La OTAN desplegará 700 soldados más en el norte de Kosovo para rebajar la tensión
Bruselas prepara un encuentro “urgente” entre las partes mientras Borrell y Stoltenberg reclaman a Prístina y Belgrado “desescalar” la situación y sentarse a dialogar
La OTAN enviará 700 soldados de refuerzo al norte de Kosovo, tras los violentos altercados que el lunes dejaron decenas de heridos, entre ellos 30 miembros de la fuerza de apoyo a la paz de la Alianza Atlántica (Fuerza de Kosovo o KFOR). Tanto la organización militar como la Unión Europea han condenado este martes en duros términos las violentas protestas de manifestantes serbokosovares opuestos al intento ...
La OTAN enviará 700 soldados de refuerzo al norte de Kosovo, tras los violentos altercados que el lunes dejaron decenas de heridos, entre ellos 30 miembros de la fuerza de apoyo a la paz de la Alianza Atlántica (Fuerza de Kosovo o KFOR). Tanto la organización militar como la Unión Europea han condenado este martes en duros términos las violentas protestas de manifestantes serbokosovares opuestos al intento de toma de posesión de alcaldes de ascendencia albanesa en varios municipios de mayoría serbia y han llamado a las dos partes a iniciar una “desescalada” inmediata de la tensión y a sentarse de nuevo a la mesa de negociaciones.
“Hemos decidido desplegar 700 soldados adicionales de la fuerza de reserva operacional para los Balcanes occidentales y poner en alta disposición a un batallón adicional de las fuerzas de reserva para que también pueda ser desplegado en caso necesario”, ha anunciado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa en Oslo.
La capital noruega albergará este miércoles y jueves una reunión informal de los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza Atlántica en la que la nueva crisis kosovar será discutida, pese a no estar inicialmente en la agenda, según fuentes aliadas. El despliegue de fuerzas adicionales es un “paso prudente” para garantizar que la KFOR ―integrada por unas 3.800 personas― tiene “las fuerzas y capacidades para cumplir con su mandato” de mantenimiento de la paz recibido por Naciones Unidas, ha subrayado Stoltenberg, que también ha recalcado que las tropas internacionales actúan “de manera imparcial” y “harán todas las acciones necesarias para mantener un clima seguro para todos los ciudadanos en Kosovo”.
En este sentido, el secretario general de la OTAN ha calificado de “inaceptables” los ataques a las fuerzas de paz, que según un comunicado de KFOR, provocaron el lunes heridas de diversa gravedad, incluidas “fracturas y quemaduras”, a 30 efectivos desplegados en la localidad de Zvecan, 11 miembros del contingente italiano y 19 del húngaro. Tres de los soldados húngaros resultaron heridos por arma de fuego, aunque su vida no corre peligro, de acuerdo con la información oficial.
Desde Bruselas, también el alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha condenado este martes en duros términos una violencia “inaceptable y que lleva a una situación muy peligrosa” a la región. Según ha explicado, en las últimas horas ha vuelto a hablar con el primer ministro kosovar, Albin Kurti, y el presidente serbio, Aleksandar Vucic, a los que ha instado a tomar medidas para rebajar la tensión de manera “inmediata e incondicional”.
“Hay que evitar cualquier nueva acción unilateral y hay que restaurar la calma”, ha subrayado el jefe de la diplomacia europea. En este sentido, ha indicado que espera, como un “primer paso”, que las autoridades kosovares “suspendan las operaciones policiales centradas en los edificios municipales en el norte de Kosovo”, donde en los pasados días han ayudado a los alcaldes de ascendencia albanesa a intentar tomar posesión de sus puestos tras unas elecciones en abril con baja participación ante el boicoteo de la mayoría serbokosovar de la zona al proceso impulsado por Prístina. Borrell también ha llamado a los manifestantes violentos a abandonar sus protestas.
“La UE espera que las partes actúen de manera responsable y participen de inmediato en el diálogo facilitado por la UE para hallar una solución duradera a la situación en el norte de Kosovo que garantice la seguridad de todos los ciudadanos y allane el camino para la implementación del nuevo acuerdo sobre la senda de la normalización entre Kosovo y Serbia que presentó Bruselas a finales de febrero”, ha dicho Borrell, que ha revelado que está trabajando ya para organizar un encuentro “urgente” entre las partes.
Inestabilidad en los Balcanes
El nuevo pico de violencia preocupa tanto a los Veintisiete como a los aliados de la OTAN, que temen que se pueda convertir en un factor adicional de inestabilidad en los Balcanes en momentos en que Occidente se enfrenta a una guerra a sus puertas provocada por Rusia en Ucrania.
Prístina y Belgrado deberían “contribuir a una cooperación regional fructífera y a la seguridad en Europa, superando el legado del pasado”, ha instado Borrell, para quien “ha habido demasiada violencia ya” tanto en la región como en un continente que “no puede permitirse otro conflicto” en su territorio.
También Stoltenberg ha sido taxativo: “La violencia retrasa a Kosovo y a toda la región y pone en riesgo sus aspiraciones euroatlánticas”, ha advertido el máximo responsable de la OTAN, que ha instado a las dos partes a “dar pasos concretos para desescalar la situación, abstenerse de más comportamientos irresponsables y a participar en el diálogo facilitado por la UE” que, ha subrayado, “es la única vía para una paz duradera”.
Tras los enfrentamientos del lunes, cientos de manifestantes serbios han vuelto a concentrarse este martes ante el Ayuntamiento de Zvecan, uno de los municipios afectados y donde la víspera se registraron los peores episodios de violencia. Al final, abandonaron la zona, aunque prometieron regresar el miércoles, informa la Agencia France Presse.
La población serbia es minoritaria en Kosovo, donde representa solo el 5,8% de los 1,8 millones de habitantes de esta antigua provincia serbia que se independizó en 2008 y que es reconocida por 100 de los 193 países miembro de la ONU (España no está entre ellos). La minoría serbia decidió boicotear las elecciones locales de abril en estas localidades, que acabaron resultando en la elección de alcaldes albanokosovares con una participación menor de 3,5% en estas zonas.
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