparaba un misil contra los aparatos mientras a su lado pasaban los coches en plena hora punta. El nerviosismo alcanzó tal punto que se hizo viral otra grabación donde se confundió una avioneta con uno de los drones más utilizados por Ucrania, el UJ-22 Airborne, fabricado en ese país.
Dos días antes del ataque de Moscú, la televisión del Kremlin se preguntaba cómo podían eludir estos drones sus defensas aéreas. El teniente general y diputado de la Duma Estatal Andréi Guruliov explicaba en uno de los programas estrella de la televisión estatal rusa, La noche con Vladímir Soloviov, que sus sistemas antiaéreos están pensados contra misiles balísticos y otras armas capaces de portar grandes cargas explosivas.
“Estos drones tienen una masa y otras características diferentes a las de los medios que tenemos dentro de la Federación de Rusia”, dijo en directo Guruliov, e instó a las petroleras y otras empresas estratégicas rusas a armar sus instalaciones con medios de guerra electrónica capaces de atontar a los drones. “Nuestras Fuerzas Armadas no pueden proteger cada infraestructura crítica”, recalcó.
Especulaciones sobre el tipo de dron
Nada más producirse la ofensiva, comenzó la especulación. Hasta ahora, la mayoría de los ataques de este tipo, incluido el que alcanzó el palacio del Senado del Kremlin, habían sido atribuidos al UJ-22 Airborne, con los estabilizadores situados en la cola del aparato. Sin embargo, los corresponsales militares rusos pronto destacaron que en los vídeos aparecía un dron “de tipo pato”.
“Se parece a los drones kamikaze israelíes IAI Harop, que tienen un alcance de vuelo de hasta 1.000 kilómetros”, escribió uno de los blogueros militares rusos más influyentes, Alexánder Kots. Su versión la respaldó Alexéi Rogozin, jefe del centro ruso para el Desarrollo de Tecnologías de Transporte y experto en aviación, quien resaltó en una entrevista en Ria Novosti que la estructura del aparato ayuda a aumentar su capacidad de carga.
Según el medio ruso Shot, las autoridades hallaron cargas huecas KZ-6 entre los restos de este tipo de drones. Estas, de alrededor de tres kilos, son capaces de atravesar medio metro de hormigón y, según el canal Ukraine Weapons Tracker, Rusia también las emplea en sus propios aparatos.
La otra alternativa barajada era que este aparato fuera un A–2 Synitsa ucranio —el pájaro carbonero, cuyo plumaje azul y amarillo recuerda la bandera ucrania—. Sin embargo, las pequeñas dimensiones de este tipo de dron y su limitado alcance de una hora de vuelo implican que deberían haber sido transportados dentro de territorio ruso, muy cerca de Moscú.
Una empresa con sede en Kiev
Según la prensa rusa, un UJ-22 Airborne también fue identificado en la oleada de drones. Este aparato aéreo no tripulado ha sido ampliamente empleado por las fuerzas ucranias en sus ataques dentro de Rusia. “El UJ-22 Airborne es una aeronave no tripulada polivalente capaz de volar entre contramedidas electrónicas en cualquier momento del día y del año en condiciones de visibilidad y meteorológicas adversas”, describe su fabricante, la empresa ucrania Ukrjet, que tiene su sede en Kiev.
El UJ-22 Airborne es capaz de eludir la cota mínima del radar al volar a 50 metros de altura, y puede portar hasta 20 kilos de explosivos. El aparato alcanza una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora y tiene un radio de acción autónomo de 800 kilómetros, aunque su equipo puede controlarlo hasta una distancia de 100 kilómetros.
El dueño de la compañía de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, aprovechó el ataque en la capital para cargar de nuevo contra el Ministerio de Defensa ruso: “¡Bastardos apestosos! ¿Qué están haciendo? ¡Brutos! Muevan el trasero de las oficinas donde los han sentado para defender este país”, declaró el líder paramilitar.
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